4 ene 2012

'Público' contra las cuerdas

Jose Sanclemente
Para los que somos adictos a los diarios y venimos observando las dificultades que atraviesan, es una mala noticia que, tras el cierre de ADN, se anuncie ahora el concurso de acreedores de Público.
     Y es una mala noticia porque en el caso de Público se habían cumplido la mayoría de expectativas de calidad para hacerse un hueco en un mercado excesivamente competitivo. Hay demasiados diarios en España para soportar en competencia una cuenta de explotación positiva y, quizá, no son suficientes si nos atenemos a la información diferencial que aportan solo algunos de ellos.
     Público es un buen diario que se ha ganado la militancia y simpatía de cerca de 300.000 lectores y más de 5 millones de usuarios en su página web, pero no ha tenido la oportunidad de ganar dinero.
Calculo que el diario de Mediapubli, participado por Jaume Roures, Tatxo Benet y Toni Cases se habrá dejado en el camino una inversión de algo más de 70 millones de euros desde sus inicios en setiembre de 2007. ¿Esto es mucho  para posicionar un diario en un mercado de tanta competencia y con retrocesos en las difusiones de los rotativos?
     ADN enterrará con su cierre algo más de 50 millones, La Razón nunca ha ganado dinero desde su fundación, hace 13 años y, desde entonces, las pérdidas acumuladas rondan el centenar de millón de euros. El diario Qué, adquirido por Vocento por 132 millones, debe andar por los 150 millones de euros... y así un suma y sigue.
     Para responderse a esta pregunta hoy en día solo se puede hacer en función de las expectativas a corto plazo, ya ni siquiera a medio, porque resulta que la Banca ya no está por financiar a los medios de comunicación, como se ha visto en el caso de Público. Ni la Banca, ni tampoco los gobiernos afines ideológicamente a las cabeceras, que están soltando lastre rebajando su inversión publicitaria en mayor proporción que otros sectores de anunciantes.
     Sobre Público se hizo caer el estigma, sobre todo por la competencia, de que nacía bajo la sombra y los apoyos del entorno de Zapatero y que podría servir de moneda de cambio para otros negocios del grupo de Roures, tal y como La Razón pudo influir en facilitar la entrada de Planeta en Antena 3.
     La llamada pluralidad informativa cuesta mucho dinero. Tanto que en el caso de la prensa diaria, ajena a las fusiones entre cabeceras a diferencia de sus colegas audiovisuales, tiene que bregar en solitario contra los tiempos tecnológicos, las redes sociales, el recorte publicitario y hasta contra si mismos en un modelo informativo empresarial que se extingue sin encontrar un recambio rentable en la red.
     La solidaridad entre el sector es nula, la defensa de los intereses comunes inexistente, la mezquindad por alegrarse y publicar los achaques del competidor está a la orden del día y el desinterés de los gobiernos de todos los colores por la prensa diaria es una realidad palpable.
     La grave situación por la que atraviesa Público debería ser objeto de preocupación por parte de todos, pero me temo que los focos están puestos en otros escenarios. Salvar a un diario herido, salvar la prensa diaria, también forma parte de mi Estado del bienestar que tanto quieren preservar algunos a base de dejar caer lo fundamental.

(http://sanclementejose.blogspot.com)

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