1 mar 2013

Planes de eficiencia periodísticos (1)

José Sanclemente
Nos estamos acostumbrando a llamar planes de eficiencia a los despidos masivos, a los recortes salariales, a la privatización de lo público y a la reducción de las inversiones. Si la eficiencia es emplear los mejores métodos para lograr un fin u objetivo, habría que entender, en general, que la meta y destino que se quiere alcanzar es el del empobrecimiento general y hasta el propio de las empresas y ciudadanos.

Es cierto que eficiencia no es siempre sinónimo de eficacia y que quienes practican la primera no están consiguiendo la segunda.

Veamos qué pasa en el mundo de las empresas periodísticas. En los últimos años, con la crisis publicitaria y de ventas, se habrán despedido a 5.000 o 6.000 periodistas, los diarios habrán recortado sus tiradas en más de un 30%, las televisiones han externalizado otro 30% de su plantilla y todos los medios, en general, han reducido los salarios entre un 10% y un 15%. Nadie, por supuesto, invierte en nuevas contrataciones y si lo hace es para incorporar becarios a bajo precio y con contratos paupérrimos.

La desorientación en el sector es considerable. Los planes de eficiencia se solapan con nuevos planes de eficiencia; aunque estos no dan sus frutos hay que persistir en ellos a pesar de que se ahonde más en la brecha de la ineficacia: es un problema del mercado, dicen.

No hay rentabilidad cuando los ingresos vuelven a caer un 20% este año en los medios de comunicación: "No sabemos adónde nos va a llevar esto", insisten en decir.

La incertidumbre lleva a poner el piloto automático en dirección desconocida. Nada se controla, porque existe la sensación de que todo es susceptible de empeorar más todavía.

La propia reforma laboral nos encamina hacia ese rumbo: si crees que vas a ir peor puedes acogerte a un expediente de regulación de empleo que resulta económico.

La espiral es interminable y parece infinita: desempleo, falta de recursos para consumir, pocas inversiones para producir, descenso de ventas y vuelta al desempleo.

Es fácil verlo y sobre todo decirlo desde aquí. Habría que estar en la piel de los directivos que elaboran los planes de eficiencia de los medios de comunicación o de otras empresas. Es cierto que el Gobierno ha puesto en sus normas más pistas de aterrizaje para que mengüe la actividad que para que se desarrolle, y esto alimenta un futuro desolador también para los medios.

Un 20% en la caída de publicidad de un periódico de tamaño medio equivale al salario de toda su redacción. ¿Alguién imagina que para ser eficiente se debería prescindir de todos los periodistas?

A lo mejor es un tema de enfoque: los periodistas son los que consiguen con su trabajo que se vendan los periódicos. Si partimos de esa premisa quizás estemos en condiciones de elaborar un plan de eficiencia desde un ángulo bien diferente y con otros objetivos que tengan algo más de futuro.

Persistiré en ello.



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