16 may 2016

De qué hablamos cuando pierde la prensa de Nueva York

Julia Sousa

En Estados Unidos estamos viviendo un hecho inédito tanto en el segmento político, como periodístico. La larga batalla que libran los aspirantes del bipartidismo instaurado en este país para erigirse como candidatos a la Casa Blanca, se ha cobrado ahora una víctima insospechada: la prensa escrita. Los medios más prestigiosos de Nueva York han manifestado su mea culpa respecto a cómo han cubierto los actos preelectorales de Donald Trump por la nominación republicana. Han llegado a publicar que "la carrera ha terminado y el periodismo ha perdido" en 'The New York Times'. ¿Qué significa que el periodismo ha perdido? ¿De qué pérdida estamos hablando?.

Los mejores analistas políticos de aquel país habían pronosticado que Trump no llegaría a la nominación, ya que los votantes
Donald Trump, en un acto de campaña.
republicanos nunca aceptarían a este señor, gran magnate de la construcción y estrella de la televisión, con un discurso xenófobo y populista. Mientras Trump ha ido hilvando fronteras hacia musulmanes, mexicanos, chinos, etc como medida protectora para un país que todavía no ha salido de la crisis de 2008, la prensa escrita y culta miraba hacia otro lado y, en cambio, las horas de televisión iban sumando minutos de emisión sobre este hombre hecho a sí mismo. La televisión ha sido de nuevo la gran protagonista en esta campaña de las presidenciales, tras el éxito fulminante de las redes sociales recogido por Obama en su campaña para llegar a la Casa Blanca.

Volvamos de nuevo a la “pérdida” de la que habla ahora la prensa escrita neoyorquina. Muchos analistas con grandes audiencias, piensan, creen y defienden que ellos son la opinión pública. Por tanto, están convencidos de su poder de influencia en los ciudadanos y lo que no han previsto es que el mundo está viviendo una profunda crisis en todos sus valores del siglo XX y que la crisis de 2008 todavía no se ha cerrado y en su prolongación excesiva se ha llevado por delante muchas creencias y también el monopolio de la opinión pública. La opinión pública es ahora más libre que hace un decenio, porque ahora la ciudadanía busca sus propios canales de información y, por tanto, suele ser más crítica. Se le atribuye a Trump un discurso populista. No entraremos aquí a valorar dicha premisa, pero lo cierto es que ha tocado los temas que más preocupan: sueldos, emigración, terrorismo. Estos temas defendidos por un señor millonario y de orígenes humildes reencarnan de nuevo la creencia en Estados Unidos de que todo es posible con esfuerzo. Trump no quiere ganarse el voto de los negros, ni de los hispanos, como otros, sino que busca el voto del típico americano que se ha sentido abandonado en los últimos ocho años. El voto blanco y racista que nunca ha dejado de existir, y le ha funcionado. Posiblemente este detalle es lo que no quisieron ver algunos analistas políticos que ahora se rasgan las vestiduras.

Decir que el periodismo ha perdido esconde una soberbia inconmensurable. Precisamente esta soberbia les ha perdido. La prensa no pierde nunca, porque no empieza batallas ni campañas. La prensa se acerca a unos líderes u otros, apoya una ideas u otras, crea corrientes de opinión, pero no entra en campaña, mejor dicho, no debería entrar en campaña. La prensa, aunque sea afín a un modelo político concreto, no debe olvidar nunca su premisa más fundamental, que es informar. Y se informa sobre todo lo que se supone tiene un valor sustancial para la ciudadanía.

Hace muchos años que se estudia la opinión pública y también cómo influir en ella y cómo crearla. No es nuevo. La prensa ha sido y es un elemento importante en esta área, pero en el momento que se quiere erigir como sujeto activo e indiscutible de dicha opinión pública pierde su condición más importante: ser crítica con los poderes fácticos, tomar distancia para analizar y buscar los porqués.

Si la prensa neoyorquina está convencida de que ha perdido, quizá es que su crisis es más salvaje que la que procede del 2008 y todavía no se ha dado cuenta hasta ahora. No se pierde lo que no se tiene.

Los analistas políticos de los que hablamos han sido y son gestores de ciertas corrientes de opinión, susceptibles en todo momento de perder influencia o ganarla. Generar una corriente de opinión no significa en ningún momento ostentar el poder sobre la opinión pública. Por eso, hablamos de soberbia al inicio de este artículo, porque pensarlo solo obedece a dicha soberbia.

El caso de Ciudadanos

Publicar en las portadas que “hemos perdido” no responde en este caso a un ejercicio de autocrítica, sino más bien a una última queja hacia esa opinión pública que no les ha seguido. Les han dicho a sus lectores: reconocemos que hemos perdido, qué os pasa, os estáis equivocando, ¿qué más podemos hacer?. De nuevo, se observa un delirio de soberbia. Lo más oportuno hubiera sido practicar un giro en la estrategia informativa y buscar las debilidades de Trump. Guardando las distancias que el tema precisa, en Catalunya, cuando empezó a gestarse el partido de Ciudadanos en el 2006, la mayoría de la prensa catalana no gastó ni una línea en seguir este proceso, salvo 'El Mundo'. Pues bien, en las elecciones al Parlament de Catalunya, consiguieron 3 diputados. Gran sorpresa. La prensa catalana no dijo: hemos perdido; no hizo falta. Simplemente hubo un giro informativo. Todo este proceso demuestra que la sociedad es cambiante, que se mueve con cierta autonomía y por eso, la prensa debería salir de nuevo a la calle, como ya se hizo en los años setenta, ochenta y noventa. Pisar de nuevo la calle o perder credibilidad, esto si se pierde con cierta facilidad.

12 may 2016

Bastenier: enseñar periodismo a través de Twitter (cuarta entrega)

Desde hace algunos años, el periodista Miguel Ángel Bastenier, exsubdirector de ‘El País’ y ‘El Periódico de Catalunya’, tuitea cada día reflexiones sobre la profesión periodística y la actualidad política. Por su interés, ofrecemos a continuación una nueva selección, la cuarta, de los agudos aforismos que ha lanzado a la red del pájaro azul en las últimas semanas. Los hemos agrupado, sin seguir un orden cronológico, bajo tres epígrafes para su mejor lectura: 'Lengua, lenguaje y estilo'; 'praxis y deontología profesional'; 'panorama político internacional', y 'cine'.


Lengua, lenguaje y estilo periodístico


La opinión y el análisis contienen información básica, ya publicada in extenso, sobre la que la primera toma partido y el segundo desentraña.

Una gran confusión se da entre análisis y opinión, aunque existan puntos comunes entre ambos. Pero el análisis explica y la opinión condena.

En los periódicos hay opinión porque se cuentan historias, existen personajes, se hace investigación; no al contrario.

Igual que una obra de teatro no existe si no ha sido representada y una novela, leída, el periodista no puede ser un prodigio de incógnito.

Escribir entre líneas, lo que sin duda existe, es suicida en Twitter porque es una licencia para que el lector interprete lo que prefiera.

Leer exige no inventarse lo que no está escrito, con la teoría de que está entre líneas; entre líneas del que lee.

Queda muy raro conmemorar efémerides en periódicos que no sean
Miguel Ángel Bastenier, en una imagen de archivo.
en grandes números y, además, redondos: 50, pero no 51.

El peor titular: “La situación empeora cada día”, en lugar de contar en qué empeora: “El incendio acorrala a...”

Es más propio 'decir' que 'dar' la última palabra.

Una de las fórmulas a las que son tan afectos algunos periodistas deportivos: 'Coronarse campeón'. Subliminalmente monárquicos.

El francés es una lengua tan sutil que la 'e', cuando no va acentuada, al final de palabra, no se pronuncia, pero hay que hacerle un sitio.

Las informaciones bien hechas no tienen prólogo ni párrafos de calentamiento. Se empieza a contar la historia desde la primera línea.


¿Pueden pensar bien los gobernantes que hablan y escriben mal?

¿Qué puede entender del mundo quien no entiende suficientemente bien su propia lengua?

Es gracioso ver un telediario en Manila, no entender ni jota y, de repente, oír a la locutora decir impecablemente: “Mañana por la noche”.

En Filipinas no hubo colonización como en América. Nunca lo llegó a hablar la población local como lengua propia.

Utilizar el término 'cristiano' es poco informativo: católico, protestante (o evangélico) u ortodoxo es más adecuado.

No se puede ser 'líder parcial' de nada; en todo caso 'provisional'.

'Insistir' no es un verbo estupendo para titular porque implica que eso ya se ha publicado. En la 'insistencia' seguro que habrá algo nuevo.

El tiempo natural de los titulares es el presente de indicativo porque denota lo recién ocurrido y acerca los hechos al lector.

El título-anzuelo donde está mejor es en el circo con el hombre-bala, la mujer barbuda y los payasos musicales.

No se puede hacer un tuit con sobrentendidos. Todo lo que se quiere decir debe estar explícito, lo que suena obvio, pero no siempre es fácil.

El tuit es más prolijo que un título y menos que un buen 'lead'. Flota por ahí en medio como un subtítulo (sumario) un tanto largo.

Twitter es un contenedor como las otras Redes, pero por sus características de concisión hay quien considera como una forma de periodismo.

Los desastres no es propio que tengan un 'apogeo', que cuadra mucho más con lo positivo.

Teoría del retuit: que represente un fragmento de lo que está pasando y forme, así, parte de un panorama.

'Traspié' y no 'traspiés', cuando se trata de uno solo (tropezón, real o metafórico).

Me suena mucho mejor 'blanquear capitales' que 'lavar dinero'.

¿Cómo traduciríamos en España 'make or break'? 'Caja o faja', que significa 'ataúd o ascenso'.


Praxis y deontología profesional


Del periodista no nace necesariamente un buen lector, pero del buen lector puede nacer un periodista.


Un buen periodista o por lo menos que aspira a serlo, empieza por ser un buen lector.

La profesionalidad periodística abarca todas las exigencias de la ética.

'¿Llevo la ética puesta esta mañana?', parece que se preguntan, sin duda con buena fe, algunos periodistas.

La ética no es un apósito del periodismo, sino una parte constituyente de la profesionalidad.

Decimos ética periodística como algo que se añade (¿ungüento, pócima?), cuando si no es ético (profesional) el periodismo no es periodismo.

El periodismo políticamente correcto en el mejor caso es inofensivo y en los demás, una ofensa.

La profesionalidad periodística se alcanza cuando determinados comportamientos se hacen ADN. Reacción automática, como el perro de Pavlov.

Un gran periodista, ya desaparecido, dio una lección a un joven debutante diciéndole: “Me interesa lo que sepas no lo que opines del tema”.

El periodismo literario es una realidad de facto; si lo veo lo reconozco, pero ni sé en qué consiste, ni conozco técnica que se le aplique.

En ocasiones lo que se publica puede ser periodismo literario; lo preocupante es que el periodista se siente a escribir con esa intención.


La perfección en periodismo, aparte de que no existe, no puede ser un pasaporte para llegar el último.

¿Es o puede ser el periodismo terapéutico? ¿Para el profesional y para el consumidor?

Cuando el periodista olvida pero aplica automáticamente las reglas es que empieza a actuar como un profesional.

La perfección de un texto que llega el último de la fila, justamente no puede ser perfecto por esa misma razón.

Ser el más rápido no es excusa para el periodista descuidado; un texto perfecto no es excusa para publicar lo que todo el mundo ya conoce.

Ser rápido no exime al periodista de ser concienzudo, pero ser únicamente concienzudo forma más para bibliotecario que para periodista.

Los periodistas profesionales no tienen que recordar todo lo que no deben olvidar; ha de ser genético.

Como decía Renan de la nación, la libertad de prensa se comprueba en un plebiscito de todos los días. Lo ganado ayer puede perderse hoy.

La libertad de prensa es la expresión, sin más, del ordenamiento jurídico (democrático) de un país.


Panorama político internacional


Yo reconozco que hasta bien entradas las primarias me parecía inverosímil que Trump pudiera ser el vencedor.

España es uno de los países más optimistas del mundo en la autoatribución de conocimiento de idiomas. Casi todo el mundo 'sabe' inglés.

Tratar de equiparar antisionismo a antisemitismo es una añagaza política, lo que no niega que haya antisionistas que sean antisemitas.

El éxito de Trump debe en gran medida a la cobertura de los medios. Tuvo más tiempo en televisión que todos los demás juntos. (En Europa también).

‘The New York Times’ y ‘The Wall Street Journal’ califican el éxito de Trump en las primarias de “derrota del periodismo”, que interpretó la campaña como un 'reality show'.

Datos y opiniones no se llevan bien en los debates.

La contradicción de Trump: el racismo antilatino es parte de su carrera como candidato y sin el voto latino es casi imposible ser elegido.

¿Es malo que Trump haya puesto de relieve el sentir de un importante sector de opinión de los EEUU? ¿No es bueno saber con quién se trata?

Trump es la versión iletrada de Huntington, (Choque de civilizaciones), que temía que un día EEUU fuera de mayoría latina y católica.

Nunca tantos extranjeros han querido a Hillary como en la actualidad.

Es muy difícil ser elegido presidente de EEUU sin parte sustancial del voto de las minorías. Y Trump solo habla para los euroamericanos.

Todo parece indicar que hay más republicanos por Hillary que demócratas por Trump.

Ni los colombianos son por naturaleza violentos, ni nadie es por naturaleza nada. La educación y el entorno son los factores decisivos.

La carrera de Erdogan de la democracia a algún tipo de autocracia parece a punto de concluir.

Pierre Bourdieu me dijo en una ocasión que Francia, España y Portugal eran europeístas 'par nostalgie d'empire'. Volver a ser.

Los principales acusadores de Rousseff están tan pringados como el que más en la corrupción. El que sea inocente que levante la mano.

Decir que la tregua en Siria 'se tambalea' es uno de los grandes eufemismos contemporáneos.

Los conflictos internacionales, cuanto más enconados peor, no tienen por qué ser un juego de suma cero. Lo malo de uno no hace bueno al otro

¿Es posible que en una disputa internacional entre dos bandos ninguno tenga razón?

Se hereda la fortuna, pero no los pecados de los padres.

¿Tiene derecho el público de saber cuanto pagan los entes públicos a artistas o personalidades por actuaciones puntuales?

Gana por todos a cero que los entes públicos deben revelar cuánto pagan a artistas y personalidades por exhibirse (encuesta en este Twitter).


Cine


Ver una película de Steven Seagal es todo un sedante. El actor nunca simula que esté interpretando.



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Anteriores entregas de las lecciones de Bastenier a través de Twitter:

Bastenier: enseñar periodismo a través de Twitter (primera parte)

Bastenier: enseñar periodismo a través de Twitter (segunda parte)

Bastenier: enseñar periodismo a través de Twitter (tercera parte)

3 may 2016

Del 14 d’abril al 3 de maig

Francesc Ràfols
Avui, 3 de maig, és el Dia Mundial de la Llibertat de Premsa. Una data com tantes altres que hi ha al calendari per lluitar, recordar, reivindicar i/o difondre problemàtiques i drets de tota mena. Sembla ja un ritual. Però serveixen per endegar accions, canvis, per remoure consciències, per a la mobilització social. Però, són eficaces? No entraré en altres terrenys, on gent molt més experta i coneixedora pot aportar dades i visions molt més fiables que la meva. Però en matèria de llibertat de premsa, de dret a la informació, ¿què ha passat des del 3 de maig de 2015 fins ara? Doncs poca cosa bona, si és que n’hi ha.

A l’Estat espanyol s’ha aprovat la llei de protecció de la seguretat ciutadana (LPSC), més coneguda com a 'llei mordassa'. A Europa, fa molt pocs dies, el Parlament Europeu ha donat el
Andy Hall, activista britànic.
vistiplau a la llei de secrets comercials i tenim el polèmic Tractat Internacional de Lliure Comerç (TTIP) en camí. En l’àmbit internacional, des de principis d’any portem 25 periodistes –o personal de suport– que han perdut la vida en l’exercici de la professió. Però n’hi ha molts d’altres empresonats o amenaçats de presó. Un dels últims és Andy Hall, un activista britànic a qui a Tailàndia li demanen set anys de presó per un informe sobre les activitats irregulars de la indústria de la fruita en aquest país, segons la crònica periodística d’eldiario.es.

Algú pot considerar que aquestes coses passen perquè Tailàndia és una dictadura militar des que el 2014 va haver-hi un cop d’estat. La legislació d’aquest país, però, contràriament al que fixa l’ONU, estableix penes de presó per al delicte de difamació. Algú creu que això a Europa no pot passar? A l’Europa postllei de secrets comercials podrien passar coses similars. La nova directiva aprovada el 14 d’abril passat és una amenaça per al periodisme d’investigació. Diverses organitzacions professionals europees –entre les quals hi ha la Federació Europea de Periodistes (FEP), Reporters Sense Fronteres (RSF), l’Associació Europea d’Editors de Diaris (ENPA) i la Unió Europea de Radiodifusió (UER)– afirmen que «tot i les apreciables millores respecte al projecte original, la norma recentment aprovada encara planteja dubtes pel que fa si els periodistes i, en particular, les seves fonts denunciants estan protegits adequadament». El redactat és prou ambigu i deixa massa incerteses sobre la qüestió. Els activistes de la xarxa també blasmen aquesta directiva. La Plataforma X-Net –un grup d’activistes que lluiten per la democràcia a la xarxa– considera que l’únic objectiu de la nova llei «és acabar amb els alertadors d’abusos i corrupció».

A l’Estat espanyol, ja s’han començat a veure els efectes de la 'llei mordassa'. Ja hi ha diverses persones sancionades administrativament, situació que ja afecta també a dos professionals de la informació, que han estat multats pels seus articles. Els atemptats terroristes que hi ha hagut recentment a diverses ciutats europees han estat l’excusa de diversos governs per impulsar reformes legislatives encaminades a retallar llibertats com a únic camí per reforçar la seguretat. És moment per recordar la frase de Benjamin Franklin que «qui renuncia a les llibertats per una seguretat transitòria, no mereix ni l’una ni l’altra».


A Catalunya


I a Catalunya? Doncs abans del 3 de maig de 2015, la radiotelevisió pública estava en mans de comissaris polítics. Abans del 3 de maig de 2016, també. Abans del 3 de maig de 2015, Catalunya no havia desenvolupat legislativament l’article 52 de l’Estatut –que estableix les obligacions de la Generalitat per garantir el dret a la informació de la ciutadania– i abans del 3 de maig del 2016, tampoc. 

Abans del 3 de maig de 2015, els mitjans del Tercer Sector no disposaven d’espai per a la seva mínima supervivència i abans del 3 de maig del 2016, la situació no ha canviat. Els polítics poden democratitzar els mitjans públics. ¿Ho faran abans del 3 de maig de 2017? Poden fer una llei reguladora del dret a la informació de la ciutadania, com hi ha a molts països i com des de diverses instàncies professionals i ciutadanes els han demanat en reiterades ocasions. La faran abans del 3 de maig de 2017? Tindran els mitjans comunitaris un terreny de joc just i suficient abans del 3 de maig de 2017? Encara és d’hora per fer la carta als Reis d’Orient i per tant, seguirem reclamant. 

En matèria de llibertat de premsa, anem com els crancs?