1 feb 2022

Por qué desconfiamos de los medios... o cuando 'La Vanguardia' deja de ser ese periódico confiable


Dardo Gómez y Mercè Marzo
El Edelman Trust Barometer es un barómetro anual elaborado por la empresa consultora Edelman que analiza la confianza de los consumidores en las marcas, incluyendo los medios de comunicación. Éstos son los que se llevan la palma de la desconfianza y los medios españoles, que en el último barómetro han caído un nuevo 2% en su fiabilidad, se sitúan con una media de 40 sobre 100, entre los menos fiables en el ránquing de países analizados. La prensa española suspende.

A veces nos preguntamos por qué nos defraudan así; simplemente es porque la mayoría de ellos son infieles a sus lectores según sean los devaneos afectivo-económicos de sus consejos de administración. Se sabe que no pueden permitir que la verdad ofenda los intereses de sus accionistas o de sus anunciantes más poderosos; entre los cuales siempre están las multinacionales, energéticas y, de forma indirecta, los lobis de las empresas de obras públicas o de la construcción inmobiliaria. Aunque hay unas cuantas corporaciones más igualmente dispuestas a imponer a los medios la defensa de sus intereses.

Algunos periodistas de esta ciudad, que hoy ostentan cargos directivos en la prensa, radio y televisión, guardaron con celo dosieres sobre Jordi Pujol y el 3% hasta que Pasqual Maragall lanzó la bomba ante un inmutable Artur Mas en sede parlamentaria. Muchos aceptamos como si fuera una travesura infantil que cuando el atentado de ETA en Hipercor, ningún medio asociase en su páginas el centro comercial de la Meridiana con el todo poderoso anunciante El Corte Inglés, pero ¿qué pasa cuando asistes a un acto, a una conferencia, y ves omitir la “noticia” mientras se tergiversa toscamente asunto tras asunto, enunciado tras enunciado?

El pasado 25 de enero el Col·legi de Periodistes de Catalunya convocó bajo el título 'L'alcaldessa respon' el encuentro anual que organiza entre el edil de Barcelona y los informadores. Una costumbre inaugurada por Pasqual Maragall y que ya no tiene nada de extraordinario; es más bien una rutina que solo una pluma notable pudiera convertir en un Pulitzer. Sin embargo, el evento tiene la suficiente chicha como para que alguien crea que puede hacer “algún servicio” desacreditando al entrevistado. En este caso, la entrevistada era la actual alcaldesa de Barcelona y por esas cosas del destino coincidió con un momento de especial agitación impulsado por una de esas multinacionales que ven claramente amenazados sus intereses por “la Colau” y las políticas de Barcelona en Comú enfocadas en el interés público.

No sabemos si interesa demasiado conocer qué publicaron otros medios, porque no necesitábamos que nos lo contaran al haber estado en la sala; pero la mala suerte hizo que viéramos este titular en la portada de 'La Vanguardia' del día siguiente: “Colau rechaza un plebiscito electoral sobre ella en el 2023”.

Un titular insidioso que induce al incauto que se da por servido con los titulares a creer que alguien ha propuesto esa herramienta de consulta y que la alcaldesa (vaya uno a saber por qué) se niega a someterse a ella. La lectura del texto de la información resuelve que la alcaldesa dijo que no entiende que las elecciones de 2023 deban verse desde ese prisma: “No se trata de votar Colau sí o Colau no, sino de confrontar modelos de ciudad”. Se nos hace que no es lo mismo. Curiosamente, se omitía la afirmación de Ada Colau sobre quien ya sabemos que será candidata en 2023 por Junts per Catalunya, Elsa Artadi, de quien se desconocen sus propuestas para la ciudad: "La gente necesita menos confrontación y más debate, y conocer qué modelo de ciudad y que propuestas tiene cada una para Barcelona", argumentó la alcaldesa. Y es que tras seis años gobernando, ya todo el mundo tiene claro que Barcelona se está transformando de acuerdo con un modelo de ciudad más sostenible, más saludable, más justa y hasta más bonita.

Decíamos que este encuentro con Ada Colau llegaba precedido por la denuncia de una ignota Asociación para la Transparencia y la Calidad Democrática (ATCD) que había reflotado las mismas denuncias presentadas hace ya meses por otra entidad de similar credibilidad, Abogados por la Constitución, y que la Fiscalía archivó en su momento por falta de sustento. Entonces ya se había apelado al código ético del partido que respalda a Colau para exigirle su renuncia. Una y otra cosa fue explicada entonces y los argumentos de descargo se repitieron en los días anteriores a la cita en la Casa dels Periodistes.

Se supone que a las ruedas de prensa se va “aprendido”; es decir, que nada de lo anterior debía ser ignorado por los escribas que respondieron a la convocatoria. Sin embargo, este caso nadie parecía conocerlo ni recordaba que la Fiscalía había dicho que las subvenciones otorgadas por el Ayuntamiento de Barcelona al Observatorio DESC, a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, a Ingenieros sin Fronteras y a Alianza contra la Pobreza Energética “no se beneficiaron específicamente de un trato de favor especial” y se tramitaron “igual que las destinadas a cientos de entidades”.

Sin embargo este refrito judicial ocupa un espacio ponderado y se pierde diciendo que Colau “acusa a sus querellantes de atacar a un "gobierno democrático"”; esto último entrecomillado. No sea cosa que alguien piense que el escriba opina eso, como si a él no le constara la vía por la cual la coalición que gobierna ha llegado a la plaza de Sant Jaume.

Una conferencia en la cual, según el autor, “apenas hubo autocrítica”; algo que parece haberle afectado ya que más adelante insiste en que “no hubo un atisbo de autocrítica” cuando se trató el tema de la seguridad ciudadana y el supuesto fiasco del puerta a puerta en Sant Andreu, aunque la alcaldesa explicó que, a pesar de la "satisfacción del Porta a Porta en Sarrià-Sant Gervasi, es necesario esforzarse más y hablar más con los vecinos de Sant Andreu para volver a intentarlo con otras fórmulas mejores, porque existe un mandato europeo de minimizar los residuos al que no podemos renunciar".

Quizá el autor iba con otra idea preconcebida o desconocía el programa de Barcelona En Comú, ya que señala que la entrevistada “no negó el veto al coche”; digamos que más bien lo reiteró y lo apalancó con las recomendaciones europeas al respecto. Curioso que, además de tergiversar las palabras de la alcaldesa, omitiera el dato más interesante: el automóvil representa el 20% de los desplazamientos en la ciudad, pero ocupa el 60% del espacio público. No está en contra del coche, pero pone en el centro a las personas; por no hablar de los 1.000 fallecidos al año por enfermedades respiratorias.

Asimismo, respecto al proyecto de los Juegos Olímpicos de Invierno en Catalunya a él le pareció que “la alcaldesa se mostró poco concisa y, más que entrar en materia, reclamó más claridad”. Por una vez acertó, ya que la respuesta fue que, personalmente, tenía dudas sobre la conveniencia del proyecto “pero esperemos a ver qué dicen los informes que se han pedido”.

Sin que nadie lo preguntara, Ada Colau, se refirió a proyectos en marcha como el de universalizar las clases extraescolares para paliar la discriminación económica en las concurrencias a ellas; las Oficinas de tarde; pero se ve que estas son cosas menores que este periódico seguramente atribuirá al “triunfalismo” de la edil. ¿Fue cosa de todos los medios ignorar que Barcelona es la primera que va a garantizar un mínimo de dos extraescolares a los niños y niñas más vulnerables de la ciudad? Pues no, aquí van algunos titulares de otros medios de comunicación sobre esa misma rueda de prensa:

El Periódico:
Actividades extraescolares para todos los niños y niñas en Barcelona
Esta medida asegura que los niños y niñas tengan un mínimo de dos tardes con extraescolares y refuerza el sistema de actividades fuera del aula.

20 Minutos:
Colau anuncia el acceso universal a las extraescolares: "Ningún menor puede ser excluido por una cuestión de renta".

EPE:
Colau se propone que todos los niños de Barcelona puedan hacer extraescolares. Un 52% de los menores de 3 a 16 años de la ciudad no tienen acceso a actividades no deportivas fuera del colegio.

Lástima que 'La Vanguardia' se apresure a dejar de ser ese periódico confiable y se asimile a esos mecanismos que vemos en las redes para crear opinión basada en perfiles falsos y bots. Aunque en honor a la verdad, y sobre la nueva denuncia de la nada transparente Asociación por la Transparencia, la investigación periodística más completa la hemos leído en este hilo de Twitter.


Cosas como estas que leemos en los medios recuerdan los versos de Joaquín Sabina: "Que ser valiente no salga tan caro / Que ser cobarde no valga la pena".

2 comentarios:

  1. No es cierto que ningún medio citara a El Corte Inglés en el atentado de Hipercor. Lo hizo El País. Fue el único.

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  2. Queridos compañeros, difiero en algunos aspectos que habéis planteado. Mostráis una Colau desvalida, increpada injustamente.. Etc, etc. Los medios siempre han tenido un perfil económico y político, no entro ahora a valorar si es bueno o malo. Dicho esto, normal que La Vanguardia busque las cosquillas de la Colau, lo contrario, me resultaría inquietante. Otra cosa es el resto de la prensa barcelonesa, que hay mucha. De esos no habláis. Sobre la causa jududicial de la que habláis, tampoco me extraña. Hoy en día, muchas denuncias sólo buscan dañar al personaje, aunque después se demuestre que es inocente. El negocio de noticias falsas está en alza, eso ya lo sabemos. El tuiter gobierna a los medios, la gran revolución periodística será cuando tuiter se arrodille ante la prensa. Espero verlo. Julia Sousa.

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