30 oct 2012

Cifras descontroladas de publicidad

José Sanclemente
En los últimos días se han publicado varios informes sobre la situación del mercado publicitario en España. Uno de ellos, el de IAB-Infoadex señala que la publicidad en internet ha superado por primera vez a la de la prensa diaria. Según este informe, el 18,5% de la inversión publicitaria ya está en la red, mientras que los diarios tienen una cuota del 15,6%. En cifras, y para los seis primeros meses del año, los medios digitales habrían ingresado más de 430 millones de euros.

De otra parte, el estudio de Media Hot Line-Arce nos dice que internet es el 10,3% del mercado frente al 18,2 % de los diarios y que en nueve meses los medios digitales han facturado 304 millones de euros. En total, una diferencia sustancial: para un estudio, Internet supera a la prensa y para el otro le va a la zaga en más de 130 millones de euros hasta septiembre.

Parte de la diferencia está, seguro, en los buscadores y las redes sociales, que Arce no debe considerar como medios, pero los diarios que han publicado estas cifras no lo han tenido en consideración.

Ambos informes analizan y proyectan el futuro del mercado publicitario mediante las variables del crecimiento del PIB y los ratios de consumo. Ambos son seguidos por los editores que, a la vista de tamañas diferencias, difícil lo tienen para hacer sus previsiones presupuestarias off y on line.

Si buceo en el mercado mundial y sondeo a algunos anunciantes relevantes, resulta que, junto a la mayor utilización de la red para las campañas publicitarias, se está dando el fenómeno de la bajada de la tarifa de internet a uno y otro lado del Atlántico. El famoso CPM (coste por mil) se viene reduciendo en el último año. Las causas son varias y vienen ligadas a la cada vez más exacta medición del retorno de la inversión publicitaria que hace el anunciante en la red.

Los formatos convencionales ya no funcionan como antes y hay que arriesgar en otros más novedosos sin llegar a ser invasivos. La audiencia ya no es suficiente para aplicar una tarifa alta si no hay eficacia en la inversión en un momento en que las empresas están practicando, sistemáticamente, un hachazo a sus presupuestos de márketing publicitario.

La crisis es de consumo. "Si no se vende corto mis anuncios y si me anuncio es para vender de forma inmediata". Ese es el lema de muchos anunciantes instalados en el cortoplacismo porque no ven una salida inmediata a la crisis.

España --aquí tampoco hay coincidencia entre los estudios-- caerá este año entre un 12,2% y un 16% en publicidad, algo más que Portugal (12%) y mucho menos que Grecia (33,3%). Por cierto que los griegos tienen un 63% menos publicidad que en 2007... ¿deberíamos mirarnos ahí?

En cualquier caso, la inversión en internet se ha estancado en nuestro país y hay dudas (a los estudios me refiero) de que se haya colocado por delante de la prensa diaria. Con esas tendencias y proyecciones resulta muy difícil hablar del modelo de negocio digital de muchos editores convencionales. Quizá por ello están pensando también en cobrar sus contenidos on line.

28 oct 2012

‘Armstrongs’ del periodisme

Andreu Farràs
Xavier G. Luque va escriure l’altre dia a La Vanguardia, arran del destronament de Lance Armstrong, una anècdota que s’explicaven els periodistes que seguien el Tour durant “les llargues sobretaules nocturnes”. Escrivia Luque que un bon dia, cap als anys seixanta del segle passat, un enviat especial de la ràdio espanyola va rematar la seva crònica amb la tradicional lectura del principals classificats del dia i amb els ciclistes que havien abandonat la competició. Aquell dia, va notificar, un dels corredors que causaven baixa era un francès anomenat Néant.

L’endemà, el periodista es va sorprendre, i així ho va fer saber a l’audiència, que el ciclista Néant havia tornat a la carrera, però que finalment havia tornat a llençar la tovallola. Dos dies després, Néant també figurava a la llista de baixes de l'etapa. I l’endemà, un altre cop el mateix. I el periodista espanyol, s’exclamava, admirat, per la força de voluntat del ciclista Néant. I així va tornar a passar durant bastants dies, relatava Luque. Fins que algú va indicar al periodista que Néant, en francès, vol dir “ningú”.

En llegir el divertit bitllet de Luque em vaig preguntar quants periodistes ‘armstrongs’ hem conegut al llarg de la nostra carrera professional. Quantes vegades hem pogut comprovar que les empreses i els seus caps mantenien a les redaccions en llocs més o menys rellevants a persones que no estaven a l’alçada del que l'ofici li demanava –no necessàriament sempre amb galons— i que, per exemple, anaven a seguir cada any durant vint dies –i se li pagaven les corresponents dietes i hores extres-- el Tour de França sense saber un borrall de francès ni tenir la mínima intenció d'aprendre'l. I el que és encara pitjor: sense saber potser ni un borrall de ciclisme. O que una conductora de TVE de la cerimònia inaugural dels Jocs de Londres digués que l'himne britànic era Dog (sic) save the Queen i confongués Union Jack amb Union Flag i es quedés tan ampla.  Permetent les empreses –i els seus responsables—aquestes estafes als lectors i oients, aquests armstrongs, aquests fantasmes defraudadors no només de la informació esportiva, sinó de la política, de l’econòmica, de la ciència, de la salut o de la gastronòmica, ¿no han/hem estat enterrant també el prestigi i la credibilitat dels mitjans de comunicació?

@afarrasc

19 oct 2012

¿Se acaba el papel?

José Sanclemente
El anuncio de la revista norteamericana Newsweek, de que dejará de editarse en papel el próximo año para hacerlo solo en digital no por conocido, deja de ser un aviso a navegantes en los barquitos de papel.

Newsweek distribuye nada menos que 1,5 millones de copias semanales y está dispuesta a parar las rotativas en unos meses. Es cierto que hace unos años distribuía 4 millones y que la caída de ventas ha sido mayúscula, pero en este caso el salto se da con red. Con la red de su edición en internet que cuenta con 15 millones de usuarios únicos mensuales y que ha crecido más de un 70% en el último año.

En Europa, The Guardian anda diciendo que quiere acabar con las multimillonarias pérdidas de su edición impresa y concentrar todos los esfuerzos inversores y de contenidos en la edición digital.

En EEUU hay una mezcla de modelo de negocio en el que las ediciones de los grandes rotativos están aguantando, a la baja, promocionándose con las ofertas de suscripción a las ediciones digitales. Es el caso de The New York Times y de muchos otros diarios locales.

También cobran relevancia los diarios de EEUUque se imprimen solo unos días a la semana o solo en fín de semana.

Parece que lo importante es mantener la marca, y ésta la hace el contenido y el contenido puede darse diariamente en la red y reposarse en fin de semana. ¿Será la nueva fórmula a la que estén abocados los grandes diarios españoles?

Si pensamos que las empresas periodísticas españolas están recortando las estructuras de redacción en, aproximadamente, un tercio de la plantilla, posiblemente este modelo lleve a que tengamos diarios solo unos días de la semana, o un solo día como en el caso del existoso Expresso de Portugal.

No es que los ERE de los medios españoles y las tendencias europeas y americanas haya de tener necesariamente un reflejo futuro en la reducción del papel de los diarios españoles, pero sí que podría contemplarse por alguno de los grandes, viendo que las perspectivas del mercado publicitario a corto plazo siguen siendo muy negativas.

Lo que tendría sentido es seguir invirtiendo en los contenidos, en la información y, por tanto, en las redacciones, porque, si no, cuando se acabe el papel un día, no habrá el trasvase necesario de lectores a las cabeceras en la red para ser rentables.

12 oct 2012

El País: Jesús de Polanco hace 20 años

José Sanclemente reprodueix en el seu bloc part del discurs que Jesús de Polanco, fundador del Grupo Prisa, va pronunciar el 8 de desembre del 1991, fa 21 anys, sota el títol La Comunicación, una empresa de ideas.

"La historia está llena de empresas de comunicación sin definición editorial o con una política de relaciones industriales basada en un régimen de adhesión; también asistimos hoy a
la especulación financiera en torno a la propiedad de los medios. Considero inconcebible una empresa que, además de un proyecto colectivo, no sea capaz de albergar un proyecto personal para sus partícipes. Un periódico, como toda empresa, debe plantearse el beneficio como fin y como medio de subsistencia. Pero el empresario de periódicos sabe que está embarcado en una aventura que procede de un aliento espiritual y que supone un proyecto social. Cualquier empresario que ignore estos perfiles estará condenado, antes o después, al fracaso. Porque en periodismo, como en democracia, el fin no justifica los medios."La obtención de beneficios no tiene alternativa racional alguna, al igual que la enfermedad no es una alternativa a la salud, sino su destrucción: la compañía que entra en pérdidas inicia un camino inexorable hacia la suspensión de pagos, la quiebra o hacia la subordinación a otros intereses.

"Una organización económicamente fuerte, industrialmente moderna (fue la primera en introducir los videoterminales en las redacciones españolas), con
una gestión profesional y transparente (El País se hace auditar externa y voluntariamente desde 1978). Dignificación profesional, en salarios y derechos, de los trabajadores. Implanta por primera vez el descanso semanal de dos días para los periodistas.
"Esa inversión de la jerarquía entre medios y fines se produce en la prensa sensacionalista y amarilla, sólo preocupada por aumentar su circulación y su facturación publicitaria a cualquier precio, a fin de optimizar sus cuentas de resultados. En el otro extremo encontramos la patología simétricamente opuesta de la simulación de formas jurídico-empresariales para encubrir proyectos periodísticos financiados a fondo perdido que se proponen objetivos al margen del mercado.

"Por eso,
la transparencia es básica a la hora de juzgar el comportamiento de las empresas de comunicación".

11 oct 2012

El valor de l'experiència

Pepa Badell
Aquest any, a la Facultat de Ciències de la Comunicació de la UAB hem tingut el plaer d’inaugurar el curs amb una xerrada amb Maruja Torres. Aquesta veterana i vital periodista aplica tota la seva energia i experiència a transmetre una sola passió: l’ofici de periodista.

En un moment en què sembla que tota la societat està immersa en el pesimisme i la desesperança, Maruja Torres clama perquè els periodismes fem una cosa tan revolucionària com “explicar la veritat”. L’alumnat va demostrar que tenia ànsia per aprendre de testimonis com aquest, que ha viscut en primera persona la transició, guerres, lluites, revoltes... i l’alegria de ser dona i de viure la vida.

El valor de la xerrada rau en que aquests joves —futurs periodistes— van poder copsar de primera mà un exemple de com és aquest ofici: apassionant, de vegades caòtic, sotmès a moltes tensions i poc reconegut social i econòmicament. Tot i així, com a feina vocacional que és i com a feina amb un valor social —que el té—calen veus com la de Maruja Torres que s‘alcin per denunciar les pràctiques rutinàries, acomodatícies, covardes o sensacionalistes que amenacen els mitjans, les empreses periodístiques i l’ofici de periodista.
“Recomano la rebel·lia”
Una altra de les qüestions que va recomanar amb fermesa va ser la de practicar la rebel·lia: rebel·lia contra la injustícia, contra les nostres pors, per defensar la veritat i, sobre tot, escoltar les persones que pateixen injustícies a tots els nivells. Davant d’aquest principi, la veritat és més revolucionària que mai. ¿I qui podrà explicar què passa si els que som responsables de fer-ho no sortim al carrer a veure, mirar, preguntar, sentir què és el que passa i què pensa la gent?

Em direu que és molt difícil practicar periodisme amb sous precaris, incerteses, pressions de tota mena... És evident que no es pot demanar que tothom tingui aquesta vocació de servei --pels motius que sigui--, però llavors no hem de confondre la professió de periodista amb la que jo anomenaria d’escribidor.

Demano disculpes si trobeu el terme pejoratiu, però encara no he trobat una paraula que serveixi per definir l’evolució que ha marcat la comunicació els darrers anys. Els avenços tecnològics i en matèria de comunicacions ens han convertit als periodistes massa vegades en escriptors al pès. L’empresa periodística ofereix un munt de continguts, cada cop més, en els més diversos formats i plataformes per tal de posicionar-se al mercat. I tot això va en detriment de la qualitat.

Com deia Bernardo Díaz Nosty fa uns dies a
#CPCfutur cal esperar que la qualitat de continguts periodístics s’acabi imposant. Si no, no hi ha futur per a les empreses ni per al periodisme.

6 oct 2012

Controlar el mensaje y al mensajero

José Sanclemente
El control de las redes y sistemas de comunicación es algo en lo que se está invirtiendo grandes cantidades por parte de la mayoría de gobiernos. Nuestro grado de intimidad es inversamente proporcional a ese gasto.

Dos casos recientes y bien diferentes me llevan a hacer alguna reflexión. Uno es la solicitud del juez Pedraz a las compañías Google, Twitter y Facebook para que se le faciliten los datos de los individuos que estaban detrás de determinados mensajes durante la manifestación del 25-S. Otro, bien diferente, es la intención del grupo Unidad Editorial de regular las comunicaciones que hacen sus periodistas a través de las redes sociales para que éstas no se alejen de la línea editorial de sus cabeceras.

No pensemos que este es un tema propio de nuestro país. La CIA, a través de su fondo de inversión IN-Q-TEL, está adquiriendo diferentes tecnologías para monitorizar el comportamiento de los ciudadanos con intención de conocer y predecir acontecimientos de determinados movimientos sociales, además de los de terrorismo y seguridad nacional.

Los sistemas de espionaje legal de las comunicaciones están desarrollados en casi todos los países. En España en el 2001, durante el Gobierno de Aznar, se inició el desarrollo del SITEL (sistema integrado de escuchas telefónicas). Mediante un concurso secreto se pasó a que determinadas empresas gestionaran directamente para la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil, en un ordenador central, la intervención de las llamadas en tiempo real, a requerimiento de los jueces, y sin necesidad de pedir estos datos a las compañías telefónicas. En cualquier momento desde un ordenador de la policía se puede acceder a la localización de un móvil y a las llamadas y mensajes de texto de cualquier ciudadano, siempre con la autorización del juez.

Se me hace extraño que SITEL no haya desarrollado también su propios sistema para detectar qué personas estamos detrás de cada mensaje enviado mediante una dirección IP de un ordenador o móvil con conexión a internet y el juez tenga que recabar información de las compañías que explotan las redes sociales y correos electrónicos.

Pero a lo que voy. Controlados, de una u otra manera, lo estamos. No hay duda, y cada cual es libre de renunciar a su privacidad y de exponer sus opiniones sabiendo que desde el momento que suben a una red social ya no le pertenecen y además son monitorizadas, no solo para venderle un producto, sino para ser seguido si la justicia lo ordena.

En el otro lado está el intentar controlar y modular los mensajes de los mensajeros . En este caso los de los periodistas. Convertir lo que en los diarios se suele llamar el libro de estilo en un control del estilo de los mensajes que sus periodistas vierten en las redes sociales, se me hace harto complejo y más en estos momentos.

De hecho, las redes sociales estaban denostadas por algunos directores de medios y por algunos periodistas hasta hace poco tiempo. Hoy, vemos como los directores interactúan con los contenidos, con sus portadas y hasta con los lectores que les siguen. Parece imparable e incontrolable que se modere este circuito que lleva a un aluvión de opiniones de diferente signo.

Hoy en día cuando un colectivo, incluso el de las redacciones de los diarios, no aparece en un medio de comunicación porque reivindica sus precarias condiciones laborales o lo que sea, aparece en las redes sociales y luego, incluso, llega a ser noticia.

Controlar al mensajero ya es una realidad: Quién lo envía, a qué hora, desde qué sitio y dispositivo y hasta en qué tono lo escribe o pronuncia. Controlar el mensaje que se envía comienza a dar pánico.

¿Por qué les está dando a muchos por "modular" tantas cosas, manifestaciones incluidas?

Dejo un enlace de eldiario.es sobre un estupendo reportaje de Juan Luis Sánchez que lo explica muy bien.
http://www.eldiario.es/politica/Puede-Facebook-entregar-personales-Policia_0_54245023.html

y os dejo un enlace a mi novela Tienes que contarlo que cuando la publiqué, este año, no pensaba que la ficción fuera tan real y que el control de las redes sociales fuera tan inquietante.

 

5 oct 2012

Compte enrere

Joan Brunet i Mauri
Els fets es succeeixen a velocitat de vertigen i els discursos dels líders polítics d’avui no són, necessàriament, coincidents ni coherents amb els que demà es faran o es diran. Assistim a un intercanvi continuat de declaracions i de retrets que mediàticament són susceptibles de ser utilitzats pels uns i pels altres a conveniència. Així la informació que arriba a la ciutadania queda condicionada no ja només pels seus emissors, sinó que fins i tot també pels mitjans de comunicació, siguin de titularitat pública o privada. Mitjans de comunicació que en general es mostren més preocupats per quedar bé davant les seves respectives titularitats, que no pas per complir amb la que ha de ser la seva funció fonamental com a referents enmig de l’allau de notícies i de rumors que circulen per les xarxes socials, i que sovint són generades per fonts de dubtosa credibilitat. És en aquest context, que als mitjans de comunicació en general, i als periodistes en particular, els hauria de preocupar molt més com garantir el dret que assisteix a la ciutadania de poder accedir a una informació rigorosa, precisa, crítica i contrastada. Un objectiu que, al cap i a la fi, és la raó de ser de qualsevol mitjà de comunicació, però en especial els que són de titularitat pública.

S’acaba d’encetar la campanya electoral conduent l’elecció d’un nou Parlament i d’un nou govern per a Catalunya. Una campanya que comença sota la premissa plebiscitària que inevitablement deixarà a banda el debat entorn les raons ideològiques que ens han portat fins on ara som, així com també les conseqüències socials que aquestes raons tenen sobre la ciutadania. Els posicionaments de partida de la campanya es coneixen, atès que van ser posats damunt la taula pels partits polítics en el recent debat de política general. I són precisament aquests posicionaments els que permeten vaticinar que la tònica plebiscitària serà la dominant en la campanya. Una tònica que va bé tant al PP com a CiU ja que ni l’un ni l’altre volen que es parli de polítiques socials perquè ells són els actors i els executors de les retallades que afecten a les classes menys afavorides. Al PP li convé a més mantenir-se en el seu paper en defensa d’una concepció d’Estat centralista que li dóna rèdits electorals a la resta d’Espanya. A CiU li interessa defensar la idea d’un país en abstracte, del que no se n’explica el model ni relacions. Enmig d’ambdues posicions, el PSC defensa una proposta federalista que no acaba de trobar interlocutors ni en les files del seu partit germà, el PSOE.

Plantejades així les coses, Alicia Sánchez Camacho –i la cohort de mitjans de comunicació que l’aplaudeixen— s’estan erigint sense voler-ho en els millors promotors d’adeptes per a la causa independentista. Tot perquè, com també deia la meva àvia, “no hi pitjor sord que aquell que no vol escoltar”. I ni ella –Alicia--, ni el seu partit, han cregut mai que Catalunya tingués una personalitat clarament diferenciada de la de la resta de l’Estat que cal respectar i tenir molt en compte. Al contrari. Per acció o per omissió, el PP ha posat constantment pals a les rodes per impedir avançar cap un model d’Estat descentralitzat.

Davant el posicionament intransigent i dogmàtic del PP i de les dificultats amb les quals el govern de la Generalitat es troba, a Artur Mas li ha estat ben fàcil trobar el camí que a ell més li interessa recórrer. Un camí que previsiblement li evitarà ser engolit electoralment parlant, com ho han estat altres presidents i partits governants presentats a reelecció a Europa els darrers anys. El dubte és, però, discernir entorn si aquest és també el camí que a Catalunya més li convé. Un debat que a hores d’ara i en el fragor de la campanya electoral és impossible poder portar a terme.

http://blogs.cperc.net/jbrunet

2 oct 2012

Ni muertos ni de parranda

Antonio Baquero
Lo siento. No soporto más a esos gurús de la prensa que reducen su mensaje a insistir en que el periodismo de verdad ha muerto y que proporcionan como recetas justo hacer aquello que ellos no se atrevieron a acometer cuando estaban en activo. Jon Sistiaga, Rosa María Calaf, Soledad Gallego-Díaz y otros tantos aprovechan cualquier momento para soltar la misma sarta de tópicos: que si el periodismo de verdad ya no existe, que si los periodistas de investigación están en la calle o en un ERE, que si abunda la opinión y falta la información, etc. En definitiva, que el periodismo bueno se hacía cuando ellos trabajaban y que el trabajo que hacemos miles de periodistas en este país se reduce solo a ir a ruedas de prensa y enviar rápido en una “tableta de esas que les dan” (por cierto, a mí no me han dado ninguna; ya preguntaré a ver a quién se la tengo que pedir).

Se trata de periodistas con admirables carreras profesionales y que para mi durante años han sido un ejemplo y, en algunos casos, amigos. No lo pongo en duda. Sin embargo, si me permiten, rechazo tanto sus afirmaciones como sus argumentos, que rozan el insulto a los cientos de periodistas que, en este país infame, siguen batallando día a día por hacer su trabajo con dignidad y brillantes. La primera parida: el periodismo no está en un buen momento. Me lo dices o me lo cuentas. No obstante, en cuanto a contenidos, no me da la impresión de que estemos tan mal, o desde luego no me parece que estemos peor que hace 10 o 20 años.

Que el periodismo está en crisis es una verdad como un templo. Que el periodismo de verdad ya no existe es un lugar común. De hecho, creo que, en ocasiones, el periodismo de hoy es hasta mejor. Ha sido la prensa la que ahora ha levantado el caso Urdangarín y ha acabado con el sacrosanto tabú de la Casa Real. La misma que destapó los tejemanejes del caso Millet. En Siria, jugándose literalmente el cuello, ha habido más de una decena de periodistas españoles. Y, sin ir más lejos, fue mi diario el que destapó el caso del lavacoches de Montgat y tras estar 10 meses erre que erre facilitó su salida de prisión. Por cierto, cuando telefoneamos a uno de estos gurús a que nos diera su opinión sobre esa investigacion periodística se negó a hacerlo y nos remitió a que tomáramos un extracto de sus discursos.

Y la lista de buenas noticias no acaba ahí. Las mejores, en mi opinión, son la aparición de proyectos apasionantes como Jotdown o Mongolia.

Incluso para lo malo no creo que estemos mucho peor. Que la cobertura de la trágica muerte de los niños de Córdoba ha sido vomitiva. Desde luego. ¿No fue igual de repulsiva la de las chicas de Alcàsser? Y de eso va a hacer ahora 20 años, cuando todos estos que nos menosprecian estaban en activo.

Personalmente, prefiero a esos periodistas veteranos que en lugar de dar lecciones siguen en la brecha y traen noticias. En definitiva, que informan y no opinan.