Julia Sousa (*)
He leído con especial interés el libro que acaba de publicar el actual director adjunto de 'El País' Lluís Bassets, titulado 'El último que apague la luz'. Me he permitido hacer un pequeño guiño sobre el título, que ciertamente me ha gustado, por el de 'El último que haga clic', en consonancia con los nuevos tiempos y el futuro que tenemos por delante, ya que yo, en contra de los augurios tan derrotistas de nuestro compañero, creo y estimo que el buen periodismo siempre tiene futuro, indistintamente de si su soporte es papel, digital o por las ondas. En cualquier caso, el soporte es lo que menos me importa y sí la calidad de los contenidos.
Bassets hace un recorrido sobre la reciente historia de la prensa en España y, sobre todo, del período que transita desde la muerte de Franco hasta la actualidad. Dentro de este contexto, me gustaría comentar unos cuantos párrafos del libro.
El primero, página 61: "Grupo 16, PRISA (editora de 'El País') y Grupo Zeta son los tres grupos que se consolidaron durante la transición. El primero fue pionero en información política y económica; el segundo quedó asociado muy directamente a la transición y a sus pactos; mientras que el tercero, desde Barcelona, se consolidó gracias a la prensa semanal ligera y erótica, la prensa de humor y el periodismo popular de 'El Periódico de Catalunya'".
En primer lugar, dedica muy poco espacio a describir al Grupo 16 y a PRISA y sí, en cambio, se recrea en adjetivar la trayectoria del Grupo Zeta. Se desprende por sus adjetivos de “ligero”, "erótico" y “popular” un cierto desdén hacia este grupo y sus contenidos.
¿Qué significa "un periodismo popular"? Yo, que he trabajado muchos años en el Grupo Zeta, no alcanzo a estimar este concepto. Y resulta que hoy en día se imparten clases sobre “periodismo popular” en bastantes universidades latinoamericanas, porque consideran que “busca una interrelación entre los emisores y receptores a través de una organización y reorientación de los pueblos oprimidos”.
Dudo que el señor Bassets estuviera pensando en esta descripción del periodismo popular cuando ha escrito su libro sino más bien en desacreditar una forma de entender el periodismo y practicarlo. ¿Que hubo y hay erotismo? Sin duda, 'Intervíú' es un buen reflejo de ello, pero ¿por qué olvidar que también gracias a esta publicación, que todavía subsiste, se pudieron empezar a hacer grandes reportajes de investigación? ¿Quién no recuerda a Xavier Vinader, hoy profesor de periodismo de investigación en la Universidad Ramón Llull? O bien a Antonio Rubio y a tantos otros, que han abierto un camino hacia la investigación bien hecha y con gran rigor.
Maestros sin duda de esta especialidad, como tantos otros, no cabe duda, pero nacieron en este grupo que según Bassets hacía un periodismo “ligero”. Como es lógico y natural, cada prensa ha tenido y tiene su público. Lo que verdaderamente se tiene que analizar es la calidad y la profesionalidad de sus contenidos, sin tener en cuenta el formato, titulares o fotos que acompañen a dicha información, porque en caso contrario podemos pecar de arrogantes.
No cabe decir que a lo largo de todo el libro el mensaje subliminal es que 'El País' ha sido y es uno de los pocos medios de prensa escrita que se manifiestan por su rigor y su concienzuda trayectoria en aras de la democracia y del buen periodismo.
Bien, son puntos de vista, pero hay una premisa que ya estudiamos en la Universidad hace muchos años, en la que se nos aconsejaba y se nos pedía --me refiero a los periodistas-- que fuéramos lo más objetivos posible en todas nuestras informaciones. Efectivamente, la objetivación ha hecho huelga por unos días. Lo cual no resta por mi parte, en ningún momento, que ensalce muchas líneas maestras que ha abierto 'El País' como medio de prensa escrita en este país. De esto no hay duda. Pero considero que el Grupo Zeta también fue capaz de abrir otras frentes de comunicación y, algo muy importante, de acercar la información al público en general, es decir, a los no lectores de periódicos, que eran muchos y variados tras la muerte de Franco, lo cual considero que es un hito importante para nuestra profesión y que no debe menospreciarse en ningún momento.
Periodismo conversacional
No hacíamos información “ligera”, por lo menos yo no lo interpreto así en ningún caso. Hacíamos artículos más cortos que en 'El País', eso es cierto, para que aumentara el número de lectores, pero el número de líneas de un texto nunca ha de ser en menoscabo de su contenido. Al contrario, en ocasiones es más complicado decir mucho en poco y, si no, fíjense en los malabarismos que tenemos que hacer para publicar un tuit cada día en solo 140 caracteres.
El mensaje, la denuncia, la investigación es lo importante y el Grupo Zeta ha sabido y sabe mucho de ello. Y que conste que hace muchos años que no trabajo en este grupo y, por tanto, nadie podrá tildarme de corporativista. Por último, quiero reseñar otro párrafo de su libro, en la página 105, donde habla sobre el periodismo conversacional. En este apartado analiza los blogs y las redes sociales. Mucho se está hablando de todo ello como alternativa o realidad del nuevo periodismo. Yo no lo califico así. Las redes sociales tienen una función importante dentro de la comunicación actual, pero, bajo mi punto de vista, en ningún caso conforman un periodismo. Estoy de acuerdo con él cuando apunta que hoy en día cualquier ciudadano se considera periodista, porque puede lanzar un mensaje y una foto. Bien, esto si me resulta una “información muy ligera”. Lamento que haya gente que se pueda sentir así, pero nosotros sabemos que no son periodistas y lo que sí deberíamos hacer es defender la legitimidad de nuestra profesión, sea cual fuere su futuro.
(*) Julia Sousa ha trabajado en 'El Periódico de Catalunya', 'Interviú' y 'Tiempo', publicaciones del Grupo Zeta.