13 feb 2024

Los ‘off the record’ los carga el diablo

Andreu Farràs

La feroz ofensiva del Partido Popular contra la amnistía que Pedro Sánchez intenta impulsar para reconducir el independentismo catalán y, sobre todo, mantenerse en la Moncloa sufrió un duro revés el pasado fin de semana por las declaraciones de una “fuente de la alta dirección del PP muy próxima a Alberto Núñez Feijóo” que admitió que este se había mostrado dispuesto a indultar con condiciones a Carles Puigdemont si Junts votaba a favor de los populares en el debate de investidura. La docena larga de periodistas que conversaron simultáneamente con esta “fuente de la alta dirección del PP muy próxima a Feijóo” y publicaron también casi simultáneamente el resultado de esta información añadieron en sus noticias que el PP considera muy difícil que las acciones de Puigdemont, Tsunami Democràtic y otros independentistas puedan ser calificadas de “terroristas”.

La campaña de las elecciones gallegas, que hace poco más de un mes
Alberto Núñez Feijó, una imatge d'arxiu.

parecía que el PP iba a ganar sin que su candidato se bajase del autobús, se ha convertido de la noche a la mañana en una pesadilla para el presidenciable Alfonso Rueda y, todavía más, para Feijóo, por culpa de “una fuente muy próxima” a él que no ha sabido controlar sus palabras en una conversación informal con algunos periodistas. Todo por un ‘off the record’ (a micrófono cerrado) que fue mal acordado o con un contenido demasiado explosivo para ser respetado.

Las conversaciones a micrófono cerrado con políticos, empresarios e intelectuales suelen ser siempre mucho más interesantes que las entrevistas ‘on the record’ y no digamos que las ruedas de prensa con o sin plasma. La mayoría de los protagonistas se sinceran, se relajan y se quitan la máscara del personaje que tienen que interpretar de cara a la galería. Como periodista compruebas cuanto hay de farsa, simulación e incluso perfidia en ciertos personajes con fama y carisma. En otros casos, algunos ‘off the records’ son la semilla de futuras primicias que la fuente primaria te ofrece pocas veces desinteresadamente.

A finales del siglo pasado, cuando Jordi Pujol aún era presidente de la Generalitat, se reunió con un grupo de periodistas en Barcelona. Era una conversación distendida y extraoficial entre redactores avezados y un político aún más ducho que ellos. Uno de los periodistas (que, por cierto, estos días ha sido reprendido por el Consell de la Informació de Catalunya por vulnerar dos artículos del Código Deontológico) preguntó al ‘president’: “Si tuviera usted la oportunidad de conseguir la independencia de Catalunya apretando simplemente un botón, ¿lo pulsaría?”. Segundos de pausa dramática. Pujol pregunta: “¿Off the record?”. “Sí, sí, claro, claro”, responden al unísono los reunidos salivando. Otra pausa dramática y el patriarca responde: “No. No lo pulsaría”. La negativa fue seguida de uno de los amplios monólogos a los que el líder nacionalista ya tenía habituados a los desilusionados informadores. ¿Alguien puede creerse que si la respuesta de Pujol hubiera sido afirmativa todos los reporteros podrían haber resistido la tentación de saltarse el compromiso de confidencialidad y no comunicarlo al menos a sus respectivos jefes?

“Si quieres que algo no se sepa nunca, no se lo digas a nadie”, me dijo en una ocasión otro dirigente político catalán. Porque, al final, “todo se sabrá”, como amenaza ahora desde Waterloo uno de los sucesores de Pujol. La “fuente de la alta dirección del PP muy próxima a Núñez Feijóo” debería saber que los ‘off the record’ los carga el diablo. Y si lo sabe y no lo lleva a cabo, además de delatar su grave hipocresía, ofrece una muestra más de que no está preparado para llevar las riendas del Gobierno de un país tan complicado y parlanchín como España.

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