30 abr 2012

No hay periodismo deportivo

Gabriel Jaraba
Nunca había habido tantos medios de información sobre deportes como ahora. Nunca había habido tanto fútbol en televisión como ahora. Durante el franquismo, se decía que el fútbol era una de las herramientas de lucha ideológica del régimen para mantener despolitizadas a las masas, pero en democracia hay más resonancia futbolística que en toda la historia del deporte y del mundo mundial.

Nunca había habido tantos periodistas deportivos como ahora. Nunca tantos periodistas deportivos habían tenido tan buena formación como ahora, la gran mayoría egresados de las facultades de comunicación. Los periodistas deportivos jóvenes bien formados escriben razonablemente bien y tienen una cultura general equiparable a la del resto de profesionales. En el franquismo, la mayoría de periodistas deportivos eran unos zotes, casi como la mayoría de futbolistas. Los que ocupaban puestos de responsabilidad eran adictos al régimen, como lo eran los dirigentes deportivos, ya que desde la implantación del Estado franquista el deporte fue adjudicado a las estructuras de la Falange. Los más jóvenes que no llevaban camisa azul eran arribistas “despolitizados” que lograban destacar a base de trabajo, protección o cara dura. El estilo bronco, nacionalista español, desconsiderado y faltón que observamos ahora en tipos como Mourinho, Karanka o Clemente nació entonces: hijo del falangismo de la dialéctica de los puños y las pistolas.

Nunca había habido tantos periodistas deportivos que trabajasen en catalán. En la década de los 70 sólo había un redactor capaz de escribir de deporte en nuestra lengua, Antoni Morera Falcó, de El Correo Catalán. Él fue el pionero del periodismo deportivo escrito en catalán y pensado en catalán, muchísimo antes que Joaquim Maria Puyal. Cuando este periodista rompió la barrera de las retransmisiones deportivas en lengua catalana, recuperó la tradición periodística en la lengua propia del país, que constituye aún un modelo de periodismo popular de calidad y divertido. Pero lo que ahora mismo es perfectamente normal y tiene gran éxito, en 1976 era una rareza.

Nunca había habido tantos recursos profesionales y técnicos para la práctica del periodismo. No sólo internet, sino en el campo del vídeo, el audio y las transmisiones. Pedro Ruíz, famoso como humorista en el escenario, se dio a conocer como periodista deportivo presentando al público un raro y maravilloso invento: la moviola. Es decir, un magnetoscopio que permitía revertir la imagen en movimiento de un partido y volver a pasarla para revisar lo que en ella se registró. La moviola dio tanto que hablar en el periodismo deportivo de aquella época que parecía que se tratase del teletransportador de Star Treck. Hoy cualquier joven periodista deportivo sabe cómo organizar la producción técnica de sus realizaciones.

Y sin embargo, con todos esos adelantos, ese progreso innegable, ese avance profesional y técnico, ningún periodista ha sido capaz de cumplir con lo que era su obligación antes del 27 de abril pasado: averiguar quién sucedería a Josep Guardiola como entrenador del FC Barcelona.

Hemos asistido a todo un despliegue de alabanzas, hagiografías y reconocimientos a Guardiola, más que merecido todo ello, pero no hemos visto que ningún periodista fuera capaz de cumplir con su oficio, que es adelantarse a los acontecimientos y dar noticias en primicia.

La obligación del FC Barcelona es mantener a resguardo sus movimientos estratégicos. La obligación de los periodistas que siguen su actualidad es romper las barreras de ocultación y silencio, legítimas en sí pero hechas para ser superadas por el periodismo. Tan digna y necesaria es una cosa como otra. Cuando no hay voluntad o habilidad de superación de esas barreras no hay periodismo, hay otras cosas: divulgación, publicidad, compadreo incluso. El periodismo es independiente y los periodistas no tienen amigos, sólo fuentes y objetivos informativos.

El que Josep Guardiola no conceda entrevistas exclusivas a periodistas o a medios no es óbice para que no pueda ser seguido informativamente. Precisamente cuando se da esa situación, a la que el deportista tiene derecho, es cuando más han de insistir los periodistas en el seguimiento de lo que de interés informativo tiene su actividad. Es posible no poder entrevistar a un personaje y al mismo tiempo trabajar informativamente todo lo que a él concierne para obtener noticias de interés y si es posible de impacto.

Entiendo la fascinación que Guardiola produce en la gente. Yo mismo le admiro mucho y así se lo he dicho personalmente; es una de las personas más inteligentes que he conocido en mi vida periodística, no sólo en el campo deportivo. Es natural que él mismo utilice esa fascinación como medio de producirse y protegerse. Y también lo es que quienes le admiren mucho trabajen a fondo para desvelar lo que interesa al público que debe ser informado. Eso se puede hacer sin caer en el amarillismo, la prensa rosa, la frivolidad o la falta de respeto. El periodismo exigente siempre es de calidad.

No ha habido, pues, al final de la etapa Guardiola como entrenador del FC Barcelona, periodismo deportivo de verdad y de calidad. Ha habido admiración, fascinación, entusiasmo, pero no ha habido periodismo. Y eso no es bueno para los periodistas, ni para los medios, ni para los ciudadanos ni para los propios interesados. Corremos el riesgo de tener un periodismo deportivo más formado, profesional y abierto que el del franquismo pero igualmente opaco.

Y si no, que se me diga qué periodista y qué medio está siguiendo ahora mismo, en claves de periodismo de investigación, la singular situación económica de los clubs y de la liga de primera división, esa descomunal burbuja económico-deportiva que un día nos estallará en la cara.

27 abr 2012

¿Qué quiere hacer Cebrián? Tendría que contarlo

José Sanclemente
Algún periodista me ha preguntado, a raíz de las entrevistas por mi novela Tienes que contarlo, si he querido reflejar a Juan Luis Cebrián, presidente de Prisa, en mi editor del Grupo Universal en la ficción. Nada más lejos de ello. En ningún momento pensé en él ni en su grupo mediático para construir la trama de mi libro policíaco. Sin embargo, he de decir que, tras las sucesivas declaraciones del presidente del mayor grupo de comunicación de nuestro país, en las que declara públicamente que los diarios han desaparecido, que el papel está poco menos que muerto y que las redes sociales están liderando la información en nuestros días, pienso que Cebrián se está alineando con mi ficción.
Afirmar, como hace Cebrián, que en el caso de la cacería del Rey son las redes sociales las que han marcado la opinión es a todas luces arriesgado e inexacto. La red social alimentó miles de opiniones, chascarrillos, falsedades y verdades, y hasta se retuitearon decenas de artículos periodísticos, pero si alguno de ellos hubiera aparecido en la prensa escrita, pongamos en el diario El País, hubiese tenido mucha mayor repercusión social. De hecho alguno apareció y fue muy comentado. Es más, los editoriales impresos de El País a favor de la monarquía, nada menos que tres en un mes y medio, dieron de qué hablar.
Los periódicos no están muertos y si se empeña algún editor en enterrarlos en vida debería dar una explicación de por qué lo hace. ¿Por qué Cebrián anticipa la muerte de El País y de todos los diarios impresos?
¿Es solo porque debe afrontar, como se rumorea, un ERE en su diario tras haberlo hecho en el audiovisual y así va preparando el camino?, ¿es porque responde a los intereses que desconocemos de sus también desconocidos propietarios agrupados en un gigante fondo de inversión?, ¿es porque quiere acelerar la estrategia de la migración del papel hacia los medios digitales, incluido el próximo Huffington Post?...
En cualquier caso, la prensa escrita está padeciendo una crisis enorme. No dudo de que algunos de los más de 170 periódicos que hay en España acabe cerrando si sigue la caída de ingresos publicitarios. El País es el primer diario en circulación en España y sigue siendo rentable y los problemas empresariales de Prisa vienen derivados de sus desaciertos en la gestión audiovisual con Sogecable a la cabeza, como ha reconocido Juan Luis Cebrián en más de una ocasión.
Los diarios impresos remontarán y recuperarán parte de sus ingresos publicitarios en cuanto lo haga el consumo. Con seguridad sus tiradas se verán reducidas, pero quizás han de pensar en un cambio de modelo informativo con más reflexión, investigación e interpretación periodística. Un modelo más pausado y elaborado que nos acerque a la verdad o a las verdades que necesitamos conocer en un mundo que se mueve en una ola informativa marcada por la agenda de los políticos y los financieros de aquí y de Bruselas.
El modelo empresarial de la prensa escrita también ha de cambiar. No se pueden asumir los costes de producción, distribución y comercialización que se ejecutan como hace cien años, pero a precios insoportables. Pero que nadie piense que sin una buena cabecera en papel las páginas web de los diarios serán rentables por sí solas. Es necesario apoyarse en el papel para consolidar el digital. Otra cosa son los medios que nacen solo en la red y que buscan su hueco informativo.
No parece una buena política la de Cebrián la de decir urbi et orbe que su diario está moribundo. Será difícil convencer a los anunciantes que inviertan en un medio cuyo presidente entierra antes de hora. Será difícil que sus periodistas y empleados se ilusionen por un proyecto cuyo máximo dirigente dice que tiene los días contados.
No he visto en ninguna parte algo similar: desde los esfuerzos del New York Times por consolidar su papel y el digital, hasta el de los periódicos del controvertido Murdoch, pasando por la sólida prensa alemana o la creciente circulación del papel en los países emergentes.
Ahora pienso que la ficción que tramé en Tienes que contarlo tenía que ver con la realidad de algunos. Deseo que El País no se convierta en el mortecino diario El Universal.
(http://sanclementejose.blogspot.com.es/)

25 abr 2012

Polivalència i convergència a les redaccions

Pepa Badell
El passat 16 d'abril vam rebre a la Facultat de Ciències de la Comunicació de la UAB en @saulgordillo, cap de continguts digitals d’El Periódico de Catalunya. Precisament aquest mitjà de comunicació estrenava el seu informatiu per televisió IP ̶ @EPtv_cat al twitter ̶  accessible des de la web i a travès d’un codi QR a l’edició impresa.

És una bona notícia que els mitjans tradicionals estiguin buscant alternatives i nous camins per a la informació professional, ara que tant es parla de la crisi de la premsa i de la davallada en els ingressos publicitaris. Però, en el fons, no assistim a cap altra cosa que a una nova (sí, una més) adaptació de la premsa a les noves tecnologies.

La premsa, la tecnologia i les comunicacions han estat sempre estretament vinculades. Sense cap d’aquestes tres potes no podríem entendre la història de la premsa ni moltes de les revolucions socials dels darrers segles. Darrera de tot canvi tecnològic, hi ha uns processos d’adaptació tant pel que fa als periodistes com pel que fa al públic lector.

A les redaccions, tota innovació tecnològica comporta una modificació en les rutines de producció i val a dir que, normalment, a la majoria de professionals els costa canviar la manera de fer. Mentrestant, els lectors van incorporant ràpidament les novetats als seus hàbits de consum informatiu. Per això, tot i les reticències inicials, els periodistes sempre hem acabat adoptant les novetats que ens han apropat més als nostres lectors.

No perdre el carro de la tecnologia ens ajuda a no perdre l’audiència; i no perdre l’audiència ens ajuda a mantenir el finançament del mitjà a través de la publicitat. Ara bé, com ha apuntat
Saül Gordillo durant la seva intervenció a la UAB, les xarxes socials i les noves formes de treballar en han de permetre fer circular més la informació, però també escoltar què és el que es cou informativament. Els periodistes hem d’aprendre a administrar aquesta nova font d’informació que es va sumant a les tradicionals que ja teníem.

En aquest ofici caminem d’una manera irreversible cap a la polivalència i la convergència de mitjans. Els futurs periodistes, i els que ara ho són, han de ser conscients d’aquesta conjuntura: las noves maneres d’informar els porten a ser multitasca i també multiplataforma.

Multitasca, en el fet que el/la professional de la comunicació ha de tenir uns coneixements i habilitats que li permetin treballar tant sobre text com sobre imatge i/o continguts multimèdia, però no en el sentit de promoure la sobreexplotació, prescindint de determinats professionals que tradicionalment fan aquestes feines.

Multiplataforma, perquè avui és la manera més natural de donar una vida més llarga a la nostra informació i, alhora, projectar el nostre perfil professional. Mireu si no l’exemple de Nicholas Kristof, amb 435.000 seguidors a la seva pàgina de Facebook i 1.246.607 a Twitter… Això sense comptar els qui el segueixen al
bloc o, directament, a les pàgines del New York Times.

Tots aquests canvis no són res si no tenim en compte una realitat perenne en el món de la premsa: els continguts i com fem aquests continguts. Com a periodistes, podrem posar la nostra feina en paraules impreses, àudio, video, publicades en forma de tweet, entrada de bloc o Facebook… però sempre s’haurà de construir la informació d’una manera professional, rigorosa, contrastada. Si no, no podrem parlar de periodisme professional. I les empreses periodístiques no han d’oblidar que el seu principal actiu són els continguts que sustenten la seva marca.

21 abr 2012

Quizá

Txerra Cirbián
En todos los años que llevo trabajando como periodista nunca, como ahora, me había encontrado en la tesitura de ver convertida en noticia una posibilidad, un quizá…

Estos últimos tiempos me estoy encontrando con rumores trasladados a titulares, sobre todo en medios digitales, pero también en prensa de papel. Es en estos ámbitos donde más se nota: queda escrito, si bien el digital puede rectificar en un segundo.

En la radio se dicen tantas cosas, que puede colar como tal… Y en la tele puede convertirse en un divertido vídeo esgrimido en cualquier programa de humor.

Twitter nos está llevando hacia un callejón en el que todos nos damos de codazos por el hecho de tuitear el acontecimiento que, creemos, está a punto de producirse.

Antiguamente, las agencias se disputaban el prurito de ver quién daba primero una determinada noticia: una muerte, un nacimiento, un cese, un nombramiento… Ahora, que el poder suelta la bomba informativa cuando le place, sólo nos queda la filtración, el informante situado en el puesto clave, para tuitearlo con rapidez.

No hace mucho, la BBC aconsejaba a sus periodistas que primero explicaran lo que sabían en casa antes de explicárselo al mundo.

Es evidente que se ha de estar atento a la posibilidad de que salte una noticia, pero siempre he pensado que lo mejor para nuestros lectores, oyentes o espectadores es ofrecerle la mejor información posible, la más contrastada.

La rapidez no siempre la garantiza.

20 abr 2012

Còpulo, aldarulls, vandalisme i 'La vaga' de Eisenstein

Tomeu Ferrer
Les últimes detencions de resultes de les manifestacions que es van desenvolupar durant la vaga general m'han fet retornar a una reflexió ajornada.

Dos dies després de la vaga general, el programa de Catalunya Ràdio del cap de setmana, que comanda la Sílvia Còpulo, em va sorprendre amb un apartat de darrera hora: un especial sobre el vandalisme. A mi, que no vaig estar present a les manifestacions, em va cridar l'atenció l'enunciat per extremadament agressiu.

Recordo que va ser un monòleg fet des de la lògica governamental (catalana i espanyola). Es va dur a l'antena de la ràdio pública, un cap dels Mossos d'Esquadra (una part activa del conflicte), un psicòleg presumptivament especialista en el fenomen del vandalisme, i un catedràtic de dret constitucional que havia manifestat el seu suport a la vaga general.

Tot el debat partia de la base que uns brètols havien estat els que van ocasionar els enfrontaments durant les manifestacions multitudinàries del dia de la vaga general. No es va entrar en altres extrems, com si la policia va actuar de forma adient o, per exemple si els dos fenomens ens van retroalimentar.

La participació del responsable policial va ser, efectivament, favorable a l'acció dels Mossos. L'expert en psicologia va seguir la línia de considerar que la violència havia estat ocasionada unilateralment per un sector dels manifestants i les intervencions de la conductora del programa van abundar en el mateix missatge. Només algunes aportacions del catedràtic puntualitzaven en forma de garantisme legal les entusiastes intervencions en clau d'ordre dels altres tres opinadors.

En les intervencions telefòniques, curiosament va destacar per la seva llargada la d'un oient que, casualment era un mosso d'esquadra, que va reblar el clau contra els vàndals.

Hi van haver trucades d'oients que es queixaven d'actuacions desmesurades de la policia, absolutament marcades per les seves experiències personals.

Fins aquí la descripció. Les mancances, en la meva opinió, son de calaix. Per exemple, no hi va ser pressent cap advocat dels detinguts (que després han manifestat que passaven pel lloc i que tenen perfils molt diferents als des vàndals denunciats genèricament al programa).

Des d'una perspectiva periodística es podria preguntar si algú va analitzar una cosa tan evident com mirar a qui perjudiquen els aldarulls i qui es podia aprofitar de fets tant criticables com cremar una cafeteria. El qui prodest, a qui beneficia. Jo ho contesto des de la meva modèstia: els aldarulls perjudicaven als convocants de la vaga i anaven molt bé als qui n'eren contraris (CiU, PP i la CEOE entre altres). Però, el programa només es centrava en els vàndals, com si aquests haguessin sorgit de sota una col.

S'ha de dir que en el procés previ a la vaga general, als programes de Catalunya Ràdio, els convocants no hi van tenir veu, tret del dia de la mateixa aturada en què en el programa del matí, comandat per Manuel Fuentes, van poder parlar. Una mica més i els conviden al dia després de la protesta!

'La vaga' i Gorina

La cosa al programa de la Còpulo, segurament es va comentar a can Catalunya Ràdio, els periodistes de la qual van fer l'aturada. Així, a l'endemà, diumenge, el crític de cinema, Àlex Gorina, s'ho va fer venir bé i va parlar al mateix programa de la Còpulo del centenari del director Sergei Eisenstein.
Gorina va esmentar de passada el Cuirassat Potiokim, però al·ludint a la confusió sobre els aldarulls, es va referir a la no tan coneguda pel·lícula del director: La vaga i especialment a les manipulacions que en el film protagonitza la policia tsarista per tal de desprestigiar la protesta obrera, cosa que no va ser resposta per la conductora del programa.

Només una nota per contextualitzar. Potser per explicar la posició de la Còpulo, i també d'en Fuentes a Catalunya Ràdio s'hauria de saber que cap dels dos és treballador de la ràdio pública de Catalunya. Són empresaris. Propietaris de sengles productores contractades per l'ens públic català, que, a la fi té uns gestors al capdavant nomenats pel poder polític majoritari a Catalunya. Aquests dos aspectes podrien ajudar a entendre les seves opinions, expressades directament, de viva veu, o perpetrant programes com l'esmentat sobre els vàndals.

(http://reguereta.blogspot.com.es)

19 abr 2012

El vergonyós tracte a l'expropiació d'YPF

Pau Farràs
Era previsible en els diaris de dretes i en els econòmics. Han protegit Repsol com si de la seva pròpia empresa es tractés, amb paraules com "expolio" o "atentado" i no han deixat espai per anar al fons del protagonista. És normal. El patriotisme i la defensa del lliure mercat passen en ocasions com la present per sobre de la resta de matisos i consideracions, per això no sorprèn. M'avergonyeix i m'indigna, però, que El Periódico o El País s'hagin alineat acríticament amb l'atac a Argentina i la defensa de Repsol, més encara després de no haver defensat amb la meitat de l'energia els drets civils que estan a punt de ser liquidats.

S'entenen, sense que sigui una justificació, els interessos directes de les empreses editorials i, fins i tot, els que tenen les fonts dels periodistes econòmics. La Caixa, BBVA, Sacyr i demés són megagegants que fa poc van tenir els seus màxims responsables reunits amb el rei i que esdevenen interlocutors prioritaris amb els ministres d'assumptes econòmics. Aquesta gent té interessos a Repsol, és obvi repassant l'accionariat de l'empresa, i és igualment comprensible que estiguin interessats a protegir "allò que és seu", fins i tot fotent mà als mitjans de comunicació, d'on són creditors i clients publicitaris. Tot això és poder. I el poder té conseqüències que hem acabat per acceptar, però que ens oculten molts matisos.

Repsol no beneficia a Espanya. No és una empresa pública, té
més de la meitat del capital fora d'Espanya i únicament declara un 25% dels beneficis a Espanya. A banda, tampoc és un exemple de bones pràctiques empresarials. L'altermundisme s'ha afartat de denunciar un historial particularment llarg de maltracte al medi ambient, als camperols i a les comunitats indígenes llatinoamericanes. No obstant, cap d'aquests elements de crítica han aparegut als mitjans i, en canvi, s'hi han lluit les defenses al lliure mercat.

Una oportunitat perduda. Amb episodis com el de Repsol acabem fent el joc a la política del govern, que dedica un comunicat per anunciar retallades de 10.000 milions en sanitat i educació i, en canvi, planta dos ministres en prime-time per defensar una empresa. Si seguim aquesta dinàmica com a informadors, subordinem informació a política, i aquesta ja fa temps que està subordinada a les grans empreses.

Més informació: 14 preguntes amb resposta de la web Repsolmata:
http://repsolmata.ourproject.org/spip.php?article74

16 abr 2012

El rey de Botsuana

José Sanclemente
El titular del post es imposible porque Botsuana es una república africana y por tanto la monarquía solo cabe de visita o cuando se va de cacería, como ha hecho nuestro rey Juan Carlos.

Jamás el Rey, su familia y la monarquía en general habrán sido tan tuiteados como en el día de ayer y lo está siendo en el de hoy.

Twitter, de nuevo, va por un lado y los medios periodísticos en general por otro. Todos los diarios cubren la información del accidente de Juan Carlos I y casi todos la ilustran con fotos similares, amén de las infografías sobre las reiteradas intervenciones quirúrgicas que ha sufrido éste.

Pero no todos editorializan sobre el asunto. Los que lo hacen suelen salir, de nuevo, en defensa de la Monarquía. Unos sin tibieza, como Abc, y otros con pocos matices críticos como El País. La Vanguardia, diario tradicionalmente monárquico, no se ha arriesgado a opinar ante sus lectores como si no tuviese argumentos, o los estuviese aquilatando para los próximos días.

El Mundo es más crítico que El País, que no lo es en absoluto. Este último ya editorializó en favor del Rey el pasado 4 de marzo en El caso Urdangarin y el futuro de la Monarquía y fue interpretado como un capote para la estabilidad política de la institución.

En general, eso es de lo que tratan la mayoría de los diarios: no convertir "el desgraciado accidente real" en el momento económico y político "más desgraciado e inoportuno" en una causa de debate que pueda cuestionar nuestro sistema de monarquía constitucional.

Pero claro Twitter va por otro lado: da rienda suelta a los comentarios más ingeniosos, las críticas más lacerantes y reflexivas y las opiniones más ácidas y, como no, también caben en esa red, las defensas numantinas que justifican una acción real a todas luces injustificable en los momentos en qué vivimos y, sobre todo, tras venir escuchando al Rey sus reiterados mensajes en pro de la austeridad y honestidad hacia la clase política y a su propio entorno familiar.

El director editorial de Zeta, Miguel Ángel Liso, buen amigo, tuiteaba ayer que "si al final el debate sobre monarquía o república depende de un accidente del Rey en África cazando elefantes es que estamos mal". Yo le contesté que "era estupendo para iniciar un debate y que por supuesto que estamos mal. Hoy incluso peor que ayer, después de conocer lo de la cacería del Rey". Hoy El Periódico de Catalunya, de Zeta, en su editorial sobre el asunto y bajo el título de Institución ejemplar acaba diciendo que aunque el debate sea legítimo este no es el momento de abordarlo en pro de la estabilidad política y económica de España....

Su director editorial, unas horas después de su primer tuit, escribió: "Pues quizá llegó el momento de la abdicación..." Yo me apunto a su comentario. Creo que el Rey lo ha de dejar. ¿Se va a iniciar de verdad el debate? ¿dónde?

Esto de que en Twitter ya esté metido, como en un cajón de sastre, el periodismo, los periodistas, los usuarios de a pie, las noticias falsas, las tendenciosas y las contrastadas me da que pensar que los debates de verdad se van a lidiar en la red más que en los diarios, donde los diferentes intereses y compromisos de sus empresas lo van a limitar y acotar. Es lo que hay.
(http://sanclementejose.blogspot.com.es)

14 abr 2012

Sense pietat

Andreu Farràs 
El ninguneig és un format periodístic que no s’ensenya a les facultats de ciències de la comunicació, tot i el seu ús freqüent a les redaccions. Té el seu origen en la tàctica de l’estruç: el que no veiem, llegim o escoltem no existeix. I si no existeix no ens hem de preocupar. Si no el veiem, llegim o escoltem en els nostres mitjans de referència, allò no existeix. I els mitjans de comunicació no ens volen decebre. Si hi ha alguna realitat que els incomoda o agredeix, prefereixen ignorar-la i obviar-la que criticar-la o rebutjar-la. Si parlessin d’ella, encara que fos per destrossar-la, li farien un favor. Un clar exemple de ninguneig el va viure Óscar Sánchez, el rentacotxes de Montgat acusat injustament a Itàlia de ser narcotraficant. El Periódico va descobrir la injustícia i en va informar puntual i impecablement. El gran competidor del diari de Zeta va optar pel ninguneig. Óscar no va existir gairebé fins que va ser alliberat.

Res desitjaria més que equivocar-me, però em temo que l’excel·lent llibre Los nuevos déspotas del periodismo político patirà la trista sort de les obres ningunejades pels diaris de més tirada d’aquest país. Els exemplars que haurà repartit l’editorial Laertes seran curosament dipositats en els prestatges de les seccions de cultura dels diaris, a l’espera de l’anomenada fireta, una cerimònia que se celebra a les redaccions de manera periòdica i que està destinada a repartir entre els redactors interessats les dotzenes i dotzenes de llibres que arriben de les editorials i que mai es guanyaran una sola línia de ressenya en aquells mitjans. Després de l’orgia de Sant Jordi, les firetes de les seccions de cultura estan desbordants.

Si Los nuevos déspotas del periodismo político té aquest immerescut destí no és perquè sigui un mal assaig. Tot el contrari, és dels millors llibres sobre periodisme que he llegit, dels més documentats i millor escrits. Una intel·ligent reflexió sobre l’ofici i les seves perilloses trampes. Però la seva gran virtut és alhora la seva condemna: analitza amb total cruesa i sense cap clemència les nombroses misèries de la professió periodística i de les direccions de les empreses de comunicació espanyoles més importants, amb especial incidència en el periodisme anomenat polític i les seves vergonyants relacions amb els poders, des dels editors amb ànsies d’aconseguir algun títol nobiliari fins al becari espavilat i ambiciós que usa la política com a drecera professional. ¿Quin diari d’alta difusió pot ressenyar i, encara menys, recomanar, un llibre que mostra totes les seves vergonyes?

L’autor, Ramon Miravitllas, coneix de primera ma el terreny que ha llaurat. Porta molts anys treballant a la professió des de molt diverses responsabilitats –va ser cap directe meu alguns mesos a El Periódico de Catalunya— i ha tingut l’oportunitat de conèixer a molts col·legues i a dotzenes de polítics catalans de totes les divisions i ideologies, sobretot des de la direcció del programa La Nit de COM Ràdio.

El retrat que dibuixa Ramon de la professió a Los nuevos déspotas és força pessimista. Si es pogués abocar senceret a PAIOS figuraria en la secció d’apocalíptics. Però és un pessimisme ple d’indignació no de resignació. Com que Miravitllas estima aquest ofici, se li noten unes grans ganes de canviar-lo, encara que no se sàpiga ben bé com. Es rebel·la contra l’embrutiment (actual?) dels periodistes i ens culpa a tots plegats del nostre progressiu allunyament dels problemes i les inquietuds de la societat, dels altres ciutadans.

Avui mateix podrem observar un exemple clar i cridaner d'aquesta distància entre el carrer i el periodisme servil. S’acaba de saber aquest migdia que el Rei ha estat operat del maluc. Se’l va trencar mentre caçava a Botsuana. Twitter va ple de comentaris duríssims contra la decisió del monarca de marxar a matar elefants a Àfrica mentre Espanya s’enfonsa en una de les crisis polítiques i econòmiques més profundes de la democràcia. Mirem demà com informen i editorialitzen els quatre o cinc diaris de més difusió d’Espanya i fins on arriben les seves crítiques al cap d’Estat i comparem els escrits amb el que es diu a Twitter, al carrer virtual. Em temo que se semblaran com un ou i una castanya. Cada cop el distanciament és més gran, sobretot quan s’han de tocar determinats inexplicables tabus. A Alemanya, per una irresponsabilitat molt menor, els partits majoritaris d’esquerra i dreta van canviar al president de la República.

Dilluns a les 19.30 de la tarda, Miravitllas presentarà el seu llibre al Col·legi de Periodistes, acompanyat de Felip Puig. Intentaré esbrinar perquè el benvolgut Ramon –després de tot el que denuncia al llibre sobre el cacics polítics-- ha demanat que l’apadrini un dels exemplars catalans més proclius a la mentida, l’autoritarisme i el sectarisme.

13 abr 2012

Rajoy y la prensa

José Sanclemente
Un día, hace ya diez años, fui a ver a Mariano Rajoy a la Moncloa. El era entonces vicepresidente del Gobierno de José María Aznar y estaba todavía pendiente de que su jefe le nombrara candidato a la presidencia, dado que Aznar había renunciado a presentarse a las elecciones, o por el contrario optaba por Rodrigo Rato.

Yo iba en mi calidad de presidente de la AEDE a pedirle si podía incluirnos en la encuesta del CIS algunas preguntas sobre los contenidos de los diarios, pues algunos editores ya andábamos preocupados por conocer la sensibilidad de los lectores ante el tratamiento en los diarios de los temas políticos, económicos y sociales en general.

 
Estuve algo más de una hora con el vicepresidente Rajoy que, al momento, atendió mi petición. "Si tú crees que os va a servir de algo, no tengo problema en hacerlo". Fue muy amable y estuvo cercano durante la reunión que dedicó (creo que transcurridos diez años ya puedo contarlo) a mostrarme su inquietud por el futuro que le podía esperar. Realmente no sabía si Aznar le iba a coronar con la candidatura y en qué plazo lo iba a hacer.
 
La prensa especulaba día sí y día también con ello. Pero lo más relevante de aquel encuentro es que me pareció ver en Rajoy poca preocupación por lo que manifestara la prensa acerca de él y no pude atisbar, tampoco, que lo que dijeran los medios de comunicación fuera a ser determinante, según su criterio, para cambiarle el paso de lo que pudiera decidir.
 
Diez años después Mariano Rajoy, ha alcanzado su sueño y es el presidente del Gobierno y no puedo evitar cuando leo y oigo las críticas que los medios le hacen por su actitud esquiva y huidiza, cuando veo los artículos de opinión críticos con su actitud altanera y hasta cierto punto despectiva con la prensa, incluso cuando dirige en persona los fuertes ajustes en la televisión pública, digo que no puedo evitar pensar que Rajoy lo hace porque le interesan muy poco los medios de comunicación. Más bien nada en especial en estos momentos.
 
Él cree firmemente que los medios no cambiarán la percepción de Bruselas, ni la del FMI, ni siquiera la de los ciudadanos castigados por la crisis y el desempleo. Él no va a cambiar el paso por ello.
 
Chicos de la prensa eso es lo que hay. Nuestro presidente no buscará en la comunicación la salvación de este país. Se la dejará en manos de sus ministros o de los que quieran hablar, seguiremos viendo contradicciones y cambios de ritmo en los mensajes, pero él no os necesita. No sois fundamentales, ni le veo desayunándose con los diarios y con el pinganillo de la radio. No os necesita... por ahora. Y quizás por ello dio media vuelta en el Congreso para evitar que se le escapara un "carallo no incordiéis más" ante más de un micrófono abierto como había por allí.

7 abr 2012

Periódicos: ¿tirando la toalla antes de hora?

José Sanclemente
En el mundo se compran cada día en torno a 600 millones de periódicos en papel. Es cierto que países como China, Japón y la India por sí solos ya acaparan una cuarta parte del mercado y que cuando un país africano se libera de la dictadura o se independiza lo primero que hace es crear un periódico para informar y cohesionar a sus ciudadanos.

En paralelo, también se abre la red de internet cada vez a más ciudadanos del planeta. La libertad está asociada cada vez más al acceso a la información y los diarios impresos están en la primera línea de combate. Todavía queda recorrido para que el papel inunde una Cuba con derecho a la libre información en un futuro, por no hablar de la China con libertades recortadas.

El formato papel no está muerto en el mundo, pero si gravemente herido en las sociedades occidentales más desarrolladas.

En algunas sociedades, como la española, algunos editores parecen empeñarse en poner de relieve que los diarios están moribundos y la única medicina válida es la paliativa y sedativa porque poco se puede hacer ya por ellos.

Douglas Page, de News and Tech, ha comentado recientemente que si los periódicos tiran la toalla, en poco más de diez o quince años no tendrán nada que vender a sus anunciantes, pero ni siquiera en la red puesto que, en esta, Google, Facebook y Microsoft están acaparando cerca del 70% de los ingresos publicitarios mundiales.

Cuando más en guardia hay que estar y más hay que fortalecer a los impresos para hacer un buen tránsito hacia información digital menos recursos tienen los diarios para aguantar el envite de los gigantes de internet.

Es un tema de actitud y de estrategia a futuro difícil de plantear. De entrada no se puede abandonar sin luchar hasta el final. Los contenidos de calidad y el buen periodismo sigue estando en los diarios impresos y en sus ediciones digitales. Hay que preservarlos a pesar de que cada día se enfrenten a 250 millones de tuiteros y a casi 1.000 millones de búsquedas en Internet. Vale la pena por el futuro del periodismo y de su negocio.