Manuel López
Varias noticias referidas al quehacer de las redacciones periodísticas están siendo motivo de estudio y discusión porque ponen en jaque la esencia del periodismo: entregar a los lectores y lectoras unos productos informativos hechos con calidad, generados sin intereses espurios, fruto de la independencia del medio y de los trabajadores y con garantía de respeto a la ética profesional. Es decir, está en cuestión la integridad del periodista.
Estudiemos lo que propone el código de la Unesco al respecto.
El Código internacional de ética periodística (Unesco) dice sobre la integridad profesional del periodista:
“El papel social del periodista exige el que la profesión mantenga un
alto nivel de integridad. Esto incluye el derecho del periodista a abstenerse de trabajar en contra de sus convicciones o de revelar sus fuentes de información, y también el derecho de participar en la toma de decisiones en los medios de comunicación en que esté empleado”.
![]() |
Los conductores de los 'Telenotícies' de la próxima temporada. |
Pues bien, no parece que muchas empresas periodísticas hagan demasiado caso a la recomendación de ese código, creado en 1983 por las principales organizaciones de periodistas del mundo
El último caso afecta a la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA). La dirección de TV3 ha comunicado el nombre de los nuevos conductores (presentadores) de los nuevos telenoticias. Según un destacado miembro del comité profesional, “los nombres no han cogido por sorpresa a la redacción, porque hacía meses que circulaban”. Y hay una queja. Y la queja viene por el hecho de que la gestión del proceso ha sido muy mala y ha perjudicado a diferentes profesionales con aspiraciones al cargo de conductor. Esto no quiere decir que los asignados sean malos profesionales, no es este el tema. El problema es que la decisión se ha tomado de arriba abajo, sin consultar a la redacción, a los trabajadores. Ha habido descontento, por la opacidad y subjetividad en el proceso. Es decir, ha habido arbitrariedad. No ha habido proceso participativo. Se ha impedido la participación de los representantes de los trabajadores, de los editores jefe, de los conductores, de los jefes de servicio… esto genera escepticismo, desencanto y desconfianza hacia los procesos participativos en una radio televisión pública.
En las entidades públicas de medios audiovisuales hemos observado que este tipo de problemas está creciendo últimamente. Sin ir más lejos estamos observando la intensa crisis de la empresa pública valenciana, donde el ordeno y mando se ejerce sin ningún pudor. También hay quejas en RTVE.
Y surge una pregunta: ¿tienen derecho los periodistas a ser consultados sobre quienes han de ser sus jefes?
La lógica empresarial dice que no. Que la empresa tiene todo el derecho a determinar quien debe organizar la producción, es decir, se reserva la potestad de designar quien ha de ostentar los cargos directivos y cuadros medios.
Pero esta lógica empresarial tiene sus detractores, incluso entre los propios empresarios.
Si has de crear un equipo, ¿no es mejor que el coordinador o jefe sea aceptado por los empleados?, ¿no es mejor tener al equipo contento y satisfecho al ver que su opinión ha sido tenida en cuenta?
¿Qué se puede esperar de un jefe que no goce de la confianza del equipo?
Hay un caso histórico sobre el que ya se escribió hace tiempo. Sucedió hace años en 'El Periódico de Catalunya'. En ese medio existía, y existe, un estatuto de la redacción que dice que la dirección ha de consultar a los periodistas sobre los nombramientos de subdirectores y mandos intermedios de la redacción. La decisión no es imperativa, es decir, el director escuchará a la redacción pero no estará obligado a aceptarla.
Sin duda, el director es quien manda en un medio, y tiene el derecho a designar a quien considere oportuno. Pero precisamente el estatuto de la redacción le permite saber qué opinan los periodistas sobre su decisión. Siempre es mejor crear consenso que disenso.
Pues bien, el director propuso a la redacción que se votara el nombre de Albert Montagut para una dirección adjunta. La redacción se reunió en asamblea y decidió mostrar su rechazo. A pesar de ello, Montagut tomó posesión del cargo. Aun sabiendo que no gozaba de la confianza de sus nuevos compañeros.
Estamos en un momento muy delicado para el periodismo, para la humanidad, puesto que Internet ha abierto las puertas a millares de supuestos informadores que, a través de blogs y webs, se hacen pasar periodistas y están envenenando el panorama informativo.
Es por ello que ahora, más que nunca, es necesario que los medios intenten ser mejores que nunca. Que sus productos informativos sean de calidad, y eso se consigue organizando unas buenas redacciones donde la confianza entre la empresa y los periodistas sea total.
*Profesor jubilado de la UAB y periodista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario