Miguel Ángel Bastenier
Pilar Casanova Seuma, 59 años de alegría contagiosa, calidad humana y profesional, proximidad digna y reservada. Era de la Franja de Ponent, esa tierra no de nadie sino de todos entre Aragón y Cataluña, en la que se habla una lengua franca que abraza a ambas comunidades y algo debe tener secretamente pactado con el oficio de periodista, porque ha dado practicantes fuera de serie como Manuel Campo Vidal y Joaquim Ibarz, primo de 'Pili', lamentablemente también ya fallecido.
La conocí hace casi 40 años en el 'Tele-Exprés' de Barcelona, en
aquellos tiempos de la Transición que con gran generosidad hacia nosotros mismos calificamos de "heroicos", de cuando marchábamos proclamando que éramos "periodistes, no confidents". Pilar, que había terminado o estaba terminando periodismo hacía o era varias cosas a un tiempo y todas bien: secretaria y redactora. Estuvo en varios medios de prensa, pasó por la Generalitat y recorrió el mundo. Casada con Carlos Enrique Bayo, que es casi como si yo hubiera oficiado la ceremonia, de tanta como es mi proximidad al hijo de Eliseo Bayo y Lidia Falcón, y en esa situación, en la que fue siempre obviamente feliz, fue corresponsal en Moscú y luego en Washington, hasta que en los últimos años, una excelente corresponsal de una agencia rusa en Madrid.
Pilar Casanova. |
Nunca he conocido a nadie de actitud tan positiva ante la vida, amiga de sus amigos, confidente de tanta autoridad como sigilo para los que tenían cuitas, sin pedir nunca nada a cambio. Hay personas que han nacido para dar y Pilar practicaba esa dedicación como la verdadera amistad exige. Nos veíamos, ya todos radicados en Madrid, con alguna pero nunca suficiente frecuencia, e incluso cuando ya se había declarado el terrible mal no dejó de ser quien yo había conocido, un placer especial de la compañía y el encuentro.
Pese a la diferencia de edad, habíamos tenido los mismos maestros en la Barcelona de los años 70, y eso hacía que hubiera entre nosotros un morse especial del comportamiento, no solo para hablar de lo profesional, sino para entendernos y estar de acuerdo prácticamente en todos los terrenos. Y por ello no la echaré de menos, sino que la seguiré viendo y escuchando porque no me va a abandonar. En el curso de una vida uno ha conocido a unas cuantas Pilar. Pero 'Pili' solo hay una.
Obituario publicado en 'El País' el 10 de junio del 2016.