Gabriel Jaraba
El pasado lunes 10 de noviembre di la conferencia 'Periodismo en internet. Las tareas de los jóvenes periodistas en la red y las competencias que deben adquirir para desempeñarlas' en el aula magna de la UAB, que tuvo una segunda parte con la asistencia de alumnos de doctorado. Advertí en todos ellos, incluso en los alumnos de primer curso de Periodismo, una gran inquietud por su futuro laboral: acaban de matricularse en una carrera vocacional y ya están angustiados por si esa vocación podrá tener una aplicación práctica. Me reservo las reflexiones que me hago en torno a esa preocupación juvenil, del todo justificada, pero que no se explica
únicamente por la política de empobrecimiento de las clases trabajadoras (capas medias incluidas) que ejerce el Gobierno del PP cumpliendo su parte en la gran operación mundial que lleva a cabo el capital financiero: revertir las conquistas de prosperidad, libertad y paz a las que accedieron los pueblos de los países democráticos al fin de la segunda guerra mundial. Hay componentes familiares e incluso generacionales que seguro que influyen en esa conciencia, pero afortunadamente detecté que su ilusión estaba intacta. Uno se pregunta si los profesores estamos a la altura de esa ilusión y somos capaces de apoyarla, darle alas y conseguir hacerla volar.
Un artículo de José Sanclemente en el blog periodístico PAIOS, titulado El nuevo periodista que quieren los grandes medios, se publica precisamente cuando ando pensando en esto. Sanclemente fue el gran consejero delegado de 'El Periódico de Catalunya' que convirtió en éxito comercial y gestión sensata el entusiasmo de los periodistas que en él trabajamos; el consejero delegado de Antena 3 que trató de introducir sensatez en medio del delirio, y el presidente de la Asociación de Editores de Diarios Españoles que pudo saber de esta guisa a qué sabe el jarabe de 'madrileñina' cuando desde Barcelona quieres dirigir una asociación “nacional”. José Sanclemente es hoy el editor de Eldiario.es, el experimento más logrado de prensa digital independiente y progresista, gestor de medios y periodista que se ha hecho a si mismo autor de ficción y una cabeza sensata que hay que escuchar. Creo que exponer y comentar su artículo podrá ser útil a los jóvenes alumnos de periodismo. Se titula 'El nuevo periodista que quieren los grandes medios'.
El artículo consta de seis puntos y comienza con estos tres:
1. Han de ser expertos y proactivos en la utilización de internet y en especial de las redes sociales.
2. La utilización de las redes sociales por parte de los periodistas ha de estar sincronizada, dirigida y orquestada por el medio para el que trabajan. No vale adelantar exclusivas o artículos en los que se esté trabajando para el medio sin autorización de éste. No vale tampoco que el periodista se apropie de la marca del medio en la red social para uso personal.
3. Se constituirán libros de estilo que garanticen el uso de la red social y de las webs de los medios, en función de los intereses de éstos, que buscarán tener un mayor conocimiento del perfil del usuario para monitorizarlos y usarlos tanto comercialmente como para elaborar las informaciones que pueden ser del interés del usuario.
Los empresarios de prensa se han dado cuenta de la importancia de internet. Otra cosa es que tengan idea de lo que deben hacer en ella. Les obsesiona el potencial de tráfico de las redes sociales pero al mismo tiempo temen que su uso les descontrole el producto y el mensaje. Es decir, estamos donde estábamos: el empresario de prensa es el único empresario al que le disgusta el producto que fabrica y le disgustan aún más los clientes que lo compran. No hay salida del encallamiento en que se halla el negocio de la información cuando se piensa de esta manera.
Los dos puntos siguientes muestran que la obsesión por el control anda pareja con el deseo de obtener empleados más dóciles, por mal pagados.
4. Las redacciones habrán de trabajar en red y para la red desde cualquier medio al que pertenezcan.
5. Se ha extendido entre los grandes grupos que los periodistas deberán tener sueldos más bajos y edades también más bajas. Asimismo, los grandes grupos de comunicación creen que tienen sus plantillas de periodistas sobredimensionadas en los periódicos y que muy pocos en la redacción están preparados para asumir esta nueva orientación de trabajo.
Lo cual descarta que esperen que la solución a los interrogantes de futuro surja del único lugar de donde puede salir: de los periodistas que trabajan en el medio.
El sexto punto es el remate, muy significativo de la mentalidad de esos empresarios:
6. Existe también cierto consenso entre los grandes grupos de comunicación que hay excesivas cabeceras diarias y que, en especial, hay excesivos diarios deportivos y económicos con relación a otros países europeos de nuestro tamaño.
Es decir, cuando hay mucha competencia, no se trata de hacerlo mejor para captar más clientes sino tratar de mediatizar, condicionar o eliminar la competencia. A los empresarios de prensa no sólo les estorban los trabajadores sino que también les incomoda el capitalismo, ese sistema en el que se supone que la competencia estimula el progreso.
Las conclusiones del editor de Eldiario.es son clarividentes:
En resumen: periodistas más jóvenes y más baratos orientados hacia el uso selectivo, controlado y planificado por la empresa de las redes sociales.
Fijarse objetivos de monitorizar el perfil de los usuarios de las páginas webs de los medios y de sus seguidores en las redes sociales para obtener ingresos de sus afiliados directamente y a través de los anunciantes.
Simplificación de cabeceras que podrían dar lugar a alianzas y fusiones entre diferentes cabeceras de distintos grupos, más que entre los grupos mediáticos entre sí.
Todo ello se pretende hacer a través de expedientes de regulación de empleo en los que se priorice la salida de los más caros, los más mayores y los menos sensibles a la tecnología. Esa es la reconversión que pretenden para modelar al nuevo periodista.
Mi comentario: sostengo, tal como he dicho últimamente ante diversas audiencias estudiantiles, que los empresarios de prensa españoles no tienen la menor idea de cómo superar la crisis del modelo de negocio de la información. Sus decisiones sobre la tecnología muestran que no han entendido nada de la evolución de internet y su influencia en el periodismo: control rígido donde debe haber apertura y libertad; mensaje vertical donde debe haber conversaciones en las que el público es el rey. Periodistas mal pagados y mal contratados y por tanto dóciles ante los típicos mandos intermedios propios de la empresa tóxica española (valga la redundancia). Y por ende: toma de decisiones en la cúpula a partir del miedo, el desconocimiento de las tendencias sociotécnicas y del 'asesoramiento' de consultings oportunistas.
¿Se desprende de todo esto que el futuro está muy negro trabajando en el carbón, como decía la copla minera? Pues no: de las actuales aulas de periodismo y comunicación deberán surgir profesionales capaces no sólo de ejecutar tareas periodísticas y rutinas de producción comunicacional sino de vislumbrar caminos de futuro para la información; excelentes en la práctica del periodismo y capaces de ejercerlo de modo que satisfaga las verdaderas necesidades del público y, por tanto, que lo atraiga; visionarios en la producción de noticias, reportajes, investigaciones, que resulten ser piezas con el valor añadido suficiente como para merecer que se pague por ellas.
Para eso no basta con aspirar a blandir un micrófono ante un famoso o hacerse una foto con una figura; hay que convertirse en la mejor generación de periodistas que nunca ha habido, para salvar el periodismo y la información. Salvarlos de los propios empresarios informativos.
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