El quadern dels periodistes apocalíptics, integrats, optimistes i/o solidaris

EL QUADERN DELS PERIODISTES APOCALÍPTICS, INTEGRATS, OPTIMISTES I/O SOLIDARIS

18 mar 2024

"Pongamos que hablo de Miguel Ángel Rodríguez"

Siscu Baiges
Fa uns dies vaig escriure un article on comparava la situació del periodisme a Catalunya y a Madrid. Ho feia en relació a l’actitud que van adoptar alguns mitjans de dretes de la capital espanyola quan es van sumar a la mentida intolerable del Govern del Partit Popular que va pretendre que els atemptats de l’11 de març del 2004 a Madrid que van causar 192 morts i uns 2.000 ferits els havia comès ETA. Recordava en aquell article que aquí, a Catalunya, ens hem acostumat a les mentides i manipulacions dels mitjans públics dependents de la Generalitat i dels mitjans privats que reben quantitats exorbitants del govern català en concepte d’ajuts o publicitat institucional perquè donin suport a la causa independentista.

Després de tants anys veient tertúlies a TV3 amb una aclaparadora
Miguel Ángel Rodríguez i José María Aznar el 1996.

majoria de participants independentistes o suportant programes sectaris com 'Està passant' tots els vespres i 'Més324' a les nits ja no ens sorprèn res. La cirereta del pastís la va posar Mònica Terribas a Catalunya Ràdio saludant als catalans com a ciutadans de la República després de l’1 d’octubre de 2017. D’això fa quasi set anys. En fi, que tenim això i ja forma part de la nostra quotidianitat. Algun dia tornaran els bons temps pel periodisme a Catalunya. En qualsevol cas, mai hem viscut un cas tant execrable com el de la conxorxa PP-'El Mundo'-COPE-Telemadrid i algun altre per mentir i manipular la informació sobre una acció que havia deixat tants morts i ferits als trens madrilenys.

I mai no hem viscut un episodi com el cap de gabinet d’un president de la comunitat autònoma enviant un whatsapp a una periodista d’eldiario.es dient-li: “Us triturarem. Haureu de tancar. Idiotes. Que us bombin”. “És una amenaça?”, li va demanar la periodista. “És un anunci”, va respondre el càrrec polític. Aquest càrrec és Miguel Ángel Rodríguez, que va ser també secretari d’Estat de Comunicacions i portaveu del govern de José María Aznar entre els anys 1996 i 1998. Col·laborador de la FAES, 'think tank' del PP, hi ha fet vídeos. Un d’ells és “Tras la masacre”, sobre els atemptats del 2004. Ja us podeu imaginar per on va aquest vídeo. Entre els seus mèrits per arribar a cap del gabinet d’Isabel Díaz Ayuso hi ha l’impuls de la campanya contra el doctor Luis Montes, anestesista i coordinador d’urgències de l’Hospital Severo Ochoa, a Leganés, perquè defensava l’eutanàsia. L’abril del 2011 al van condemnar a indemnitzar Montes amb 30.000 euros per “injúries greus”.

Així les gasta la dreta a Madrid! La Federació d’Associacions de Premsa d’Espanya i l’Associació de la Premsa de Madrid no van retreure la seva actitud als periodistes que van escampar les falsedats dels atemptats del 2004. Ara han demanat que Miguel Ángel Rodríguez dimiteixi. Potser haurien pogut anar més enllà però pitjor va ser el silenci d’aleshores.

He treballat a mitjans de comunicació que els representants de la dreta i l’independentisme fanàtic han intentat triturar. Ho han fet i ho fan negant subvencions i publicitat institucional. Mai ens han enviat un whatsapp tant explícit com el de Rodríguez. De ganes no els han faltat, però han mantingut les formes. Tinc gravat a la memòria el dia que l’aleshores conseller Macià Alavedra, a qui repartíem força estopa al 'Diari de Barcelona', se’m va acostar al Parlament i em va dir: “A vostè què li passa, Baiges, que va mal follat?”.

En aquella època no existien els whatsapps.

14 mar 2024

No queremos la guerra; pero algunos medios, sí

Dardo Gómez
El pasado 17 de enero el 'Bild' alemán difundía que había tenido acceso a un plan secreto del Gobierno de su país, para afrontar una posible agresión rusa contra la OTAN. Según el artículo, sus fuerzas se estarían preparando para una posible y próxima guerra total europea ante el amenazante despliegue de las tropas rusas en Bielorrusia. Esto se difundió por varios medios europeos, aunque no había pruebas de esos supuestos documentos filtrados, los mismos medios que durante años habían tildado a ese diario, el ex 'Bild-Zeitung', de “amarillo”. El diario alemán, pese a su larga falta de ética informativa, tiene la mayor tirada diaria europea y es el tercero en difusión del mundo.
El 24 de febrero se viralizó en las redes sociales que "la Comisión
Von der Leyen y Borrell, en una imagen de archivo.

Europea aseguró que se prepara para una guerra contra Rusia". Esto era a pocas horas de finalizar el plenario del Parlamento Europeo de ese día. La web desinformativa 'El Puntual 24H' difundía lo mismo a través de Twitter (actual X); la supuesta información se acompañaba con una foto en la que aparecen la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell. Además, la presidenta habría señalado que esa guerra “será inevitable. Los hombres en edad de combatir tienen que estar preparados”.
Después se sabría, gracias al verificador VEO, que esa foto tenía varios años y que Von der Leyen no había anunciado lo que se decía. En cambio, había señalado: “La amenaza de guerra puede no ser inminente, pero no imposible. No se deben exagerar los riesgos de una guerra, pero sí hay que estar preparados para afrontarlos. Y eso comienza con la urgente necesidad de reconstruir, reponer y modernizar las fuerzas armadas de los Estados miembros”
Esta web difusora de 'fake news' cuenta con más de 72.000 seguidores en X, y aunque su trabajo a favor de la mentira está comprobado por todos los verificadores, habremos de comprobar que su mensaje sólo es la avanzadilla probélica de una campaña en la cual ya se han alistado varios medios tradicionales de los mal llamados “serios”.
Un mes antes del bulo de 'El Puntual 24H', distintos medios difundieron que varios militares europeos adelantaban su opinión “profesional” de que la guerra está a la vuelta de la esquina, aunque no se sabe si esas opiniones venían avalada por datos o por deseos.
El general de británico Patrick Sanders, durante su intervención en un salón de Vehículos Blindados de Londres, aprovechó para pedir a las autoridades de Reino Unido que “movilicen a la nación”, y aunque dijo que no apoya volver al servicio militar obligatorio subrayó la necesidad de que se produzca un “cambio” en la mentalidad de la población británica.
Por otros medios, se difundió que el ministro de Defensa de Alemania, Boris Pistorius, consideraba posible un ataque de Rusia contra la OTAN en unos “cinco a ocho años”, y que era importante estar preparado para ello. Otra voz, la de Rob Bauer, alto funcionario de la OTAN y almirante de Países Bajos, alertaba de algo similar y advertía de que vivimos “el mundo más peligroso en décadas” y exigió una “transformación bélica” de la OTAN.
Curiosamente, nadie mencionó a los pacifistas que rebatían esas opiniones.

Esto huele a campaña orquestada


En la madrugada del pasado 3 de marzo desde la portada de 'El País', un gran titular nos vomitaba: “Europa se pone en pie de guerra”, y rubricaba una línea más abajo: “La UE fortalecerá su capacidad de defensa con más armamento e inversión ante la amenaza de Vladímir Putin, y lanza mensajes a la población de que un conflicto no es imposible”.
Un repaso de varios artículos de ese día nos muestran que el ardor guerrero parece aletear en los informadores del diario. Un artículo en el interior del diario, que prolonga la amenaza de la portada, señala que Europa “ha descubierto el elefante en la habitación” y que “su defensa es frágil y muy dependiente del paraguas de Washington, que, además, puede peligrar. Así que ha decidido un cambio de paradigma y pasar de una época de escasa atención a la defensa a otra en la que es prioridad. Más compra y producción de armamento, mayor inversión y coordinación. Algunos Estados miembros hablan ya incluso de volver al sistema de reservistas”.
Es decir, que los europeos incautos deben despertar de su supuesta inocencia y prepararse para hacer daño por las armas; algo a lo que da más sustento, ese mismo día, una columna titulada con mala fortuna “Estamos solos y sin excusas”. Una pobre usurpación de una frase de Jean-Paul Sartre extraída de su libro 'El existencialismo es un humanismo' donde expresa: “Estamos solos, sin excusas. Es lo que expresaré diciendo que el hombre está condenado a ser libre. Condenado, porque no se ha creado a sí mismo, y sin embargo, por otro lado, libre, porque una vez arrojado al mundo es responsable de todo lo que hace”.
La expresión del notable pensador galo está muy lejos de la vulgaridad que opinan en el diario: “Sabemos que si no enviamos tropas ni armas les estamos abandonando a su suerte. Lo dijo alguien: estamos solos, sin excusas. La campaña de “intensa labor de pedagogía política” a favor de la guerra ha empezado”.
Ese “alguien”, señora jefa de opinión, era nada menos que uno de los grandes defensores de la libertad que nunca hubiera impulsado una enseñanza de amor a la guerra.
Aunque quizá no fuera una idea original de la opinadora ya que en su editorial del mismo día el diario apoyaba la tesis de Ursula von der Leyen, que ha anunciado su idea de ahorrar en armas haciendo compras colectivas como se hizo con las vacunas contra la covid y recoge que el Banco Europeo de Inversiones se sumaba a la iniciativa. Estas propuestas, según el editorial de 'El País', de implantarse “deben ir acompañadas de una labor intensa de explicaciones y pedagogía política ante una ciudadanía europea educada durante varias generaciones, por fortuna, en escenarios de paz y que tendrá en su poder ratificar estas decisiones cuando sea llamada a las urnas”. Detrás de esta última arenga es como si se oyeran marchas militares y gritos de “¡A por ellos!” jaleando a la muerte como si fuera una gesta lúdica.

Cuando todos comemos del mismo plato


Podemos estar de acuerdo en que el principal y necesario objetivo de una empresa es obtener beneficios económicos, sin los cuales ninguna de ellas sería viable; por lo mismo también aceptamos que las grandes empresas no son proclives a aceptar su responsabilidad social ni a poner otros valores por encima de sus ganancias. Varios grupos de empresas periodísticas han proclamado que ellos tampoco entienden que deban hacer compatible ética y rentabilidad.
A muchos no nos hacía falta que lo aclararan y, por lo mismo, desde hace muchos años las organizaciones de periodistas no afiliadas a la impunidad ni a la prevaricación informativa del actual sistema mediático han apostado por que se prohíba la pertenencia cruzada de medios y empresas estratégicas. Es decir, no permitir por ley que corporaciones dedicadas a la producción de materiales o servicios vitales para la ciudadanía, y sensibles a las decisiones políticas de los países, puedan participar en los accionariados de los medios.
Lamento que nuestra legislación no haya atendido estas demandas; de haberlo hecho me hubiera evitado la tentación de relacionar esos penosos artículos y el editorial de más arriba con la figura de Joseph Oughourlian, presidente del grupo de comunicación Prisa, y del fondo de inversión Amber Capital, que es uno de los principales accionistas del conglomerado Indra.
Esta corporación, entre otras muchas ocupaciones, se dedica a producción de guerra. Actividad por la cual los ingresos de su división de defensa (“transporte y defensa” es la denominación) crecieron un 18%, hasta los 1.500 millones, de los que se felicitaba el presidente de Indra, Marc Murtra, que lo consideraba un “gran punto de partida”.
En su web puede leerse que lo hace para “contribuir a construir un mañana más seguro. Y lo hacemos creando ecosistemas en los que clientes, socios y gobiernos se unen para proteger e impulsar el futuro. Un futuro lleno de retos, amenazas y oportunidades, donde anticiparse es tan importante como saber reaccionar”. Así es como ya en 2021 anunciaba que dotaría al Ejército del Aire de los radares de defensa aérea más avanzados tras la firma de un contrato de 120 millones de euros.
Su muestrario de ofertas alberga una amplia oferta de radares para la vigilancia y defensa del espacio aéreo “frente a todo tipo de amenazas”, sistemas de ATM, comunicaciones, navegación y vigilancia por todo el mundo o sistemas de mando y control para la defensa aérea: tecnología de vanguardia para la protección y vigilancia del espacio aéreo, sensores de defensa aérea integrables con sistemas de armas para neutralizar amenazas aéreas, y aseguran que “hemos desarrollado, probado y perfeccionado productos y soluciones integradas que son escalables para cumplir con los requisitos de bases aéreas militares de cualquier alcance y magnitud”.
Todo el mundo se empeña en decir que la guerra es un buen negocio... para los que matan, claro está.

Una supuesta objetividad informativa de mierda


Quiero suponer que toda esta información guerrera es fiable y que quienes la transmiten lo hacen de buena fe, que no desconfían de las intenciones ni de los intereses de las fuentes y que lo hacen confiados en la, para ellos, necesaria objetividad que debe albergar en la profesionalidad. Es decir, que prefiero pensar que son tontos a encuadrarlos como malas personas.
Esta tipo de objetividad bobalicona es repudiada por la laureada periodista británica Christiane Amanpour, maestra en el análisis de los muchos conflictos que ha cubierto quien comparte esa experiencia con sus colegas. “Tengan cuidado de dónde obtienen la información”, les dice. “A menos que todos nos comprometamos como ciudadanos globales que aprecian la verdad, que comprenden la ciencia, la evidencia empírica y los hechos, entonces estaremos deambulando hacia una catástrofe potencial”. “Hay algunas situaciones en donde uno no puede ser neutral sobre ello, porque cuando eres neutral eres cómplice. Objetividad no significa tratar a todas las partes por igual, significa dar a cada parte una audiencia.”
Tanto las declaraciones de generales como las de los miembros de ciertas administraciones europeas pueden ser importantes, pero son opiniones que vienen siendo rebatidas por muchos especialistas de la ciudadanía pacifista que, al tiempo que opinan, formulan propuestas de solución para los problemas que los primeros plantean y que también deberían ser conocidos. Estos periodistas belicistas no pueden dejar en las personas la idea de que la opinión de la presidenta Von der Leyen es la verdad suprema o que no hay alternativas a la guerra anunciada.
Recordamos al notable escritor uruguayo Eduardo Galeano, que vivió años entre nosotros cuando los patriotas de su país lo exiliaron: “Las guerras mienten. Ninguna guerra tiene la honestidad de confesar: 'yo mato para robar'. Las guerras siempre invocan nobles motivos: matan en nombre de la paz, en nombre de Dios, en nombre de la civilización, en nombre del progreso, en nombre de la democracia. Y si por las dudas, si tanta mentira no alcanzara, ahí están los grandes medios de comunicación dispuestos a inventar enemigos imaginarios para justificar la conversión del mundo en un gran manicomio y un inmenso matadero”.
Como dijo Julio Anguita, que tuvo que vivir el sacrificio de su hijo en la infame guerra de Irak auspiciada por estos mismos exaltadores del infortunio y la crueldad: “Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen”. Y agrego: también malditos los publicistas de la muerte disfrazados de periodistas.

Artículo publicado originalmente en la revista 'El Observador'.

6 mar 2024

El Consell de la Informació de Catalunya reprèn al director de 'Capçalera', la revista del Col·legi de Periodistes

Manuel López
Els col·legis professionals justifiquen la seva existència en funció del correcte exercici de l’activitat dels seus col·legiats, tant tècnica com èticament. ¿Què passa quan un col·legiat burla el codi ètic de la institució i aquesta no intervé per evitar-lo?

Això és el què ha passat al Col·legi de Periodistes de Catalunya
Portada del número de
febrer del 2024 de 'Capçalera'.

(CPC).
Fa poc el CPC va decidir atorgar una distinció professional a Olga Viza, una periodista de provada solvència però que, anys enrere, havia fet publicitat per a ING Direct junt amb Matías Prats.

El Consell de la Informació de Catalunya (CIC) ja va intervenir en aquell moment per advertir d’aquesta irregularitat, ja que el Codi Deontològic del CPC prohibeix fer publicitat als periodistes. La resta de codis ètics d’Espanya també ho fan, com és lògic.

El 2019 va aparèixer un llibre meu on s’analitzava el tema i es feia una denúncia pública sobre més de trenta periodistes espanyols que havien compatibilitzat una activitat publicitària amb l'exercici del periodisme.

Sorprenentment la publicació d'aquest llibre no va aparèixer a la revista 'Capçalera', del CPC, on sí es fa esment dels llibres que fan els col·legiats i la resta de periodistes.

La menció a Olga Viza i la censura de la meva obra ha desencadenat una polèmica ara resolta pel Consell de la Informació de Catalunya.

El CIC va rebre una queixa meva  contra Jordi Rovira, director de la revista, perquè 'Capçalera' no havia publicat res del llibre i, a més, tampoc es va fer ressò d’una carta signada per deu col·legiats --entre els quals, un exdegà i diversos exvocals de la junta de govern de l'entitat-- en la qual es demanava al CPC que convoqués una assemblea extraordinària per tractar el tema de la concessió de la menció honorífica a Olga Viza.

El Consell de la Informació de Catalunya ha resolt, en data 29 de gener del 2024, reprendre a Jordi Rovira pels dos motius: no publicar cap referència del llibre i no fer-se ressò de la carta dels deu col·legiats.

El CIC ha estat contundent --i ha fet enfadar a la junta del CPC-- quan diu, en l’acord de resolució de l’expedient 22/2023, que “es considera oportú que aquesta publicació doni cobertura informativa suficient els dos motius que originen la queixa rebuda. D’aquesta manera s’atén, de forma individual, la petició feta per un col·legiat, aspecte que cal tenir en compte ja que es tracta de la revista del Col·legi de Periodistes de Catalunya; i, de manera més general, a una de les qüestions que més afecten la professió periodística”.

I poc abans introduïa la resolució final amb les següents paraules: “Es considera oportú sol·licitar al Director i al Consell de Redacció de la revista 'Capçalera' la publicació d’una informació àmplia sobre el tema de la queixa, sobretot tenint en compte que no es tracta des del 2015 i, en canvi, és una de les vulneracions que amb més freqüència apareix a les queixes rebudes pel Consell de la Informació”.

Amb això podria dir-se que acaba la polèmica entre diversos col·legiats i el CPC i 'Capçalera'. Resta, nogensmenys, que la direcció de la revista atengui la petició del CIC i que, en cas contrari, hi intervingui la junta del CPC.

I queda, encara, una darrera qüestió: ¿pot seguir dirigint la revista 'Capçalera' Jordi Rovira, una persona que ha estat assenyalada pel CIC pel que, sens dubte, és una mala praxis?

4 mar 2024

L’11-M, crònica (personal) de la pitjor infàmia comesa en nom del periodisme

Josep Carles Rius
L’hemeroteca pot ser severa amb els diaris. A l’exercici del periodisme tots cometem errors. Sobre el paper es poden corregir en el termini de 24 hores, en el suport digital tan aviat com es descobreixen. Però en la història recent de la premsa espanyola hi ha el cas d’un diari que va cometre un error l’any 2004 i el va mantenir durant anys, sense reconèixer-lo obertament, sense demanar perdó a les víctimes de la manipulació contumaç.

Podríem dir que patim un exercici descomunal d’orgull i prepotència d’un director de diari, a qui no li va agradar la realitat i va fabricar la seva pròpia. I malgrat descobrir molt aviat que els fets li donaven l’esquena, va persistir en la manipulació dels indicis i els interrogants per fer versemblant el disbarat. Va creuar totes les línies vermelles de l’ètica del periodisme i va escriure el capítol més vergonyós de la premsa espanyola en democràcia. Un capítol de fins a quin punt poden vorejar-se els escrúpols i la moral per vendre diaris, per tenir ‘raó’ sigui com sigui.

Però el més greu és que Pedro J. Ramírez, el director d’'El Mundo'
fins al gener del 2014, va construir la mentida sobre l’11-M, el pitjor atemptat terrorista patit a Espanya, en què van morir 191 persones i 1.858 van resultar ferides. Amb la seva persistent campanya de centenars de pàgines i desenes de portades va contribuir a incrementar el dolor de les víctimes. A fer encara més difícil la feina de policies, fiscals i jutges que havien fet una investigació i un procés penal exemplar.

Pedro J. Ramírez no va estar sol al seu deliri. Federico Jiménez Losantos, aleshores el locutor estrella de l’emissora propietat de la Conferència Episcopal Espanyola; un mitjà públic com Telemadrid, i el diari digital de l’extrema dreta (Libertad digital) van ser els còmplices necessaris per alimentar un corrent d’opinió crèdul amb la mentida. Però hi va haver un company de viatge encara més poderós, un sector del Partit Popular que intentava reescriure la història, esborrar la pèssima gestió de les hores que van seguir l’11-M.

Junts van crear un autèntic grup de pressió que va actuar de forma despietada contra tots aquells que consideraven obstacles per als seus propòsits, ja fossin víctimes, jutges o periodistes. Només tres exemples: la presidenta de l’Associació 11-M afectats del terrorisme, Pilar Manjón, va sumar a la pèrdua d’un fill un assetjament constant; el jutge instructor Juan del Olmo es va enfrontar a durs intents de descrèdit professional i el periodista José Antonio Zarzalejos, llavors director d’'ABC', va patir una operació d’enderrocament per no sumar-se a la teoria de la conspiració.

Dues vegades víctimes


Pilar Manjón encara rebia amenaces deu anys després del dia més trist de la seva vida. En una entrevista concedida a l’onzè aniversari de l’atemptat demanava que “a ningú se li oblidi que la teoria de la conspiració porta a l’esquena el suïcidi de la dona del comissari de Vallecas, Rodolfo Ruiz. Que no us oblideu que molts dels nostres s’han anat quedant pel camí, amb ictus, infarts… I això prové de la doble i triple victimització que en aquest país s’ha fet amb les víctimes de l’11-M”.(1)

José Antonio Zarzalejos, en una entrevista a la revista 'Capçalera' (2008), recordava que com a director d’'ABC' va decidir “no secundar una gran mentida com era la de la conspiració de l’11-M ni el segrest de la dreta per part d’una sèrie de mitjans de comunicació”.

Zarzalejos revelava en aquella entrevista(2) que “mitjans com la Cope i 'El Mundo' marcaven l’agenda i van convertir el Partit Popular en un instrument de màrqueting a favor seu. Jo em rebel·lo contra aquesta situació i per això em destitueixen (…) Jo vaig dir “per aquí no passo” i n’estic molt orgullós. Si hagués de tornar a prendre la decisió que vaig prendre entre el 2005 i el 2008, ho tornaria a fer, tot i saber que comportaria la meva destitució”.

Hi va haver milions de ciutadans que volien llegir, sentir o veure fabulacions interessades abans que conèixer la veritat. Sense ells, el diari, la ràdio i la televisió implicats no haurien tingut el combustible necessari per a la ignomínia. I hi va haver clamorosos silencis a la professió en general i a les redaccions afectades en particular. Silencis que van fer encara més meritori el coratge dels que van plantar cara.

Vint anys després de l’11-M, els principals instigadors de la teoria de la conspiració són una ombra del que van ser. Però tot el dolor afegit de les víctimes i algunes de les pàgines més negres de la història del periodisme romandran per sempre.

Tots els ciutadans recordem on érem, què fèiem, en el moment en què van esclatar les bombes als trens de Madrid. Els periodistes, a més, hem de saber on hem estat durant els anys en què es va perpetrar la pitjor ignomínia en nom del periodisme. És hora de fer memòria. Jo compartiré un breu fragment de la meva.

El 21 de setembre de l’any 2006, quan la teoria de la conspiració estava al seu moment més àlgid, la Junta del Col·legi de Periodistes de Catalunya, de la qual jo era degà, va ser una de les poques veus que va plantar cara. El Col·legi va aprovar un document en què s’afirmava: “Tenim el deure de pronunciar-nos sobre pràctiques que afecten greument les institucions del sistema democràtic, posen en perill la convivència, erosionen el conjunt de la professió i tenen com a primeres víctimes molts dels periodistes que treballen als mitjans que els protagonitzen. Aquest és el cas de les campanyes que, amb motiu del sumari del tràgic atemptat de l’11-M, han engegat les direccions del diari 'El Mundo', la cadena Cope i 'Libertad Digital', per tal d’aconseguir fins polítics i econòmics que no tenen res a veure amb el periodisme”.

Dos dies després, el diari en què llavors jo treballava, va publicar un editorial en què es llegia: “No entrarem en consideracions gremials. Que cada ploma aguanti la seva espelma. Amb responsabilitat o sense, la premsa mai no escapa a l’escrutini social. En aquest sentit, poc aporten croades moralistes com la empresa aquesta setmana pel Col·legi de Periodistes de Catalunya contra els que se senten seduïts per les teories conspiratives”.

Al Col·legi de Periodistes de Catalunya vam rebre insults per part dels promotors de la ‘teoria de la conspiració’. Era el que s’esperava. Ja ho havien fet amb les mateixes víctimes, els policies i els jutges. Però van ser les actituds com la que reflecteix l’editorial esmentat les que van fer possible la impunitat dels que van fracturar la societat espanyola i van escriure unes de les pàgines més miserables de la nostra història recent. Alguns periodistes, com l’autor de l’editorial, es van sentir fascinats per la recargolada perversitat de Pedro J. Ramírez i van ser els còmplices necessaris. El que aleshores estava en joc, i ara, no és una qüestió gremial ni moralista, és la democràcia, la llibertat, la convivència i l’ètica. Per això és tan important fer memòria.

El periodista Víctor Sampedro, catedràtic de Comunicació Política a la Universitat Rey Juan Carlos, ha escrit el llibre 'Voces del 11-M. Víctimas de la mentira' (Planeta, 2024) en què denuncia que segueixi viva la teoria de la conspiració “malgrat les dues sentències –una d’elles del Tribunal Suprem– que ja al seu dia van enterrar aquests crits. (…) i si es qüestiona permanentment la identitat de l’assassí del teu ésser estimat, és impossible fer un dol, tancar ferides, descansar en pau”(3).

El periodista d’'Infolibre' li pregunta: “Com qualificaria el paper jugat per les pròpies associacions de la premsa davant de la teoria de la conspiració que van encoratjar determinats periodistes des de determinats mitjans de comunicació?”. Víctor Sampedro respon: “Inexistent. Amb l’única excepció del Col·legi de Periodistes de Catalunya, que va treure un especial després dels atemptats en què criticaven les tesis conspiranoiques, la resta d’associacions de la premsa no han recolzat mai els periodistes que van ser represaliats per defensar la veritat. Més aviat al contrari, han blindat i han seguit homenatjant aquells que van fer servir les teories de la conspiració”.

Quan, el 2007, vam publicar aquesta investigació, una magnífica feina del periodista Jordi Rovira, van tornar els insults i els silencis. El dossier especial de la revista 'Capçalera' porta per títol 'Historia d’una conspiració', i continua sent una referència per entendre el moment més vergonyós del periodisme a Espanya.

La manipulació impossible


I si fem memòria veurem que l’11-M va canviar la comunicació a Espanya. Ja res no va tornar a ser igual després d’aquella immensa atrocitat i de la reacció del poder, dels mitjans de comunicació i dels ciutadans. El poder polític, el govern d’Aznar, va pensar que podia manipular la realitat. Que podia enganyar l’opinió pública per guanyar unes hores i evitar la derrota del PP a les urnes. Per això va trucar als directors dels grans diaris espanyols i els va dir que havia estat ETA. I la majoria es van creure l’engany i van encapçalar les edicions especials amb l’autoria d’ETA. Però els temps havien canviat i els diaris ja no tenien el monopoli de l’opinió pública. Ja no es podia fabricar la realitat amb trucades als directors. Els ciutadans es van mobilitzar i van exigir la veritat abans de votar.

El professor José Luis Orihuela recordava que des de l’11-M, “la
xarxa es va convertir en una gran plataforma social on múltiples veus, sense la clàssica intermediació editorial, van començar a arribar a l’espai públic i a competir amb els mitjans en l’intent de captar l’atenció i l’interès dels usuaris”
(4). En altres paraules, els ciutadans es van emancipar dels mitjans. La barbàrie de l’atemptat i la reacció del Govern van fer que els ciutadans descobrissin, de cop i volta, que tenien la possibilitat de mobilitzar-se a través dels mòbils. El trànsit a les xarxes de telefonia es va disparar com mai fins aleshores (el dia de la jornada de reflexió, el trànsit de SMS va augmentar un 20% respecte del trànsit habitual, i diumenge, un 40%, un rècord absolut per a aquest tipus de missatges).

El matí del 13 de març de 2004, algú va llançar aquest missatge des del telèfon mòbil:

“Aznar de rosetes? L’anomenen jornada de reflexió i Urdaci treballant? Avui 13M, a les 18h. Seu PP, C/ Gènova 13. Sense partits. Silenci per la veritat. Passa-ho!”

Aquell missatge va passar als fòrums d’internet i es va convertir en el desencadenant de protestes espontànies la nit del 13-M davant les seus del Partit Popular de tota Espanya. Els manifestants es preguntaven “Qui ha estat?”. Aquell dia els ciutadans van comprendre que podien organitzar-se, crear xarxes d’informació i fer cara al poder amb un telèfon mòbil i la seva determinació.

I la història del periodisme a Espanya va quedar marcada per sempre. José Antonio Zarzalejos conclou que “la ‘teoria de la conspiració’ és una de les fites més profundament negatives de la història recent del periodisme espanyol. No sorgeix un dubte raonable sinó una estratègia política i comercial”.

De mica en mica es configuraven dos mons que van eclosionar l’11-M de l’any 2004, amb els terribles atemptats jihadistes de Madrid. Va ser el gran moment de la ‘revolució dels mòbils’ que obria l’era de les xarxes socials, una era que va assolir cotes exponencials amb la irrupció a Espanya de Facebook (2007) i Twitter (2009). Mentrestant, esclatava la gran depressió l’any 2008, agreujada a Espanya per la bombolla immobiliària. Era la suma de totes les crisis que va provocar l’any 2011 la mobilització del 15-M i, com a reacció, la majoria absoluta del Partit Popular.

Tots dos mons es van fer visibles de cop. El que reaccionava davant de la crisi i que basava la seva capacitat mobilitzadora en la indignació i el poder de les xarxes socials. I qui pretenia mantenir l’estatus quo, que tot seguís igual. I el primer dels mons va tenir la percepció que la majoria dels mitjans de comunicació pertanyien al segon. Que bona part de la premsa, la ràdio i la televisió havia optat pel silenci davant d’una realitat que resultava incòmoda.


De l’11-M al “que et voti Txapote


A qualsevol democràcia avançada, els estralls d’ETA, el terrorisme jihadista, les crisis globals o l’any 2020 la pandèmia serien qüestió d’Estat, una tragèdia compartida, un motiu d’unitat. Mai no és un instrument per avivar la confrontació i l’odi entre ciutadans i multiplicar el dolor de les víctimes. Espanya en això és una trista excepció. (A qualsevol altre país, també serien impensables els homenatges públics que s’organitzaven a Euskadi cada vegada que un terrorista condemnat tornava al seu poble d’origen després de complir la condemna).

D’alguna manera, els partits de dretes, amb la complicitat dels
Pedro J. Ramírez i Federico Jiménez Losantos.

mitjans de comunicació afins, van reproduir amb la pandèmia la mateixa estratègia que va seguir els atemptats de l’11-M. Aleshores, l’operació es va basar a generar dubtes i llançar teories de la conspiració. Si bé hi ha diferències substancials entre els dos contextos, també hi ha una clara coincidència: al Govern, com llavors, hi havia l’esquerra (des de les eleccions del 2019). Un Govern que la dreta va titllar “d’il·legítim” perquè partia d’una moció de censura que va comptar amb el suport dels que considerava “enemics d’Espanya”.

En aquella ocasió es tractava de deslegitimar el Govern del PSOE, que havia guanyat les eleccions del 14 de març del 2004. Setze anys després, el 2020, l’objectiu era minar el primer govern de coalició, format per PSOE i Podem. Es tractava d’una pandèmia global, però l’oposició i els suports mediàtics van assenyalar des d’un primer moment el Govern com a responsable de l’expansió dels contagis. I havíem passat dels missatges de mòbil del 2004, a l’apoteosi de les xarxes socials. Especialment WhatsApp, una plataforma que la ultradreta domina per viralitzar les mentides i per avivar la indignació contra el Govern.

L’any 2004, Pedro J. Ramírez, el director d’'El Mundo' fins al 3 de febrer del 2014, va construir la mentida sobre l’11-M, el pitjor atemptat terrorista sofert a Espanya. Després de ser acomiadat d’'El Mundo', Pedro J. Ramírez va fundar un diari, 'El Español'. Apareix en platós de televisió i, quan organitza un esdeveniment, hi acudeixen molts polítics i empresaris. Als països democràtics del nostre entorn, un periodista que hagués comès un acte semblant, estaria condemnat a l’ostracisme.

Un cop convocades les eleccions del 2023, primer locals i autonòmiques (28 de maig) i després generals (23 de juliol), tornava a ser l’hora de tornar a apostar per ETA. Va aparèixer el “Que et voti Txapote”, fent referència al suport que havia rebut el Govern en diverses lleis per part de Bildu, l’esquerra independentista basca. Txapote és Francisco Javier García Gaztelu, condemnat a 152 anys pels assassinats de Fernando Múgica, Gregorio Ordóñez i Miguel Ángel Blanco. Aquest darrer crim, comès el 13 de juliol del 1997, havia mobilitzat com mai la societat espanyola, i va marcar el punt d’inflexió cap a la fi d’ETA, que la democràcia va aconseguir derrotar definitivament el 2011.

Alberto Núñez Feijóo va utilitzar la figura de Miguel Ángel Blanco al cara a cara que va mantenir amb Pedro Sánchez. Muñoz Molina ho recorda(5): “Cal —escriu— molta vilesa per convertir la memòria d’aquell home tan jove en una sòrdida ganivetada política, com va fer l’altra nit Núñez Feijóo. Aquest estiu de la nova era són els seus fidels enfervorits els que repeteixen festivament a l’uníson, aquesta rima infame (“Què et voti Txapote”) que embruta les orelles de qualsevol, però sobretot la boca que la diu. Estic segur que els seus residus continuaran durant molt de temps, infectant-ho tot”.

“Què saben sobre Txapote tots els que han repetit fins a la sacietat el lema que porta el seu nom?”, es pregunta Beatriz Gallardo Paúls, catedràtica de Lingüística a la Universitat de València(6). Res i no importa. Perquè, “en realitat, tots aquests elements funcionen com a interjeccions. Són crits de guerra que tenen com a única funció comunicativa transmetre un estat emocional negatiu; només hi ha ofenses, desqualificacions i menyspreus, perquè la ira i la ràbia fagociten qualsevol racionalitat. La falta de contingut argumentatiu subjacent es dóna també a les veus que fomenten aquests missatges des dels mitjans”.

Referències

(1) Caballero, F. (23/11/2015) Entrevista a Pilar Manjón. Eldiario.es.
(2) Rovira, J. (2008) Entrevista a José Antonio Zarzalejos. Número 142, Capçalera (CPC).
(3) Sánchez Castrillo, A. (21/02/2024) Álvaro Sánchez Castrillo Víctor Sampedro, autor de ‘Veus del 11M’: “Els conspiranoics van demostrar una profunda inhumanitat”. Infolibre.
(4) Oriola, J.L. (2015) Els mitjans després d’Internet. UOC.
(5) Muñoz Molina, M. (14/7/2023). “La era de la vileza”. El País.
(6) Gallardo Paúls, B. (2/8/2023). “Realisme ciutadà, 1; discurs hegemònic, 0”. El País.

Article publicat originalment a Catalunya Plural.

21 feb 2024

El peligro de las acciones judiciales abusivas contra la participación pública (SLAPP)

Dardo Gómez
Este 20 de febrero se ha abierto ante Julian Assange, como se abre un precipicio, la que puede ser la última oportunidad del periodista e informador para evitar ser deportado desde la cárcel británica a los Estados Unidos. La justicia de ese país lo reclama para procesarlo por 18 delitos relacionados con conspiración para la intrusión informática y revelación de documentos clasificados, lo que puede acarrearle una condena 175 años de cárcel. Aunque el único “delito” que ha cometido es el de ejercer el periodismo de investigación en favor de la ciudadanía.
A día de hoy el fundador de Wikileaks permanece encarcelado desde
El juez prevaricador Salvador Alba.

el 11 de abril de 2019 en la prisión británica de alta seguridad de Belmarsh (Reino Unido), incomunicado y espera en ese entorno terrible la decisión final sobre su extradición dictada por la justicia británica el 17 de junio de 2022.
En 2010, el creador de Wikileaks saltó a las portadas de los más renombrados medios “serios” del mundo cuando esa plataforma creada por él publicó cientos de miles de documentos secretos de Estados Unidos que evidenciaban los abusos inhumanos de las fuerzas militares de ese país en las guerras de Irak y Afganistán. Uno de los documentos audiovisuales presentados presentaba el ametrallamiento desde un helicóptero del ejército estadounidense de civiles desarmados, entre ellos dos periodistas.
Ninguna administración estadounidense ha negado esos hechos terribles, pero se inició una cruel persecución judicial centrada en la persona de Assange. Aunque decenas de medios de todo el mundo publicaron esa información por él facilitada, ninguno de ellos fue molestado ni indagado sobre la palpable veracidad de esa documentación y de otros miles de documentos facilitados a ellos.
Así, la persecución al periodista australiano se convirtió en uno de los casos más representativos de los estragos de las SLAPP (Strategic Lawsuits Against Public Participation) en el mundo occidental. Con esta sigla se definen las que en español entendemos como Demandas Estratégicas contra la Participación Pública (DECPP). Es decir, llevar ante la justicia denuncias improcedentes que se incoan con el fin de evitar y/o “castigar” la participación activa de la ciudadanía en temas de interés público y su investigación por parte de la prensa.

En España también son una amenaza

Una de las características de estas demandas abusivas es el gran peso de las indemnizaciones o penas que se solicitan para los acusados con el fin de amedrentar a quienes denuncian o investigan sus malas praxis y agotar los recursos de miembros de la comunidad como los defensores medioambientales y periodistas que defienden los derechos humanos. El impacto de las SLAPP también tiende a paralizar y disuadir de esa lucha a todo el entorno y personas afines a las posiciones del demandado.
Aunque no han alcanzado gran difusión pública en España, son ya varios los medios de comunicación que han sufrido este tipo de persecución o censura, y aunque en varios casos esas denuncias han sido archivadas, el perjuicio causado a las finanzas del medio ha sido grave, ya que no en todos los casos se ha llegado a una sentencia que incluya el resarcimiento de los gastos que han producido las necesidades de la defensa.
Otra de las características de estas demandas abusivas es que, en el caso de periodistas, no se les acusa falsedad informativa o de falta de veracidad, sino sobre supuestos daños paralelos, y en otros casos, son solicitudes de amparo del acusador para que el periodista no pueda continuar su investigación o no se le facilite el acceso legal a la documentación para llevarla a cabo.
Un caso por demás ilustrativo ha sido la demanda de la multinacional energética española Iberdrola contra el periódico digital El Confidencial en febrero de 2022 en relación con la cobertura por parte del diario de las investigaciones sobre presuntas relaciones entre el grupo eléctrico y el comisario jubilado José Manuel Villarejo, de sobras conocido.
Sobre todo de la contratación de éste para realizar investigaciones o elaborar informes sobre otras empresas y/o personas sobre temas seguridad o el presunto espionaje a periodistas.
La demanda de Iberdrola solicitaba una indemnización de 17,6 millones de euros por el desprestigio empresarial sufrido por la difusión de hechos en los que había incurrido, además de la reserva de poder aumentar el monto de la demanda si El Confidencial publicara nuevas informaciones sobre ese caso. Por suerte, la sentencia de la jueza Covadonga González ha desestimado todos los argumentos esgrimidos por la energética, y le ha cargado todos los costes procesales.

No escarmientan los represores

La lista de medios de comunicación y/o periodistas por cuenta propia que han sufrido persecuciones judiciales como éstas no es corta, y medios como 'El Jueves' y 'Mongolia' van cocidos a demandas en nombre de Dios, la Patria y otros antojos inmateriales. Medios como 'El Crític' o la plataforma Civio han debido acudir a los tribunales en defensa de su derecho a acceder a información que es de dominio público, pero que se les pretende impedir publicar o que se les facilite.
Puede que algunos recuerden que el ahora exjuez Salvador Alba fue condenado a prisión y expulsado de la carrera judicial por utilizar su puesto como magistrado en Canarias para conspirar contra la también magistrada Victoria Rosell y acabar, en aquel momento, con su comenzada carrera política como diputada de Podemos. El Tribunal Supremo consideró probado que Alba abrió causa judicial contra su colega y la pareja de ésta —el periodista Carlos Sosa, director de 'Canarias Ahora'-- mediante la declaración falsa del empresario Miguel Ángel Ramírez. El objetivo era que la acción judicial contra la magistrada saliera adelante y cortara su trayectoria pública.
Según consta en la sentencia, el exjuez le ofreció al empresario su exculpación en un juicio a cambio de acusar a Victoria Rosell y a su pareja, el periodista Carlos Sosa, de haberle cobrado para librarle de algunos problemas judiciales. El complot no funcionó y Alba terminó en la cárcel.
Unos meses antes de ingresar en prisión, el exjuez presentó una querella criminal por revelación de secretos, delito de odio, acoso y organización criminal contra 'elDiario.es', su delegación Canarias Ahora, dos redactores, Carlos Sosa, Victoria Rosell y hasta el director del periódico, Ignacio Escolar.
El caso es que se ha admitido esa demanda e impuesto a los querellados la fianza de más de 422.000 euros solicitada, muy superior a la indemnización que se le impuso al exjuez por conspirar contra Rosell desde su juzgado.
Es muy probable que esta querella se archive y no haya más recorrido, pero nos sirve para mostrar cómo actúan las demandas SLAPP y el grave peligro que significan para el derecho a la información y para quienes investigan en casos como éste.

Los buenos nunca ganan

El pasado 30 de noviembre la Unión Europea dio un primer paso para proteger a periodistas y a defensores de los derechos humanos frente a las demandas infundadas o procedimientos judiciales abusivos. Bajo la presidencia española del Consejo y el Parlamento Europeos se ha llegado a un acuerdo político para alcanzar una directiva para poner freno a estas demandas abusivas contra la participación pública que están asolando Europa.
La directiva está costando sangre y sudor para alcanzar algún consenso, ya que los lobis judiciales y algunos Estados presionan en ese sentido; mientras que organizaciones como la Federación Internacional de Periodistas (FIP), que han tenido acceso a algunos borradores, están previendo que saldrá un documento avaro en sus intenciones y poco eficaz para la protección necesaria.
En fin, que sólo en los westerns ganan los buenos...

Artículo publicado en la revista 'El Observador'.

Mazzucato avisa del segon engany

Josep-Maria Ureta
El setembre del 2014, a la seu de RBA, la gran editorial creada per Ricardo Rodrigo, amb especial sensibilitat per textos de pensament i d’economia es va fer la presentació de la versió en espanyol del llibre de Mariana Mazzucato, de gran èxit mundial, titulat 'El estado emprendedor'. Un desafiament a la doctrina dominant de que “els estats només es dediquen a finançar serveis públics però no tenen res a fer ni dir en la recerca innovadora”.

Mazzucato ho va desmuntar rigorosament. Línia bàsica del llibre?
Mariana Mazzucato i Rosie Collington

Res del que innoven les grans empreses emprenedores, admirades i cobejades mil·lionàriament a les borses, seria possible sense la recerca bàsica que paguen els estats (universitats públiques i totes les seves extensions i variants) perquè és la part no rendible de la recerca. Deu anys després, aquesta catedràtica a la University College de Londres ens acaba de proporcionar un text canònic que segueix la seva ferma decisió de recerca que desmunta tòpics: ara és 'El gran engaño' (Taurus), escrit amb Rosie Collington.

¿Què deien a Barcelona, el setembre del 2014, gent il·lustrada sobre aquell text de la Mazzucato? Només dues cites: “Llibre que aproxima a la realitat econòmica a un tipus de lector inquiet, format però no especialista”, explicava el catedràtic Antoni Castells. Un altre: “És necessari fugir de les receptes. Les coses complexes no tenen solucions senzilles”, afegia Josep Maria Bricall. Ambdós mestres en l’economia teòrica i pràctica afegien, ja fa 10 anys, que “l’Estat ha d’estar en la innovació” (Bricall) i que “se segueixen aplicant receptes equivocades que van contra la realitat per culpa d’idees preconcebudes”, advertia Castells.

Doncs ves per on, ara ens reapareix Mariana Mazzucato amb un text extraordinari, 'El gran engaño', on ens avisa que la seva denúncia del 2014 ha quedat superada per l’aparició progressiva, silent i aclaparadora d’un oligopoli de serveis, tant per al sector públic com privat, com son les grans companyies d’assessoria i auditoria, sovint dissimuladament barrejades en els seus interessos. Ningú ho preveia tal qual fa 10 anys.

Primer pecat capital: qui assessora com ha d’evolucionar una empresa (estratègia) no pot ser també qui li redacti i revisi després els comptes (auditoria/comptabilitat). I del primer pecat se’n deriven tots els demés d’aliances entre empreses i proveïdors de serveis. Així es capgira el que reivindicava Mazzucato la dècada passada de separació d’activitats en el món de l’empresa. Ara, l’Estat s’ha debilitat en la mateixa proporció que consultores i auditores li han dit no només què ha de fer, si no sobretot el que NO ha de fer.

Tot comença al Xile d’Allende

Seguint les pautes d’una bona narració, Mazzucato explica que elsprimers consultors que varen assessorar a un govern van ser els britànics Sttaford Beer al primer mandat de Salvador Allende a Xile. Era, segons l’autora, un projecte tecnològic a llarg termini que més tard va dinamitar Pinochet. El llibre de Mazzucato va ple d’exemples d’aquesta mena, amb propostes d’anàlisi d’iniciatives de vegades reeixides i d’altres malmeses. Sempre dins d’un cercle viciós on les propostes que surten de fora dels governs (o sigui, provinents de consultores de tota mena) son sovint massa influents, però mai apareix el seu nom en cas de fracàs, s’ho empassa el govern de torn. Aquest és l’avís profund de Mazzucato i que té abast universal. Per això val la pena llegir-ho.

Qui son el nou poder ?

Ja posats, posem pel davant de tot els noms de les denunciades.
Les tres consultores de marca mundial son: McKinsey, Boston Consulting i Bain & Company.
I les quatre grans de l’auditoria son: PriceWaterHouse Coopers (PwC en textos de diaris saberuts), Deloytte, KPGM i Ernst & Young (EY pels amics i coneguts).
El què ens diu Mazzucato és que aquestes grans marques mundials, sense saber-se qui les domina ni on tenen la seva seu, son les que han acaparat el poder mundial a base de capturar les debilitats dels governs democràtics (els que no ho son, no cal dir qui els influeixen) per penetrar en les seves decisions de despeses.

La pandèmia, el seu negoci

Antològica es la descripció de Mazzucato de com es varen moure les set empreses suara esmentades per dominar totes les decisions de les administracions púbiques a l’hora de comprar mascaretes o aconseguir vacunes durant la pandèmia iniciada a finals del 2019. En el darrer cas, amb un greuge afegit de l’especulació de les farmacèutiques. Un negoci milionari del tot discret. Cap d’aquestes grans empreses que van dominar el fluxe de distribució van sortir als diaris. La intermediació global és silenciosa, sempre.

Cal recordar també que tots els governs democràtics d’Europa estaven disposats a acceptar la gens discutida capacitat de les consultores esmentades per aconseguir medicaments i mascaretes que la seva població exigia. Posats a exagerar, podríem dir que la pandèmia del 2020 va durar el què aquestes multinacionals tan discretes com influents en l’àmbit global del comerç i distribució ho varen programar. És a dir, proporcionar d'immediat les mascaretes però també retardar les vacunes i la seva distribució aprofitant el seu principal domini, per deixadesa dels estats, de la distribució logística mundial. És una exageració pròpia després de llegir el llibre, però no tan esgarriada com aparenta.

També els huracans

Voleu més? Com l’huracà del 2017 a Puerto Rico, formalment part del EEUU, no va ser cobert per les agencies informatives dels EUA, tot i que, ves per on, McKinsey era qui portava tota la gestió de les finances de l’illa caribenya. O com els empleats del Tresor britànic (equival a l’Agència Tributària espanyola) varen col·laborar amb les quatre grans consultores esmentades per instal·lar-se a petites illes de domini britànic per esbandir comptes de les grans empreses del seu país.

¿Fins on arriba la impostura de les consultories i la seva rellevància mundial a l’hora d’avisar si una informació és real i fiable? Hi ha límits que èticament no es poden traspassar? Doncs tampoc. Mazzucato y Collington dediquen el darrer capítol del llibre, el què fa més mal de llegir pels sostenibilistes de bona fe, és la també contaminació del mon financer sense escrúpols en el terreny de la crisi climàtica. També aquesta malifeta es mereix una descripció precisa al llibre.

Tanmateix, cal avisar, que en aquest darrer capítol sobre manipulacions sobre el canvi climàtic, com en alguns dels anteriors, s’abusa de l’enumeració de documents i referències de cimeres mundials més que de redaccions descriptives i comprensibles per lectors no avesats.

Mazzucato ens explica novament el que no trobem als diaris i que hauríem de tenir en compte. En aquest cas es tracta d’un parell de sectors d’empreses de serveis gairebé intocables pels redactors d’economia i similars: els consultors i auditors.

13 feb 2024

Los ‘off the record’ los carga el diablo

Andreu Farràs

La feroz ofensiva del Partido Popular contra la amnistía que Pedro Sánchez intenta impulsar para reconducir el independentismo catalán y, sobre todo, mantenerse en la Moncloa sufrió un duro revés el pasado fin de semana por las declaraciones de una “fuente de la alta dirección del PP muy próxima a Alberto Núñez Feijóo” que admitió que este se había mostrado dispuesto a indultar con condiciones a Carles Puigdemont si Junts votaba a favor de los populares en el debate de investidura. La docena larga de periodistas que conversaron simultáneamente con esta “fuente de la alta dirección del PP muy próxima a Feijóo” y publicaron también casi simultáneamente el resultado de esta información añadieron en sus noticias que el PP considera muy difícil que las acciones de Puigdemont, Tsunami Democràtic y otros independentistas puedan ser calificadas de “terroristas”.

La campaña de las elecciones gallegas, que hace poco más de un mes
Alberto Núñez Feijó, una imatge d'arxiu.

parecía que el PP iba a ganar sin que su candidato se bajase del autobús, se ha convertido de la noche a la mañana en una pesadilla para el presidenciable Alfonso Rueda y, todavía más, para Feijóo, por culpa de “una fuente muy próxima” a él que no ha sabido controlar sus palabras en una conversación informal con algunos periodistas. Todo por un ‘off the record’ (a micrófono cerrado) que fue mal acordado o con un contenido demasiado explosivo para ser respetado.

Las conversaciones a micrófono cerrado con políticos, empresarios e intelectuales suelen ser siempre mucho más interesantes que las entrevistas ‘on the record’ y no digamos que las ruedas de prensa con o sin plasma. La mayoría de los protagonistas se sinceran, se relajan y se quitan la máscara del personaje que tienen que interpretar de cara a la galería. Como periodista compruebas cuanto hay de farsa, simulación e incluso perfidia en ciertos personajes con fama y carisma. En otros casos, algunos ‘off the records’ son la semilla de futuras primicias que la fuente primaria te ofrece pocas veces desinteresadamente.

A finales del siglo pasado, cuando Jordi Pujol aún era presidente de la Generalitat, se reunió con un grupo de periodistas en Barcelona. Era una conversación distendida y extraoficial entre redactores avezados y un político aún más ducho que ellos. Uno de los periodistas (que, por cierto, estos días ha sido reprendido por el Consell de la Informació de Catalunya por vulnerar dos artículos del Código Deontológico) preguntó al ‘president’: “Si tuviera usted la oportunidad de conseguir la independencia de Catalunya apretando simplemente un botón, ¿lo pulsaría?”. Segundos de pausa dramática. Pujol pregunta: “¿Off the record?”. “Sí, sí, claro, claro”, responden al unísono los reunidos salivando. Otra pausa dramática y el patriarca responde: “No. No lo pulsaría”. La negativa fue seguida de uno de los amplios monólogos a los que el líder nacionalista ya tenía habituados a los desilusionados informadores. ¿Alguien puede creerse que si la respuesta de Pujol hubiera sido afirmativa todos los reporteros podrían haber resistido la tentación de saltarse el compromiso de confidencialidad y no comunicarlo al menos a sus respectivos jefes?

“Si quieres que algo no se sepa nunca, no se lo digas a nadie”, me dijo en una ocasión otro dirigente político catalán. Porque, al final, “todo se sabrá”, como amenaza ahora desde Waterloo uno de los sucesores de Pujol. La “fuente de la alta dirección del PP muy próxima a Núñez Feijóo” debería saber que los ‘off the record’ los carga el diablo. Y si lo sabe y no lo lleva a cabo, además de delatar su grave hipocresía, ofrece una muestra más de que no está preparado para llevar las riendas del Gobierno de un país tan complicado y parlanchín como España.