Xavi Casinos
Regreso de vacaciones y me encuentro con el mundo de la prensa convulsionado aún por la compra del mítico rotativo ‘The Washington Post’ por el multimillonario fundador de Amazon, Jeff Bezos, y por cuáles son sus intenciones reales. Hay artículos para todos los gustos. Unos dicen que cree tener la fórmula mágica, el Grial del nuevo modelo de negocio que por fin devolverá la rentabilidad al histórico diario y por extensión al sector de los medios impresos. Otros pronostican que cerrará la edición en papel y tratará de ganar dinero comercializando los contenidos online a través de Amazon. Hay quien lo califica de simple capricho ególatra de multimillonario, equiparando la operación a la de otros magnates, como Warren Buffet y su adquisición de una treintena de periódicos locales, o John W. Henry, propietario del equipo de béisbol Red Sox, que le ha comprado ‘The Boston Globe’ a New York Times Co. Incluso he leído acerca de una presunta conexión con una conspiración de los Iluminati.
Solo Bezos conoce sus planes para ‘The Washington Post’. Lo único que sabemos es lo que él mismo ha comunicado al personal del diario, que podrá seguir trabajando con independencia, que habrá continuidad en el proyecto, y que incluso la familia Graham, propietaria durante casi un siglo, seguirá teniendo su papel en la dirección. Vaya, lo que se suele decir en estos casos. De Bezos sabemos que, por su experiencia con Amazon, es de los que no cree en el futuro de los diarios impresos y que piensa que acabarán por desaparecer en su gran mayoría, salvo algunas excepciones concebidas como productos elitistas. Asimismo, es partidario de los contenidos gratuitos en la red porque ya no hay marcha atrás en este gravísimo error del sector a escala mundial. Sin embargo, cree en la venta de contenidos para tabletas.
Pero analicemos algunos detalles. Cuando surgió Amazon, se decía que iba a acabar con los libros impresos. Se equivocaban. Amazon les dio una salida. Con quien acabó fue con muchas librerías. Eso no le ha impedido dar también un empujón al libro electrónico, comercializando incluso su propio lector, el Kindle, cuyo software es además compatible con ordenadores, iPads, smartphones y cuantas pantallas vayan apareciendo en el mercado. En su modelo de negocio conviven y dan dinero el papel y el online. Claro está que su modelo de negocio se basa en la distribución de contenidos. Habrá que ver cómo se las maneja ahora con ‘The Washington Post’, que es una fábrica de contenidos.
Puede que para Bezos la compra de ‘The Washington Post’ sea pura egolatría o que simplemente le haya convenido tener el control de un medio de comunicación influyente para su uso instrumental de sus negocios. Se calcula que la fortuna personal del fundador de Amazon es de unos 25.000 millones de dólares, según la revista ‘Forbes’. Pagó a los Graham por su diario 250 millones, es decir, un 1% de su fortuna. Las previsiones indican que ‘The Washington Post’ perderá unos 200 millones de dólares este año. No puedo resistirme a imaginar a Bezos en el papel de ‘Ciudadano Kane’ dirigiendo su ruinoso y recién adquirido periódico y frente a él un asesor financiero preguntándole por qué está en el negocio de la prensa perdiendo todo ese dinero. Y veo a Bezos-Kane respondiendo que quizá el año que viene pierda otros 200 millones, y otros 200 el siguiente. Efectivamente, se arruinará dentro de… 125 años.
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