Manuel Duran
Los ministros del Interior de la UE, reunidos en Riga, acaban de decidir, entre otras medidas, "reforzar los controles de fronteras y de las redes sociales". En línea con lo que exponía en el artículo 'Desrealidad y control' no se podía esperar otra cosa. Y aunque las amenazas existen, el poder incrementa las medidas de control de todas las personas en proporción directa con el miedo generado por masacres como la de 'Charlie Hebdo'.
En el mismo plano debemos ver la aparición del ministro del Interior español, Fernández Díaz. con un dirigente del PSOE para anunciar un pacto antiterrorista. Propaganda de bajo vuelo. ¿Un pacto para qué? ¿Es que resulta necesario hoy en día un acuerdo de esa naturaleza?
Más ruido y más control. Que recuerde solo he oído estos días en la TV a un joven profesor belga decir que tendríamos que conocer qué es lo que está pasando en nuestros propios países y ciudades. Se sabe que al menos 3.000 jóvenes europeos han emigrado hacia Siria e Irak para unirse a las fuerzas del Estado Islámico y Al Qaeda. Son jóvenes en su gran mayoría nacidos en Francia, Bélgica, Gran Bretaña, España,... con nacionalidad y pasaporte europeos.
Pero es que son los mismos que malviven en barrios segregados y marginados, los que te cuentan que si buscas trabajo en París no puedes poner en el currículo que vives en Clichy porque se va directo a la papelera. Es decir, la "chusma" de Sarkozy.
En Cambrils una madre ha denunciado que su hijo, de color negro adoptado cuando tenía seis meses y de nacionalidad española, es continuamente detenido, registrado y vejado por la policía local y por los mossos d'esquadra. Cambrils no es una 'banlieu de París'.
Buscar, conocer e informar del origen y las causas de un problema de esta magnitud no puede ceñirse a esta variante. Las cosas son más complejas. Gabriel Jaraba decía hace pocos días en un post en repuesta a otro, que si la causa de este fenómeno fuera la miseria y el racismo, todos los haitianos serían terroristas. Sí, cierto pero... ante la complejidad del problema hay que empezar por conocer nuestra propia realidad.
La sociedad se organiza y reacciona. Los periodistas nos organizamos y reaccionamos. El objetivo sería, como oí decir a Simona Levi en una entrevista, devolver a la ciudadanía la capacidad de decidir. Con propaganda, imposible, con información no mediatizada todo es posible.
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