José Sanclemente
La prensa diaria española va a tener su año horribilis en el 2012. Todas las noticias que acumula este sector son negativas: La facturación publicitaria sigue descendiendo y en estos primeros meses lo está haciendo al ritmo del 20%. El anuncio de que el Gobierno va a recortar las campañas de publicidad en los medios de comunicación en más de 200 millones de euros y la progresiva caída del consumo dejará a los periódicos a final de año, según las estimaciones de los grupos de comunicación, con 800 millones de ingresos publicitarios (el 40% de lo que facturaban en el 2007).
Se da la circunstancia de que entre los más de 170 diarios que se editan en España ingresarán prácticamente lo mismo que una televisión privada como Antena 3. Además internet sobrepasará por primera vez la inversión en prensa en nuestro país.
Es impensable que los diarios puedan compensar su caída de facturación con recortes de personal. Solo en este año, haciendo un cálculo grosso modo, deberían despedir algo así como 4.000 periodistas y eso significaría la desaparición de muchos diarios y el empobrecimiento informativo de todos ellos.
La prensa no se merece el tratamiento que está teniendo de los anunciantes y del Gobierno. Me explico: la audiencia de los diarios sigue siendo alta y competitiva con respecto al resto de los medios. El perfil del lector es atractivo para comunicar y fijar criterios objetivos en los consumidores y el coste de los impactos para los anunciantes sigue siendo muy rentable.
¿Entonces por qué se está dejando de creer en los periódicos por encima de las televisiones o de la red de internet?
Los editores de diarios deberían reivindicar el papel de la prensa en los estamentos de los anunciantes y del Gobierno. En otros países, como Francia, han recibido fuertes apoyos que les han ayudado a sobrellevar la crisis con dignidad y sin la destrucción de empleo que se ha producido en España entre la profesión periodística. Quizás para ello lo primero es que los editores se crean sus propios periódicos, lo segundo es que se unan para hacer valer sus intereses, que éstos sean los de sus lectores, y que dejen de estar divididos y de hacerse críticas absurdas entre ellos.
En una época en la que nos toca salvar bancos, realizar recortes sociales por causa del despilfarro y la mala gestión de nuestros políticos y financieros, asumir los desaguisados de los mercados y de nuestro endeudamiento, yo me sentiría más satisfecho si la prensa fuera considerada por este Gobierno como un servicio imprescindible para los ciudadanos que vale la pena cuidar tanto o más que los bancos.
Más que nunca cuando tenemos que tragar, sin oposición, con las medidas de un Gobierno todopoderoso, necesitamos medios fuertes y críticos que actúen en defensa de los ciudadanos. Quizás por ello a nuestros políticos les interesa que se debiliten y desaparezcan, pero no son conscientes que con ello perdemos todos, incluidos los que mandan. Para ejercer el poder es necesario tener contrapoder o se estará en contra de los ciudadanos peligrosamente.
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