El quadern dels periodistes apocalíptics, integrats, optimistes i/o solidaris

EL QUADERN DELS PERIODISTES APOCALÍPTICS, INTEGRATS, OPTIMISTES I/O SOLIDARIS

15 jun 2012

Quiero ser periodista y no voy a poder

José Sanclemente
Hay algo que quería contar. Hacia mediados de marzo publiqué mi primera novela: Tienes que contarlo. Es una novela policíaca cuya trama está instalada en la redacción de un diario herido de muerte por los sucesivos despidos en la redacción, la crisis publicitaria y el auge de internet y las redes sociales. En el libro, Leire, una periodista de sucesos, joven y mal pagada, no cejará hasta averiguar la verdad sobre el asesinato del periodista más influyente de su diario, El Universal, llegando a jugarse su sueldo y hasta su vida.

Escribir una novela para un economista que como yo se ha dedicado media vida a escribir informes de gestión sobre los medios de comunicación no ha resultado fácil y tenía un riesgo del que me habían advertido no pocos amigos: "En este país no se perdona a los advenedizos y menos el intrusismo literario". "Te arriesgas a que te den un palo".

He tenido suerte, mucha suerte. La novela, por las críticas, reseñas y mails que he recibido está gustando. "Engancha", "Entretiene, "Inquieta y preocupa" son algunas de las palabras que más se han prodigado entre los blogueros y los medios.

Pero, mi verdadera suerte, la que yo no podía esperar y la que más me ha marcado tras esta primera experiencia como novelista ha sido la oportunidad que he tenido de conocer a varias Leire a lo largo de la pequeña gira que inicié hace unas semanas para hablar de mi libro.

Leire existe. Está en un pequeño periódico del norte de España y en uno mediano del sur, en una radio local de provincias y en una de ámbito nacional, incluso la he visto en un par de cadenas de televisiones autonómicas y nacionales.

La novela tiene la trampa de hablar sobre el mundo del periodismo. Eso ha favorecido que algunos periodistas, exhaustos por tanto libro como reciben de las editoriales, por tantos temas como deben tratar a lo largo del día para suplir la falta de medios de su empresa y por esa polivalencia multimedia que les exige hacer una foto, escribir en la web y cerrar la página del diario... como digo, eso ha favorecido que las Leire de turno acabaran preguntándome más que por la novela por su futuro, por el futuro del periodismo.

En este corto espacio de tiempo alguna de las Leire que me entrevistaron para el medio en que trabajaban ya están fuera de él: han sido objeto de un ERE y otras malviven con un salario recortado que les impide mantener una vida razonable. A las Leire de la prensa española no les han recortado el horario ni las obligaciones de atender tres o cuatro temas diarios a la vez o la de contar las historias en todos los soportes de sus empresas.

Siguen cayendo Leire. Hay regulaciones de empleo abiertas en una veintena de medios de comunicación privados españoles y amenazas de estas en casi todas las televisiones y radios públicas.

Leire, cuando acababa la entrevista sobre mi novela, se quedaba unos minutos más y me preguntaba con timidez y preocupación: ¿Tú crees que tengo futuro como periodista? Es que en casa me dicen que busque otra cosa... no me llega para la hipoteca y son muchas horas... no sé, no compensa... Pero a mi me gusta contar las cosas aunque siempre estamos con la amenaza del despido...

Yo me quedaba pensando en la dedicatoria final que había quedado impresa para siempre en la última página de mi libro: "A los periodistas que, a pesar de la crisis que viven los medios de comunicación, aún conservan la ilusión por su profesión y consideran que es un privilegio poder contar una noticia". Y sin embargo no tenía valor para responderle.

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