El quadern dels periodistes apocalíptics, integrats, optimistes i/o solidaris

EL QUADERN DELS PERIODISTES APOCALÍPTICS, INTEGRATS, OPTIMISTES I/O SOLIDARIS

20 jun 2014

No inventemos el periodismo. Hagamos escuela

Julia Sousa
Nunca se había puesto tanto en tela de juicio la prensa, los periodistas, los nuevos modelos o no de hacer periodismo y los medios, en general. No está mal que hagamos autocrítica porque es saludable, pero me temo que tanto hablar sobre lo que es o no hacer periodismo nos está desvirtuando. Las reglas del periodismo son las mismas desde hace años. Con la entrada de la democracia nació otro tipo de hacer periodismo, mucho más crítico, abierto y de investigación, dado que no había que soportar la ley de la censura, pero la censura, no nos engañemos, ha existido siempre y sigue existiendo. Una censura puede ser constatable o no escrita, pero no deja de ser censura.

Se critica mucho que los periodistas de hoy no hacen periodismo. Sí hacen periodismo, la diferencia es si es buen periodismo o no. Tú puedes endulzar una entrevista o desnudar al personaje, en ambos casos es periodismo. Otra cosa es que te guste o no, que sea ético o no, o bien que responda a tus preguntas. 
Redación del diario 'Clarín' de Buenos Aires.

Compruebo desde hace tiempo que hay una lucha encarnizada por delimitar lo que es periodismo y no. Y yo, francamente, no veo grandes diferencias respecto de lo que he vivido durante más de 30 años. Siempre hubo periodistas de calle, de mesa, de canapés… siempre ha habido periodistas críticos, comodones, arriesgados, complacientes… siempre he conocido grupos o medios más abiertos o cerrados que otros… y siempre he convivido con periodistas de raza y otros que no lo son tanto. No veo grandes diferencias. Lo único que nuestro gremio nunca supo combatir y ahora tampoco es la incursión sistemática de falsos periodistas en nuestra profesión. Permitimos y seguimos permitiendo que todo tipo de personas, procedentes de diversas profesiones se autoproclamen periodistas por el mero de hecho de salir por la tele y radio. Esto sí me parece grave, pero, insisto, es un cáncer que nos viene de lejos y que nunca hemos sabido o querido atajar. En su tiempo hubo la polémica de si un periodista lo era o no por haber cursado la carrera de periodismo. De hecho, solo en los medios públicos se tenía en cuenta este aspecto cuando te realizaban el contrato. Siempre pensé que es bueno pasar por la universidad, pero mejor aún trabajar en un medio para aprender este oficio, porque eso es lo que es, un oficio y como tal, necesita de aprendizaje y mucha práctica.

Ahora las redacciones se llenan de chicos y chicas muy jóvenes y, por tanto, muy baratos y el problema básico es que tienen pocos referentes en dónde fijarse y de los que aprender. Vemos redacciones envejecidas o bien jovencísimas con lo cual el término medio ha desaparecido por completo. Todos o casi todos hemos tenido que trabajar en alguna ocasión con jóvenes que dominan a la perfección las redes sociales, pero en cambio no saben discernir entre importante o no, entre noticia o rumor o entre noticiable o simple chisme. Se habla de que la crisis se ha encarnizado con la clase media. Es cierto, pero esta crisis también se ha encarnizado con los periodistas de mediana edad y los ha arrojado a la calle, con lo cual, el colchón siempre deseable en una redacción está desapareciendo. Ahí se siente la flaqueza de muchos contenidos, de muchos reportajes y de muchas entrevistas. 

La investigación es cara; yo diría que según. No es solo cuestión de dinero hacer buena investigación, también es imprescindible que haya buenos maestros que enseñen a investigar. Creemos que Google nos dará la respuesta a todo y, de momento, por suerte para nosotros, no es así. Hasta los de Google, que saben mucho, están financiando másters en investigación a sus trabajadores, porque son conscientes que esta especialidad necesita de una escuela. Por tanto, seamos más rigurosos en nuestras críticas y en nuestros argumentos. El periodismo sigue vivo, no me cabe duda. El periodismo siempre se ha escrito contra reloj, pero también necesita su escuela y su tiempo, ambas cosas se están destruyendo cada día. Por tanto, no quememos el periodismo y reclamemos el conocimiento y la reflexión.

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