Julia Sousa
Los periodistas que se dedican a la comunicación sea política o empresarial, saben que hay errores que se pagan muy caros. El lunes, 11 de febrero, Twitter nos ha puesto en bandeja uno de ellos: desde comunicación de la Moncloa se envía una nota informativa en la que se dice: “Pésame Rajoy por fallecimiento Rajoy”. En realidad querían dar el pésame a la familia del filósofo catalán Eugenio Trias.
Tan sólo siete minutos después, los responsables de comunicación del gabinete han rectificado y han enviado la nota pésame correcta. Siete minutos que son una eternidad dentro del mundo de la comunicación que vivimos, a través de la redes sociales que disparan noticias cada segundo. ¿Por qué pasan estas cosas? Yo, que he trabajado en comunicación política y empresarial, puedo decir que podría suceder un equívoco de esta magnitud cuando se trata de una noticia muy importante que debe lanzarse a los medios sin ninguna demora y, por tanto, no hay tiempo para revisar.
Hasta aquí, podría ser aceptable, todos somos humanos. Pero este no es el caso. El fallecimiento del filósofo se sabía desde la tarde del domingo, 10 de febrero. Por tanto, es una noticia que ha podido madurarse, trabajarse con tiempo y meditar su enunciado. Desde este punto de vista no hay excusa. En segundo lugar, si quien ha escrito esta nota es un funcionario, como algunos dicen, eso no es óbice para que no sepa redactar una nota de condolencia y, en su defecto, el jefe del departamento tiene la obligación de revisar cualquier comunicado que salga del departamento. Si así no se hace, la responsabilidad es del jefe del departamento. Esta nota de prensa denota descontrol en la oficina de prensa de la Moncloa y también nervios, dos extremos que dificultan la labor y restan credibilidad ante los medios de comunicación. Los funcionarios que trabajan en la Moncloa son pocos, porque ha habido muchas jubilaciones en los últimos tiempos y no se ha convocado concurso público para ocupar las plazas vacantes desde hace más de cuatro años. Por tanto, se supone que la mayoría de los periodistas que trabajan en la Moncloa son contratados por el partido que ahora gobierna.
Por otro lado, cuando un Gobierno, sea del color que sea, no consigue afianzar sus mensajes en la opinión pública, siempre se dice que es culpa del gabinete de comunicación, que no sabe comunicar. Lo cual no siempre es cierto. Pero en este caso, el error es mayúsculo, no se trata de comunicar bien o mal, sino simplemente de un trabajo realizado con muy poco rigor, seguramente un corta-pega demasiado rápido. Y, claro, el mensaje subliminal que se desprende de esta nota de prensa es "tremendo". Seguramente no sabremos las consecuencias, pero me consta que, por mucho menos, han despedido en horas a un jefe de prensa.
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