Andreu Farràs
Hace ocho años, los tres diarios de Madrid de talante liberal-conservador vendían en los quioscos españoles un total de 469.072 ejemplares al día, según la OJD. El pasado mes de marzo, la misma Oficina de Justificación de la Difusión certificaba que la suma de las copias vendidas por ‘El Mundo’, ‘Abc’ y ‘La Razón’ llegaba a los 191.665 ejemplares. Esto es, 41.317 diarios menos que los que vendía por sí sola la cabecera de más audiencia de la llamada derecha mediática, ‘El Mundo’ de Pedro J. Ramírez, que en el 2006 registraba una venta al número de 232.982 copias y era, como ahora, el segundo rotativo más leído de España, después de ‘El País’. Entre los tres no llegan a vender ahora ni la mitad de lo que vendían hace solo ocho años.
Este desplome de la demanda de prensa de papel (de derechas y también de izquierdas) y la caída igualmente espectacular de los ingresos publicitarios –de los 2.100 millones del 2007 a los menos de 700 millones del 2013— no han logrado ser resueltos por los ejecutivos empresariales a través de los recortes de las partidas de gastos, que se han cebado esencialmente en los empleos y los salarios de los periodistas y de los trabajadores de los departamentos periféricos de las redacciones. Los MBA han aplicado en sus empresas el mismo ‘austericidio’ de los gobiernos europeos que sus propios diarios critican a través de los artículos editoriales, después de aconsejar a los principales accionistas en los tiempos de vacas gordas que no había ningún problema en endeudarse hasta las cejas, porque, para los 'golden boys', el 'apalancamiento' era entonces 'cool', sobre todo en el sector audiovisual.
A los tres grandes periódicos auto-denominados de “ámbito nacional” que se han mostrado tradicionalmente más cercanos a los postulados ideológicos del Partido Popular y ‘la derecha de toda la vida’ les está llegando de modo irremisible el tiempo de las fusiones. Aun después de la desaparición de ‘La Gaceta’ del integrista grupo Intereconomía, es difícil encontrar expertos que abonen en la actualidad la tesis de que hay suficiente audiencia potencial para mantener con vida tres diarios con lectores con prácticamente el mismo perfil ideológico. Por eso son cada vez más insistentes las informaciones que señalan que diferentes ejecutivos empresariales y sectores del accionariado de los grupos editoriales que controlan a cada uno de estos diarios están estableciendo contactos intermitentes entre ellos para intentar sellar acuerdos estratégicos de gran alcance. En otras palabras, compraventas o fusiones de dos de estos tres rotativos, con todas las combinaciones posibles. De hecho, en otros casos, las fusiones han empezado por los departamentos comerciales y de publicidad y han seguido con la distribución y la impresión. Faltan las redacciones.
Como en muchos otros sectores económicos, y quizá siguiendo la misma senda que la industria televisiva, en el mundo de la gran prensa (de papel y digital) es probable que la consecuencia final sea la ineludible consolidación de un duopolio de facto. Y no solo en Madrid sino también en otras capitales de la Península con mercados con audiencia potencial y masa crítica suficiente para solo dos marcas como máximo; no tres o cuatro como hasta ahora. La tendencia resulta tan probable como preocupante para los defensores de la pluralidad ideológica, los contrapesos democráticos, la fiscalización de los gobiernos y la libertad de expresión. Cuantos menos medios haya que presionar, subvencionar o amenazar, más libertad de acción tendrán y menos cohibidos se sentirán los poderes institucionales y económicos.
@afarrasc
@afarrasc
A eso conduce el que sean unos diarios "pluriformes", por acuñar un término utilizado en la iglesia católica) en apoyo del PP. Ante el abandono de los lectores, compiten en sus titulares, informaciones y artículos de opinión, bien pagados en muchos de los casos, por ganarse las prebendas económicas de las subvenciones del poder. Me imagino quienes serán los grandes paganos de las fusiones. Por cierto ¿aguantarán todas las cabeceras?
ResponderEliminarJose Luis Barrabes Mur