El quadern dels periodistes apocalíptics, integrats, optimistes i/o solidaris

EL QUADERN DELS PERIODISTES APOCALÍPTICS, INTEGRATS, OPTIMISTES I/O SOLIDARIS

29 mar 2023

L’obsessió de TV-3 per ser líder d’audiència

Siscu Baiges
TV-3 lidera el dilluns amb contundència, tot doblant la segona cadena, i registra els vuit programes més vistos del dia”. Aquest és el raca-raca diari del servei de premsa de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals. Llevat dels dies escassos en què un partit de futbol o un gran esdeveniment esportiu li roba el lideratge de l’audiència, TV-3 sempre encapçala aquesta competició i els seus responsables ho presenten com un enorme èxit.

Doncs, no. No és cap èxit que TV-3 sigui líder d’audiència. Ho és
Toni Cruanyes, conductor del 'Telenotícies Vespre'.

perquè els seus telenotícies juguen amb avantatge. Si algú que viu a Catalunya té interès en saber els resultats dels equips d’esports de la comunitat, a més a més dels del Barça, el temps que farà a la seva població o comarca o com ha anat el debat al Ple del Parlament no té més remei que sintonitzar TV-3. Això fa que les diferències entre els telenotícies de TV-3 i els informatius de les altres cadenes que es veuen al televisor hagin estat sempre abismals. El 'Telenotícies migdia' del dimarts 28 de març va tenir 424.000 espectadors i el segon informatiu més vist en aquesta franja horària va ser 'Noticias 1' de Antena 3 amb 206.000. El 'Telenotícies vespre' d’aquest dia va tenir 540.000 espectadors superant en prop de 200.000, els 347.000 del 'Telediario 2'. Els 264.000 espectadors del 'TN Comarques' van superar de llarg els que van seguir els programes d’altres televisions.

Les diferències entre les audiències dels informatius de TV-3 i els dels altres mitjans són tan grans que és pràcticament impossible que la televisió pública de la Generalitat no les lideri cada dia. Com va passar aquell dimarts, tot i el programa més vist en horari de ‘prime time’ del dia a Catalunya va ser el partit de futbol entre Escòcia i Espanya.

Que TV-3 sigui líder d’audiència a Catalunya no té cap mèrit. Per això és patètic que cada dia ho recordi el servei de premsa de la CCMA. Cada dia, cada mes i cada any, perquè TV-3 és líder d’audiència des de fa 13 anys. I si algun mes no ho ha estat s’ha degut a que l’estiu menys gent mira els informatius i a vegades s’hi celebren uns campionats del món de futbol o uns Jocs Olímpics dels quals en té els drets una altra televisió.

TV-3 s’ha de preocupar de fer una televisió de qualitat i que sigui un bon servei públic. No de quedar per davant de les altres televisions en la competició per l’audiència. El programa 'Zona Franca' tenia més audiència quan començava cada nit amb el seu presentador cridant ‘puta nit i bona Espanya’ que ara que la presentadora, Danae Boronat, no cau en l’insult i l’odi a tot allò que soni a espanyol. Però el 'Zona Franca' d’ara és un programa digne per una televisió pública i el d’abans era un insult a Catalunya i a milions de catalans.

El 'Més 324' de Xavier Graset ha perdut audiència des de que a la tertúlia independentista de cada nit li ha robat temps per dedicar-lo a la presentació de llibres, però ha guanyat en qualitat cultural.

TV-3 hauria de deixar de bombardejar-nos amb les exhibicions de lideratge d’audiència és esforçar-se més en fer un bon servei públic de difusió cultural i sensibilització social.

La millor televisió pública no és la que veu més gent sinó la que contribueix millor a informar bé d’allò que passa a la comunitat on actua i, en general, al conjunt del món i a la formació cultural, social i educativa de la ciutadania que la finança amb els seus impostos.

23 mar 2023

No olvidemos a Julian Assange y exijamos su libertad

Dardo Gómez
Como una vorágine las empresas periodísticas lanzan desde todo el mundo, minuto tras minuto, centenares de miles de noticias sobre los más diversos temas y disciplinas; es normal que esto suceda porque ese es el pulso de la vida de los humanos. Sin embargo, también es cierto que la mayoría de esas noticias no suelen convertirse en información, y que incluso muchas de las que suelen llamarse de “gran impacto” no suelen sobrevivir a la avalancha siguiente o al mero “impacto” siguiente.

Solía decirse en los tiempos del papel que “no hay nada más viejo
Julian Assange.
que el diario de ayer”, lo cual define de manera definitiva lo efímero de gran parte de la labor periodística. El genial e insoportable Jorge Luis Borges dijo alguna vez: “El periodismo se basa en la falsa creencia de que todos los días sucede algo nuevo. Yo no he leído un periódico en toda mi vida. En un diario, por lo general, se escriben noticias, desde luego tontas. ¿Qué importa que un ministro viaje o no? De las cosas realmente importantes uno se entera de igual modo. Yo creo que los periódicos se hacen para el olvido, mientras que los libros son para la memoria”.

Solía ser así de tremendo este argentino que, además de ser un escritor inmenso, disfrutaba de irritar a las personas comunes. Sin embargo, alguna razón tiene en cuanto a lo efímero de las noticias que, aunque sean importantes, muchas veces suelen ser borradas del consciente colectivo por la avalancha de intrascendencias que se publican a diario.

A veces me da por preguntarme si la avalancha diaria de noticias de escaso calibre no tendrá esa intención (inocente o perversa) de acallar las voces que reclaman a nuestra inteligencia alguna preocupación por la información. Hablo de esa información densa que sirve para formar opinión sobre lo fundamental.

Con seguridad la injusticia alfombra nuestros pensamientos con muchos casos y cosas que no debemos olvidar: esas cosas que nos gritan cada día que hay que trabajar por la libertad de la información y que esto es de necesidad diaria porque hay tremendos poderes que no quieren que sea libre. Ni ella ni los informadores que entienden el periodismo como un compromiso con los derechos humanos.

Uno de estos que no debemos olvidar es, precisamente, Julian Assange. El utópico creador de WikiLeaks en 2006; una experiencia de comunicación que aspiraba a utilizar las redes para descentralizar la información y dar la oportunidad a los ciudadanos de saltarse los filtros de los estados y las agendas de las corporaciones periodísticas para hacer llegar a la población lo que ellas ocultaban.

Con muy pocos periodistas a su alrededor, contaba en cambio con personas inquietas por la ética con se manejaban las empresas o las instituciones para la cuales trabajaban. Personas que se sentían cómplices, en algunos casos, de atrocidades, que no sabían cómo denunciar o hacerlas conocer al mundo.

Si me permiten, quiero refrescar la memoria sobre los hechos que rescató WikiLeaks y derivaron hasta convertir a Julian Assange en el enemigo número uno del Pentágono.

Assange se hizo famoso en 2010 cuando, a través de WikiLeaks, publicó cientos de miles de documentos secretos de Estados Unidos que evidenciaron el abuso que cometió en las guerras de Irak y Afganistán.

Por una “casualidad” nunca aclarada, ese mismo año Julian Assange fue detenido en Suecia por un caso de supuestos delitos sexuales y puesto en libertad mientras se iniciaba el proceso para aclarar la certeza de la imputación. Al iniciar este proceso, Estados Unidos reclamó a Suecia la extradición de Assange por el supuesto delito de espionaje. Con buen criterio, Assange detectó la trampa para llevarlo ante la justicia estadounidense, y se marchó a Gran Bretaña, desde donde manifestó que estaba dispuesto a responder a la acusación de la justicia sueca. La denuncia de violación no fue comprobada, y fue retirada años más tarde.

Para entonces, ante la actitud dubitativa de los británicos de retornarlo a Suecia, en junio de 2012, Julian Assange se refugió en la embajada de Ecuador en Londres.

Allí permaneció hasta que cambió el Gobierno ecuatoriano y el nuevo presidente decretó en 2019 negarle el asilo y entregarlo a la policía británica para estar encerrado hasta hoy en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, en Londres. Allí permanece pendiente de las instancias presentadas contra la decisión del Gobierno de enviarlo a Estados Unidos para enfrentarse a dieciocho cargos, que incluyen el hackeo de bases de datos del ejército estadounidense y divulgar información secreta referente a las guerras en Afganistán e Irak. De ser condenado en Estados Unidos, se enfrentaría una pena de cárcel de 175 años, sostienen sus abogados.

Juzguen si esto es espionaje


Veamos cuáles son los delitos cometidos y cuál es la información que ha divulgado en la plataforma WikiLeaks y que ha sido publicado por decenas de medios de comunicación de todo el mundo y la que nadie le ha quitado veracidad. En caso contrario, esos medios también deberían estar encausados por falsedad imprudente, por lo menos.

El 5 de abril de 2010, WikiLeaks publicó un vídeo militar clasificado en el que se ve como un helicóptero Apache estadounidense dispara y mata a dos periodistas y a un grupo de civiles iraquíes en 2007. Los militares afirmaron que la tripulación del helicóptero creía que los objetivos eran insurgentes armados, no civiles, pero fue considerado como un caso de lesa humanidad por los expertos en derechos humanos.

Assange y WikiLeaks publicaron documentos que probaban los abusos físicos y psíquicos a prisioneros negados de asistencia jurídica en los centros de reclusión de Guantánamo y Abu Ghraib, en vísperas de la elección presidencial en Estados Unidos.

También revelaron que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) espió a tres presidentes de Francia, Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy y François Hollande. Entre las conversaciones espiadas por la NSA están años de discusiones sobre la crisis de deuda de Grecia —incluida la posibilidad de que ese país dejara la Eurozona—, discusiones sobre el liderazgo de la Unión Europea y conversaciones sobre las relaciones de los gobiernos de Hollande y de la canciller alemana Angela Merkel.

Toda esta es información que la ciudadanía debe conocer y que no se le debe ocultar por imperio del Derecho a la Información; un derecho universal que no reconoce los supuestos secretos de Estado que amparan las atrocidades que estos cometen.

Quienes no creen en las acusaciones


En una sesión informativa en el Congreso estadounidense titulada "¿Puede la Primera Enmienda sobrevivir a la extradición de Assange?", el director ejecutivo de la Freedom of the Press Foundation (FPF), Trevor Timm, explicó que enjuiciar a Julian Assange, por obtener y publicar información de una fuente fiable “afecta directamente la forma en que todos los periodistas hacen su trabajo y podría criminalizar grandes aspectos de cómo recopilan noticias”. Lo que abonaría la posibilidad de que los Estados dispusieran de “una herramienta para ensañarse contra cualquier periodista con el que no estén de acuerdo” Lo mismo opinaron los representantes de otros grupos de libertad de prensa y libertades civiles, incluidos ACLU, Reporteros Sin Fronteras y Defending Rights and Dissent.

En un comunicado del 17 de junio del año pasado la Federación Internacional de Periodistas (FIP), que es la mayor organización de informadores del mundo, manifestaba:

“La Federación Internacional de Periodistas (FIP) se muestra seriamente preocupada por el impacto de la continua detención de Assange en la libertad de los medios de comunicación y los derechos de todos/as los periodistas en el mundo. La persecución de Assange por parte de EEUU contra el derecho de la ciudadanía a saber supone una grave amenaza para los principios fundamentales de la democracia, cada vez más frágiles en todo el mundo. Independientemente de las opiniones personales sobre Assange, su extradición supondrá una amenaza contra la libertad de prensa y de información. El caso sienta el peligroso precedente de que los gobiernos pueden perseguir a periodistas en cualquier parte del mundo por publicar información de interés público”.

Los que creemos en las libertades de pensamiento, expresión e información no debemos olvidar a Julian Assange y reclamar en todas las instancia su libertad.

22 mar 2023

Les petites(?) diferències

Francesc Ràfols
Una de les qüestions que més atenció està generant als mitjans de comunicació és el pagament que el FC Barcelona va fer durant un grapat d'anys a l'exàrbitre de futbol José María Enríquez Negreira mentre aquest formava part del Comitè Tècnic d'Àrbitres de la Federació Espanyola de Futbol. El cas es va conèixer per la informació que el periodista Sique Rodríguez va llançar en exclusiva a través de Ràdio Barcelona i la Cadena SER. A conseqüència d'haver donat aquesta notícia en primícia, Sique Rodríguez ha estat objecte d'una campanya d'insults i atacs a les xarxes. Ho explicava el diari digital e-noticies el 16 de març passat.

Al company Sique li van dir, segons recull aquesta publicació, epítets
Sique Rodríguez.
com «basura», «fill de puta», «idiota», «traïdor», «puto subnormal», «tonto útil», «mamarratxo», «menjamerda», «Judes», «Figo», «escòria», «caracul», «imbècil» o «llepaculs». També amenaces del tipus «com més sento parlar al tonto aquest, més ganes tinc de trencar-li la cara», «Judes, t'arribarà l'hora malparit», són algunes d'elles. Són expressions execrables, denunciables i inadmissibles, que només persegueixen denigrar i atacar un professional de la informació només per fer la seva feina. No puc més que denunciar aquesta situació i expressar al company la meva solidaritat.

Ara bé, pensem per un moment què hauria passat si aquesta informació, en lloc de ser difosa en primer lloc per un periodista home ho hagués estat per una periodista dona. L'haurien insultat i atacat igual? Li haurien dit el mateix? La resposta és que no. Què li haurien dit? Unes ¿petites? diferències. Elisenda Rovira, vicepresidenta del Grup de Periodistes Ramon Barnils (GPRB) va mostrar de manera molt explícita el que moltes dones periodistes han de llegir a les xarxes com a reacció d'alguns indesitjables a les seves informacions. Ho va fer en la intervenció que va tenir al Parlament de Catalunya el 23 de gener passat en un acte reclamant mesures i accions contra el ciberassetjament contra les dones periodistes a les xarxes.

Els qualificatius que reben són: «La foto d’aquesta dona espanta. Té una cara i una mirada de boja que no li treu ningú», «ves-te’n a fregar!», «fes-te un favor. Puja a dalt de tot d’aquella muntanya al costat de casa teva i una vegada a dalt brama ben fort: sóc una woke amargadíssima», «malfollada. Necessites una bona polla», «Què els has fet, als teus caps, perquè et deixin publicar?», «Podeu provar de fer un podcast de poesia inclusiva, a veure si us escolta la vostra puta mare», «Sou subnormals i no us ho diem prou. Important que no tingueu fills», «Quantes fel·lacions has fet per arribar on ets?»...

La periodista esportiva Gemma Herrero, en un article a elcritic.cat, ja fa un cert temps, perquè això no és nou, ve de lluny, el 25 de novembre de 2021 –justament el Dia Internacional contra la violència de gènere–, escrivia: «No som unes exagerades; no és una qüestió de tenir la pell fina i poca resistència o tolerància a la crítica. Perquè si tu, benvolgut company, perceps com un comentari sense més ni més, com una crítica, les expressions "A qui t’has cardat?", "A qui l’hi mames?" o "El que els agradaria fer amb els orificis del teu cos", és que no t’has assabentat de res. De res. I, per descomptat, això no t’ha passat a tu ni et passarà mai. Això només ens passa a nosaltres: les dones». A vegades hi ha hagut amenaces físiques de violació, d'agredir els fills i filles.

Insisteixo, no vull menystenir els atacs que ha patit Sique Rodríguez ni vull qualificar-los de peccata minuta al costat del que pateixen les dones, entre elles, les periodistes. Són gravíssims. Però en el cas de les companyes, és cada dia i, sovint, de manera gratuïta, només pel sol fet de fer la seva feina, més enllà del que puguin dir o deixar de dir.

Una darrera qüestió: Què fan les empreses periodístiques per protegir els i –especialment– les seves professionals? Ben poca cosa, si és que la fan. Les entitats periodístiques estan (estem) promovent iniciatives per combatre l'assetjament a les xarxes contra les dones periodistes. El treball és llarg i dur, però el poc compromís que fins ara han mostrat les diferents patronals del sector per impulsar mesures és un llast molt fort per a una feina tan feixuga com aquesta.

18 mar 2023

Mària, la periodista que tota la professió estimava

Xavi Casinos
Un missatge de l’exalcalde Jordi Hereu poc després de les 9 del matí va trencar sobtadament la meva rutina diària informant-me de la mort de la periodista de TVE Mària Sánchez. La notícia em va donar en plena línia de flotació. Vaig estar una bona estona sense reaccionar fins que vaig parlar amb el seu director, Oriol Nolis, que m’ho va confirmar. Havia mort aquella matinada després de no haver superat un càncer de tiroides que li havien detectat el novembre passat.

Coneixia a la Mària des dels anys 90, quan coincidíem cobrint la
Mària Sánchez Ledesma.
informació local. En els darrers temps, coincidíem menys, però anàvem mantenint el contacte professional. Aquests dies he anat llegint els articles que altres companys han escrit sobre ella. Tots hem coincidit en que, a més d’una gran professional, era generosa i solidària amb la resta de companys. Però, per sobre de tot, era una molt bona persona, el que mai surt als currículums. Puc donar fe que tot l’anterior és cert i no tan sols elogis propis d’un obituari.

El primer que et captivava quan la coneixies era on col·locava l’accent del seu nom, a la . A partir d’aquí, el seu somriure permanent i el tracte afable amb els companys. Si un arribava tard a una roda de premsa, allà era la Mària disposada a compartir la informació i fonts si a algú li calia i ella les tenia. Era una gran periodista, de les que trepitgen el carrer i molt interessada en les qüestions socials. Dominava el llenguatge televisiu. La càmera l’estimava, per la seva fotogènia especial i perquè es feia estimar. Per això mateix, tots els companys l’estimàvem.

Tenia els atributs dels bons periodistes: rigorosa, clara i directa en les seves cròniques, i el que fos bona persona la feia encara millor periodista. A les trobades que de tan en tan organitzàvem els companys de local, rèiem molt. Especialment quan cobríem una campanya electoral, dies en que pràcticament passàvem tot el dia junts seguint el candidat.

Aquests dies he llegit a altres companys que parlaven d’un tret molt característic de la Mària que comparteixo. Passava a les rodes de premsa. La Mària sempre era discreta. Mai la vaig veure sobreactuar o aixecar la veu malgrat tingués motius. Ella escoltava atentament el ponent i prenia notes mentre la càmera de TVE gravava. I aleshores apareixia. Es guardava sempre la última pregunta, quan tothom ja donava per fet que la compareixença havia acabat. Era la pregunta clau capaç d’arrencar el titular a la roda de premsa més sosa.

I això també formava part de la seva generositat amb els companys. Mentre que altres ens guardàvem la pregunta compromesa, si la teníem, per fer-la en privat fora de micro i així poder tenir millor informació que la resta, la Mària la compartia amb tots.

Aquell matí, després de parlar amb Hereu i Nolis, vaig buscar al Whatsapp quan havíem tingut el darrer contacte, que recordava havia estat per aquesta xarxa social. Va ser el 2 de juliol de l’any passat, pocs mesos abans que li detectessin la malaltia. ¡Per què collons no se’m va acudir contactar amb ella tot aquest temps! Aleshores em vaig adonar que la Mària era una de les destinatàries dels articles que vaig publicant i que comparteixo en un grup de difusió. Vaig tenir un primer impuls d’eliminar el contacte, però de seguida ho vaig descartar. Vaig pensar que mantenir-la a l’agenda del meu telèfon i al grup era una manera que seguís amb nosaltres i que potser allà on sigui ara pugui seguir llegint-me els diumenges.

Sempre seràs en el cor que ens vas robar a tots, Mària.

3 mar 2023

Martí i Huertas. Memòria de dos grans periodistes

Josep Carles Rius
Acaba de complir-se un any de la mort de José Martí Gómez. Morella, la seva ciutat natal, va celebrar múltiples actes cívics el 18 de febrer passat per recordar-ne la figura. Aquest dissabte, 4 de març, es cumpleixen 16 anys de l’adéu de Josep Maria Huertas Clavería. El nom d’una plaça al Poblenou recorda el seu compromís amb Barcelona. Són dos referents ètics del periodisme i, també, del combat per la democràcia i les llibertats.

Vaig tenir la immensa fortuna de treballar amb ells a 'El Periódico de Catalunya', a finals dels anys vuitanta. També amb Josep Pernau, un altre dels símbols d’aquella minoria que van
Huertas, Martí i Francesc Candel. (Foto: Pepe Encinas)
inspirar les noves generacions de periodistes. Amb Martí i Huertas (així els anomenàvem) vaig tornar a coincidir a 'La Vanguardia' als anys noranta. I als primers anys del segle XXI al Col·legi de Periodistes de Catalunya. Van ser els meus grans referents, tot i que sempre negaven aquesta condició. Vaig viure la seva pèrdua amb una immensa sensació d’orfandat.

Quan el Col·legi de Periodistes, a iniciativa de Juan José Caballero, va instituir el reconeixement ‘Ofici de Periodista’, no vam tenir cap dubte: José Martí Gómez havia de ser el primer a rebre’l. L’esperit del premi no es basava en l’èxit professional, sinó en la capacitat, moltes vegades discreta, de crear escola, d’ensenyar l’ofici. Martí ho feia, sense, aparentment, proposar-s’ho. Però tots pensem que sí, que, en el fons, sabia que era el nostre mestre.

Martí va escriure incomptables cròniques. Moltes dedicades a personatges a qui «les circumstàncies els van portar per la mala vida», com ell explicava. Mai no va perdre la mirada humanista. Ni la fe en la bondat. L’encarnava com ningú, potser perquè coneixia, també com ningú, la fragilitat de l’ésser humà.

Les seves cròniques judicials i els seus llibres constitueixen un retrat dels perdedors, i amb ells d’una societat injusta. Sense sermons. Amb dades precises, anècdotes que servien per explicar categories, amb vivències, amb testimonis, Martí anava teixint un retrat dels seus personatges. I el lector treia les conclusions.

La meva generació, amb companyia del Martí i el Huertas, vam viure els millors anys de la premsa escrita, als vuitanta i als noranta. Vam patir també els mals temps, que es van fer evidents amb la gran depressió del 2008.

Alguns periodistes amb pocs escrúpols van aprofitar la fragilitat dels editors per fer-se amb el poder als grans diaris i imposar autèntiques dictadures en les redaccions. Els qui ens hi vam resistir en vam pagar les conseqüències. Mai oblidaré el dia en què vaig perdre la batalla: Martí, llavors col·laborador perquè ja s’havia jubilat, se’n va anar a veure el director per comunicar-li que deixava d’escriure al diari com a protesta. Mai hi va tornar.

També vam resistir junts al Col·legi de Periodistes. L’any 2006, quan va ser elegit degà Josep Maria Huertas Claveria, el sectarisme ja començava a manifestar-se amb força a Catalunya. Als qui l’acompanyàvem en la seva última batalla a favor del periodisme independent ens unia el que ell representava.

Crític amb els poderosos. Compromès amb els febles. Profundament lliure, incòmode. Que reivindicava la bondat i l’ètica a l’hora de buscar la veracitat dels fets, de manera honesta, mai neutral davant de la injustícia. Que es sustentava en el mestratge entre generacions. En poques paraules, el periodisme que encarnaven Huertas i Martí.

Defensàvem aquests principis i no trobàvem una explicació a
Josep Maria Huertas Claveria
i José Martí Gómez. (Foto: Pepe Encinas)
l’hostilitat que rebíem per part d’un sector de la Junta del Col·legi. La resposta va arribar després, quan vam veure que aquell esperit de confrontació, de rebuig a l’altre, de marginació del que pensa diferent, es va anar estenent per la societat catalana.

Quan vam ser conscients de l’obsessió per part de determinats àmbits polítics per controlar els periodistes, els mitjans i les institucions de la professió. En el fons, el que havíem viscut, i sofert, al Col·legi era el pròleg de tot el que després marcaria la nostra història recent.

Huertas va morir el 4 de març del 2007, quan només portava deu mesos de mandat. El vaig substituir al deganat i, amb Martí, vam continuar resistint. El 2013 vaig impulsar una fundació per defensar els valors que compartíem.

Martí també hi era. Fins al dia de la mort. El març del 2016 va publicar el seu darrer llibre, titulat 'El oficio más hermoso del mundo', una crònica de gairebé mig segle de bon periodisme. Martí estava convençut que el titular del llibre era veritat. Ell ho havia experimentat. I nosaltres, amb ell.