El quadern dels periodistes apocalíptics, integrats, optimistes i/o solidaris

EL QUADERN DELS PERIODISTES APOCALÍPTICS, INTEGRATS, OPTIMISTES I/O SOLIDARIS

15 dic 2024

Dejemos de desinformar. Créanme: mentir mata

Dardo Gómez
Es inevitable hablar de la dana, pero puedo decir poco porque no soy enterado en lluvias ni en tormentas. Antes hablábamos de “gota fría” pero tampoco sabía demasiado de cómo ni por qué se producía ese fenómeno que cada otoño nos desborda y dejaba enseres y vidas perdidas en algunos pueblos que taponaban a las aguas su destino. Tampoco sé si las personas que me rodeaban sabían más que yo, y tampoco sé si eran menos crueles de las que hoy me rodean, aunque siento que algunos se empeñan en que lo piense y caiga en sus odios desatinados.

Estoy seguro de que no lo conseguirán mientras los vea insultar
Iker Jiménez y Carmen Porter,
en una imagen de archivo.

y perseguir a voluntarios de la Cruz Roja, esos que nos ayudan siempre que los necesitamos, increpándolos: “La Mafia Roja, qué bien que paseáis cuando todo está limpio. ¿Qué hacéis con el dinero de los españoles en vez de ayudarles? ¡Follamoros!”. Los he visto; así vociferaban y amenazaban estos negados para la convivencia.

La escena es tremenda por lo injusta pero no es singular. Algunas crónicas señalan que cuando la erupción volcánica en La Palma “se escupió a los voluntarios, se les zarandeó… la línea roja es muy fina y de ahí puede ir a más”.

La Cruz Roja, una oenegé siempre apreciada por los españoles, dice que sus voluntarios están llegando al límite de lo soportable por este tipo de vejaciones y que están muy preocupados ya cada día registran más de 70.000 mensajes de odio y que esto es creciente.

Estos odios injustificados e injustificables se han visto acrecentados por irresponsables a través de las redes sociales y de algunos medios de comunicación que se abren a las mentiras, esa canalla que sólo aspira a dinamitar las bases de nuestra sociedad y convertir a parte de ella en seres cada vez más ignorantes y más crueles por consecuencia.

El negacionismo como arma


No es un dilema sólo de la sociedad española. En las conclusiones del informe de la última Coalición de Acción Climática Contra la Desinformación (CAAD) presentado con motivo de la COP29, se señala al respecto: “No podemos resolver este problema sólo mediante mejores narrativas o difundiendo más datos científicos y verificaciones de hechos. Las investigaciones han demostrado una y otra vez que la desinformación gana terreno, porque este tipo de contenido impulsa la economía de la atención y los sistemas optimizados para maximizar las interacciones en redes sociales. Las plataformas deben reducir el impacto de los superdifusores de bulos y hacer que sea más difícil, más laborioso y menos rentable 'hacerse viral' mintiendo sobre la crisis climática. Si no abordamos ese problema arquitectónico fundamental, tendremos dificultades para lograr cambios reales en todos los demás”.

A estas conclusiones han llegado 50 organizaciones ecologistas y contra la desinformación, que lleva varios años ofreciendo una radiografía anual sobre los bulos climáticos y los objetivos de aquellos que los propagan.

Ellas sostienen: “nuestras pruebas sugieren que tales narrativas se están convirtiendo en algo más habitual, más violento y más impactante a través de la repetición”.

El estudio señala a cuentas X y TikTok y canales de YouTube que mediante la difusión de los bulos sobre la crisis climática cada vez más tendenciosos han pasado de decenas a cientos de miles de seguidores. Esto no es casual, las empresas de combustibles fósiles invierten decenas de millones de dólares con este objetivo. Más de 17 millones de dólares de estas empresas han ido a Meta, propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp y así sufragar que 700 millones de estos bulos fueran propalados por estas redes.

Algunos estudios señalan que uno de cada dos menores no sabe distinguir una 'fake news' y una docente decía que tenía dificultades para hacer entender a sus alumnos “que no se puede agredir a un político, que gracias a los impuestos tienen una educación gratuita (incluso los libros), que los inmigrantes ilegales no tienen paguitas, que un barco con antenas marroquíes no ha sido el creador de la dana...”. Y se desespera: “La cantidad de mierda que les meten en la cabeza los 'influencers' es tremenda, y se la tragan como dogma de fe”.

Mientras el International Computer and Information Literacy Study 2023 (ICILS), en un informe reciente sobre competencia digital elaborado por la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA) concluye, entre otras cosas, que casi el 50% de los jóvenes españoles carecen de una competencia digital que les permita reconocer bulos y noticias falsas.

Esta reciente dana se hizo propicia para que esos que llaman 'influencers' pausaran sus mentiras sobre productos que les pagan para difundirlos para “colaborar” informando sobre la tragedia que asolaba a la población valenciana. Esto ha agravado la desinformación sobre el tema, ya que el 62% de estos 'influyentes', según señala un estudio dirigido por Unesco, no realizan una verificación rigurosa y sistemática de los contenidos que difunden. Es decir que dos de cada tres de ellos difunden bulos y, según el mismo estudio, tienen dificultades de formación para evaluar la credibilidad de la información que encuentran en línea. Unos chapuzas, vaya.

Freno a la adicción digital desinformada


El Gobierno australiano, tras un sesudo debate parlamentario, ha decidido prohibir el acceso a las redes sociales a menores de dieciséis años de edad. Una decisión pionera en el mundo por la cual se impedirá a plataformas como TikTok, Instagram, Facebook, X/Twitter o Snapchat que puedan abrir cuentas a esos jóvenes para acceder a sus servicios. Esta medida, que entrará en vigor dentro de doce meses y prevé multas de hasta 30,7 millones de euros para las plataformas que no adopten medidas para cumplir ese mandato.

Con esta medida Australia trata de limitar el impacto negativo sobre la salud mental que acarrean los contenidos de estos servicios digitales de las compañías tecnológicas. “Se trata de proteger a los jóvenes, no de castigarlos o aislarlos”, ha afirmado la ministra de Comunicaciones, Michelle Rowland, al tiempo que ha denunciado que esas plataformas exponen a los usuarios a contenidos extremos que van desde la violencia a los trastornos alimentarios entre los jóvenes.

¿Alguien se imagina la repercusión que tendría en nuestro país una medida como ésta? Se hablaría de atentado a la libertad de expresión cuando solo se estaría evitando los graves problemas sociales que están causando los embustes de esta canalla.

La impudicia como norma y medio de vida


Entre las variadas pruebas que he hallado de esta impudicia o la temeridad de querer meter miedo a las personas, aunque no es la única, me paro en la vejación informativa cometida en el esperpento titulado 'Horizonte', de la cadena Cuatro, que dirige el ocultista Iker Jiménez. No se por qué razón morbosa hubo un momento en que muchos desinformadores se solazaban con la posibilidad de que en el aparcamiento de una gran superficie hubiera un número muy doloroso de vecinos que fueran sorprendidos por la riada en ese recinto.

No había prueba alguna de que así fuera, pero algunos medios como
'La Voz del Sur' se habían despachado con titulares como: "El terror del párking de 60.000 metros cuadrados en el Bonaire, el centro comercial donde aún se achica agua" y en el cuerpo de la noticia se apuntaba que, aunque no le constaba a ninguna fuente responsable, se teme que sea uno de los puntos más catastróficos. En las redes se insistía que algunos buzos lo habían comprobado, aunque las autoridades ya lo habían desmentido.

Pero en 'Horizonte' no querían que la verdad destruyera su apuesta por esa posibilidad tremenda; ya habían adelantado que ellos iban a “contar lo que no se contaba” y así se dispuso a hacerlo la colaboradora del programa Carmen Porter, quien apoyada en un fragmento del vídeo en que se veía a un bombero saliendo de ese párking con una mano en la frente, afirmaba: “Un cámara que está allí, que claro, a él no le conocen, y estaba al lado de guardias civiles y ha oído una conversación donde se estaba diciendo que ese párking «es un infierno», palabras literales que ha escuchado. Para quien quiera decir que no ha visto nada, los que han entrado... También algunos submarinistas de la Guardia Civil, que sí que han entrado ya, especialistas, han dicho que no vuelven a entrar, por si alguien quiere maquillar la información».

Y la señora se ufanaba de su supuesto acierto con un provocador “ahora, vamos a ver cómo van a maquillarlo...”. No ha hecho falta, al día siguiente el propio Iker Jiménez en una falsa disculpa señaló que le habían comunicado que “no hay fallecidos. Gracias a Dios. La gente debió huir antes. Me alegro mucho de corazón de que las fuentes que me informaban de que había cuerpos en Bonaire se hayan equivocado”.

¿Qué fuentes infectas pueden haber sido las que este irresponsable oculta? Tampoco importa que desmienta o pida excusas por haber vulnerado el derecho a la información de la ciudadanía; como tampoco vale que quisiera hacer valer su libertad de expresión que él utiliza como su derecho a mentir, a engañar o alarmar a las personas.

Es lo que se conoce como fenómeno de posverdad, que la RAE reconoce como “distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”.

De nada valdrá la reflexión reposada ni el desmentido de las autoridades y responsables ciudadanos, porque en las redes seguirán estas falsedades a la pesca del incauto y, además, porque el daño emocional es irreparable. Ya se ha inoculado en gente honesta el supuesto de que se hallan desprotegidos y que además les ocultan la verdad de las cosas.

Y además, estos canallas se lucran con esas mentiras y lo mismo hacen las empresas de comunicación que les ofrecen refugio a cambio de mantener su infame negocio. Algunas organizaciones preocupadas por tanto atentado social aconsejan como defensa ante estos actos impulsar medidas que permitan evitar “el lucro de los creadores de contenidos que desinforman y las plataformas tecnológicas que sacan tajada, así como exponer las técnicas y mensajes de los actores de mala fe (ya sean corporativos, patrocinados por el Estado, políticos o individuales). Lo más importante es que no podemos centrarnos en contrarrestar cada comportamiento individual, sino que debemos abordar los sistemas y los comportamientos y actores que recompensan”.

Ojalá lo vea yo...

10 dic 2024

Seguir a X o no seguir a X, aquesta és la qüestió

Siscu Baiges
Ningú amb dos dits de front discuteix amb sinceritat que la xarxa social X s’ha convertit en un pou de fang, mentides i insults que afavoreix les passions insolidàries més lamentables i les posicions partidistes més ultradretanes. Si algú en tenia dubtes, l’opció del seu propietari, Elon Musk, de posar-la al servei de Donald Trump en la seva campanya per assolir la presidència dels Estats Units --extensíssima entrevista inclosa-- ho ha deixat ben clar.

Milions de persones han abandonat X després de l’elecció de Trump,
abonada per X, i el seu anunci que nomenaria Musk per un alt càrrec de la seva futura administració. També ho han fet mitjans de comunicació com 'The Guardian' o 'La Vanguardia'.

Molts hem adoptat una posició intermèdia: no hem deixat d’estar pendents del que passa a X però ens hem obert un perfil a Bluesky, que té a la seva direcció un dels fundadors de X. Perquè? Doncs perquè, fins ara, molts polítics, periodistes i organitzacions d’activistes o de solidaritat internacional l’utilitzaven per expressar les seves opinions. Quan passava qualsevol fet important la primera reacció de molta gent era expressar la seva opinió a X.

La qüestió és si hem de deixar X perquè s’ha convertit en un cau de l’extrema dreta, on hi entra tot, des de l’afirmació que hi ha mil morts en un pàrking subterrani a Paiporta fins l’últim mem contra Pedro Sánchez sortit de la factoria ultra de torn o les afirmacions masclistes o racistes més desinhibides.

Molts dels que critiquen aquesta deriva però que consideren que cal continuar sent-hi presents ho justifiquen dient que no es pot deixar una eina que arriba a més de 600 milions de persones arreu del món en mans de la ultradreta i el filofeixisme.

En tot cas, subscric les explicacions de l’admirat Gabriel Jaraba quan, en nom de la Fundació Periodisme Plural, justifica la seva decisió en aquesta qüestió: “Les persones que participem en la Fundació Periodisme Plural, compromesos amb els drets dels ciutadans en una societat de llibertats, hem arribat a la conclusió que no podem cedir els espais que són de tots a una minoria interessada. Ni nosaltres ni els ciutadans que volem servir som propietaris de corporacions informatives, sinó testimonis de com és inseparable la llibertat de la democràcia, el pluralisme i la lliure informació. Amb tots aquests arguments, hem decidit seguir a X i incorporar-nos alhora a la plataforma Bluesky, que encarna avui l’esperança en unes xarxes més humanistes i menys tòxiques”.

Em fa por, però, que el dia que Musk vegi que alguna xarxa social fa ombra a la seva tiri de talonari i se la quedi.

De moment, segueixo a X, m’he apuntat a Bluesky i espero que aviat aquestes xarxes socials passin a mans d’una entitat pública, sigui la Comissió Europea sigui Nacions Unides, que en garanteixi l’humanisme i la manca de toxicitat de què ens parla en Jaraba.

2 dic 2024

¿Como puede un Estado eliminar un periódico?

Manuel López
El diario 'Haaretz', de Israel, está con problemas. No los problemas clásicos de un diario en papel (falta de ventas, ausencia de publicidad, etc.) sino porque el gobierno de su país lo considera un enemigo del Estado.


¿Veremos desaparecer 'Haaretz' en las próximas semanas? Es posible.

El Estado, cualquier Estado, tiene armas más que poderosas para
hacer callar a cualquier medio de comunicación. Lo hemos visto en Latinoamérica un día sí y el otro también.

Las fórmulas para silenciar a un medio que hace oposición editorial a un periódico son diversas y pueden confluir en una misma operación de acoso y derribo.

Veámoslas. 

1. Persiguiendo su línea editorial a través del gobierno de la nación. Eso se consigue cada vez que habla cualquier miembro del gabinete y señala al medio como enemigo. Al final, mucha gente lo llegará a creer.

2. Amedrantando a la propiedad del medio. Se la puede amenazar con una auditoría fiscal, por ejemplo.

3. Quitando las subvenciones al medio. Actualmente un periódico puede recibir subvenciones directas por su difusión, por su renovación tecnológica, o puede ver cómo el papel recibe un trato preferencial para su importación.

4. Invocando un boicot del pueblo. Se pueden movilizar partidos, organizaciones sociales, sindicales, colectivos de diferente composición y convencerles para que se movilicen contra el periódico.

5. Restringiendo o anulando las suscripciones de los estamentos oficiales al medio. Todos los días ministerios, agencias del gobierno, entidades relacionadas con el Estado, bibliotecas… reciben un ejemplar pagado por el gobierno. Pueden ser varias decenas de miles de ejemplares.

6. Auspiciando a la competencia: dándoles mayores subvenciones que al diario “enemigo”.

7. Amenazando a los anunciantes: si sigues poniendo anuncios ahí, no te daré contratos oficiales.

8. Persiguiendo la línea editorial del medio a través de contranotas oficiales para desmentir, un día tras otro, las informaciones u opiniones emitidas.

9. Persiguiendo o persuadiendo a los periodistas. Pueden recibir visitas del fisco, o ser invitados a irse a otro medio, quizás oficial.

Quizás estemos dando demasiadas ideas a los gobiernos que pretenden deshacerse de medios modestos, pero es preferible que el público sepa qué pie calzan algunos estamentos políticos para que refuerce su apoyo a los medios críticos.