El quadern dels periodistes apocalíptics, integrats, optimistes i/o solidaris

EL QUADERN DELS PERIODISTES APOCALÍPTICS, INTEGRATS, OPTIMISTES I/O SOLIDARIS

15 dic 2024

Dejemos de desinformar. Créanme: mentir mata

Dardo Gómez
Es inevitable hablar de la dana, pero puedo decir poco porque no soy enterado en lluvias ni en tormentas. Antes hablábamos de “gota fría” pero tampoco sabía demasiado de cómo ni por qué se producía ese fenómeno que cada otoño nos desborda y dejaba enseres y vidas perdidas en algunos pueblos que taponaban a las aguas su destino. Tampoco sé si las personas que me rodeaban sabían más que yo, y tampoco sé si eran menos crueles de las que hoy me rodean, aunque siento que algunos se empeñan en que lo piense y caiga en sus odios desatinados.

Estoy seguro de que no lo conseguirán mientras los vea insultar
Iker Jiménez y Carmen Porter,
en una imagen de archivo.

y perseguir a voluntarios de la Cruz Roja, esos que nos ayudan siempre que los necesitamos, increpándolos: “La Mafia Roja, qué bien que paseáis cuando todo está limpio. ¿Qué hacéis con el dinero de los españoles en vez de ayudarles? ¡Follamoros!”. Los he visto; así vociferaban y amenazaban estos negados para la convivencia.

La escena es tremenda por lo injusta pero no es singular. Algunas crónicas señalan que cuando la erupción volcánica en La Palma “se escupió a los voluntarios, se les zarandeó… la línea roja es muy fina y de ahí puede ir a más”.

La Cruz Roja, una oenegé siempre apreciada por los españoles, dice que sus voluntarios están llegando al límite de lo soportable por este tipo de vejaciones y que están muy preocupados ya cada día registran más de 70.000 mensajes de odio y que esto es creciente.

Estos odios injustificados e injustificables se han visto acrecentados por irresponsables a través de las redes sociales y de algunos medios de comunicación que se abren a las mentiras, esa canalla que sólo aspira a dinamitar las bases de nuestra sociedad y convertir a parte de ella en seres cada vez más ignorantes y más crueles por consecuencia.

El negacionismo como arma


No es un dilema sólo de la sociedad española. En las conclusiones del informe de la última Coalición de Acción Climática Contra la Desinformación (CAAD) presentado con motivo de la COP29, se señala al respecto: “No podemos resolver este problema sólo mediante mejores narrativas o difundiendo más datos científicos y verificaciones de hechos. Las investigaciones han demostrado una y otra vez que la desinformación gana terreno, porque este tipo de contenido impulsa la economía de la atención y los sistemas optimizados para maximizar las interacciones en redes sociales. Las plataformas deben reducir el impacto de los superdifusores de bulos y hacer que sea más difícil, más laborioso y menos rentable 'hacerse viral' mintiendo sobre la crisis climática. Si no abordamos ese problema arquitectónico fundamental, tendremos dificultades para lograr cambios reales en todos los demás”.

A estas conclusiones han llegado 50 organizaciones ecologistas y contra la desinformación, que lleva varios años ofreciendo una radiografía anual sobre los bulos climáticos y los objetivos de aquellos que los propagan.

Ellas sostienen: “nuestras pruebas sugieren que tales narrativas se están convirtiendo en algo más habitual, más violento y más impactante a través de la repetición”.

El estudio señala a cuentas X y TikTok y canales de YouTube que mediante la difusión de los bulos sobre la crisis climática cada vez más tendenciosos han pasado de decenas a cientos de miles de seguidores. Esto no es casual, las empresas de combustibles fósiles invierten decenas de millones de dólares con este objetivo. Más de 17 millones de dólares de estas empresas han ido a Meta, propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp y así sufragar que 700 millones de estos bulos fueran propalados por estas redes.

Algunos estudios señalan que uno de cada dos menores no sabe distinguir una 'fake news' y una docente decía que tenía dificultades para hacer entender a sus alumnos “que no se puede agredir a un político, que gracias a los impuestos tienen una educación gratuita (incluso los libros), que los inmigrantes ilegales no tienen paguitas, que un barco con antenas marroquíes no ha sido el creador de la dana...”. Y se desespera: “La cantidad de mierda que les meten en la cabeza los 'influencers' es tremenda, y se la tragan como dogma de fe”.

Mientras el International Computer and Information Literacy Study 2023 (ICILS), en un informe reciente sobre competencia digital elaborado por la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA) concluye, entre otras cosas, que casi el 50% de los jóvenes españoles carecen de una competencia digital que les permita reconocer bulos y noticias falsas.

Esta reciente dana se hizo propicia para que esos que llaman 'influencers' pausaran sus mentiras sobre productos que les pagan para difundirlos para “colaborar” informando sobre la tragedia que asolaba a la población valenciana. Esto ha agravado la desinformación sobre el tema, ya que el 62% de estos 'influyentes', según señala un estudio dirigido por Unesco, no realizan una verificación rigurosa y sistemática de los contenidos que difunden. Es decir que dos de cada tres de ellos difunden bulos y, según el mismo estudio, tienen dificultades de formación para evaluar la credibilidad de la información que encuentran en línea. Unos chapuzas, vaya.

Freno a la adicción digital desinformada


El Gobierno australiano, tras un sesudo debate parlamentario, ha decidido prohibir el acceso a las redes sociales a menores de dieciséis años de edad. Una decisión pionera en el mundo por la cual se impedirá a plataformas como TikTok, Instagram, Facebook, X/Twitter o Snapchat que puedan abrir cuentas a esos jóvenes para acceder a sus servicios. Esta medida, que entrará en vigor dentro de doce meses y prevé multas de hasta 30,7 millones de euros para las plataformas que no adopten medidas para cumplir ese mandato.

Con esta medida Australia trata de limitar el impacto negativo sobre la salud mental que acarrean los contenidos de estos servicios digitales de las compañías tecnológicas. “Se trata de proteger a los jóvenes, no de castigarlos o aislarlos”, ha afirmado la ministra de Comunicaciones, Michelle Rowland, al tiempo que ha denunciado que esas plataformas exponen a los usuarios a contenidos extremos que van desde la violencia a los trastornos alimentarios entre los jóvenes.

¿Alguien se imagina la repercusión que tendría en nuestro país una medida como ésta? Se hablaría de atentado a la libertad de expresión cuando solo se estaría evitando los graves problemas sociales que están causando los embustes de esta canalla.

La impudicia como norma y medio de vida


Entre las variadas pruebas que he hallado de esta impudicia o la temeridad de querer meter miedo a las personas, aunque no es la única, me paro en la vejación informativa cometida en el esperpento titulado 'Horizonte', de la cadena Cuatro, que dirige el ocultista Iker Jiménez. No se por qué razón morbosa hubo un momento en que muchos desinformadores se solazaban con la posibilidad de que en el aparcamiento de una gran superficie hubiera un número muy doloroso de vecinos que fueran sorprendidos por la riada en ese recinto.

No había prueba alguna de que así fuera, pero algunos medios como
'La Voz del Sur' se habían despachado con titulares como: "El terror del párking de 60.000 metros cuadrados en el Bonaire, el centro comercial donde aún se achica agua" y en el cuerpo de la noticia se apuntaba que, aunque no le constaba a ninguna fuente responsable, se teme que sea uno de los puntos más catastróficos. En las redes se insistía que algunos buzos lo habían comprobado, aunque las autoridades ya lo habían desmentido.

Pero en 'Horizonte' no querían que la verdad destruyera su apuesta por esa posibilidad tremenda; ya habían adelantado que ellos iban a “contar lo que no se contaba” y así se dispuso a hacerlo la colaboradora del programa Carmen Porter, quien apoyada en un fragmento del vídeo en que se veía a un bombero saliendo de ese párking con una mano en la frente, afirmaba: “Un cámara que está allí, que claro, a él no le conocen, y estaba al lado de guardias civiles y ha oído una conversación donde se estaba diciendo que ese párking «es un infierno», palabras literales que ha escuchado. Para quien quiera decir que no ha visto nada, los que han entrado... También algunos submarinistas de la Guardia Civil, que sí que han entrado ya, especialistas, han dicho que no vuelven a entrar, por si alguien quiere maquillar la información».

Y la señora se ufanaba de su supuesto acierto con un provocador “ahora, vamos a ver cómo van a maquillarlo...”. No ha hecho falta, al día siguiente el propio Iker Jiménez en una falsa disculpa señaló que le habían comunicado que “no hay fallecidos. Gracias a Dios. La gente debió huir antes. Me alegro mucho de corazón de que las fuentes que me informaban de que había cuerpos en Bonaire se hayan equivocado”.

¿Qué fuentes infectas pueden haber sido las que este irresponsable oculta? Tampoco importa que desmienta o pida excusas por haber vulnerado el derecho a la información de la ciudadanía; como tampoco vale que quisiera hacer valer su libertad de expresión que él utiliza como su derecho a mentir, a engañar o alarmar a las personas.

Es lo que se conoce como fenómeno de posverdad, que la RAE reconoce como “distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”.

De nada valdrá la reflexión reposada ni el desmentido de las autoridades y responsables ciudadanos, porque en las redes seguirán estas falsedades a la pesca del incauto y, además, porque el daño emocional es irreparable. Ya se ha inoculado en gente honesta el supuesto de que se hallan desprotegidos y que además les ocultan la verdad de las cosas.

Y además, estos canallas se lucran con esas mentiras y lo mismo hacen las empresas de comunicación que les ofrecen refugio a cambio de mantener su infame negocio. Algunas organizaciones preocupadas por tanto atentado social aconsejan como defensa ante estos actos impulsar medidas que permitan evitar “el lucro de los creadores de contenidos que desinforman y las plataformas tecnológicas que sacan tajada, así como exponer las técnicas y mensajes de los actores de mala fe (ya sean corporativos, patrocinados por el Estado, políticos o individuales). Lo más importante es que no podemos centrarnos en contrarrestar cada comportamiento individual, sino que debemos abordar los sistemas y los comportamientos y actores que recompensan”.

Ojalá lo vea yo...

10 dic 2024

Seguir a X o no seguir a X, aquesta és la qüestió

Siscu Baiges
Ningú amb dos dits de front discuteix amb sinceritat que la xarxa social X s’ha convertit en un pou de fang, mentides i insults que afavoreix les passions insolidàries més lamentables i les posicions partidistes més ultradretanes. Si algú en tenia dubtes, l’opció del seu propietari, Elon Musk, de posar-la al servei de Donald Trump en la seva campanya per assolir la presidència dels Estats Units --extensíssima entrevista inclosa-- ho ha deixat ben clar.

Milions de persones han abandonat X després de l’elecció de Trump,
abonada per X, i el seu anunci que nomenaria Musk per un alt càrrec de la seva futura administració. També ho han fet mitjans de comunicació com 'The Guardian' o 'La Vanguardia'.

Molts hem adoptat una posició intermèdia: no hem deixat d’estar pendents del que passa a X però ens hem obert un perfil a Bluesky, que té a la seva direcció un dels fundadors de X. Perquè? Doncs perquè, fins ara, molts polítics, periodistes i organitzacions d’activistes o de solidaritat internacional l’utilitzaven per expressar les seves opinions. Quan passava qualsevol fet important la primera reacció de molta gent era expressar la seva opinió a X.

La qüestió és si hem de deixar X perquè s’ha convertit en un cau de l’extrema dreta, on hi entra tot, des de l’afirmació que hi ha mil morts en un pàrking subterrani a Paiporta fins l’últim mem contra Pedro Sánchez sortit de la factoria ultra de torn o les afirmacions masclistes o racistes més desinhibides.

Molts dels que critiquen aquesta deriva però que consideren que cal continuar sent-hi presents ho justifiquen dient que no es pot deixar una eina que arriba a més de 600 milions de persones arreu del món en mans de la ultradreta i el filofeixisme.

En tot cas, subscric les explicacions de l’admirat Gabriel Jaraba quan, en nom de la Fundació Periodisme Plural, justifica la seva decisió en aquesta qüestió: “Les persones que participem en la Fundació Periodisme Plural, compromesos amb els drets dels ciutadans en una societat de llibertats, hem arribat a la conclusió que no podem cedir els espais que són de tots a una minoria interessada. Ni nosaltres ni els ciutadans que volem servir som propietaris de corporacions informatives, sinó testimonis de com és inseparable la llibertat de la democràcia, el pluralisme i la lliure informació. Amb tots aquests arguments, hem decidit seguir a X i incorporar-nos alhora a la plataforma Bluesky, que encarna avui l’esperança en unes xarxes més humanistes i menys tòxiques”.

Em fa por, però, que el dia que Musk vegi que alguna xarxa social fa ombra a la seva tiri de talonari i se la quedi.

De moment, segueixo a X, m’he apuntat a Bluesky i espero que aviat aquestes xarxes socials passin a mans d’una entitat pública, sigui la Comissió Europea sigui Nacions Unides, que en garanteixi l’humanisme i la manca de toxicitat de què ens parla en Jaraba.

2 dic 2024

¿Como puede un Estado eliminar un periódico?

Manuel López
El diario 'Haaretz', de Israel, está con problemas. No los problemas clásicos de un diario en papel (falta de ventas, ausencia de publicidad, etc.) sino porque el gobierno de su país lo considera un enemigo del Estado.


¿Veremos desaparecer 'Haaretz' en las próximas semanas? Es posible.

El Estado, cualquier Estado, tiene armas más que poderosas para
hacer callar a cualquier medio de comunicación. Lo hemos visto en Latinoamérica un día sí y el otro también.

Las fórmulas para silenciar a un medio que hace oposición editorial a un periódico son diversas y pueden confluir en una misma operación de acoso y derribo.

Veámoslas. 

1. Persiguiendo su línea editorial a través del gobierno de la nación. Eso se consigue cada vez que habla cualquier miembro del gabinete y señala al medio como enemigo. Al final, mucha gente lo llegará a creer.

2. Amedrantando a la propiedad del medio. Se la puede amenazar con una auditoría fiscal, por ejemplo.

3. Quitando las subvenciones al medio. Actualmente un periódico puede recibir subvenciones directas por su difusión, por su renovación tecnológica, o puede ver cómo el papel recibe un trato preferencial para su importación.

4. Invocando un boicot del pueblo. Se pueden movilizar partidos, organizaciones sociales, sindicales, colectivos de diferente composición y convencerles para que se movilicen contra el periódico.

5. Restringiendo o anulando las suscripciones de los estamentos oficiales al medio. Todos los días ministerios, agencias del gobierno, entidades relacionadas con el Estado, bibliotecas… reciben un ejemplar pagado por el gobierno. Pueden ser varias decenas de miles de ejemplares.

6. Auspiciando a la competencia: dándoles mayores subvenciones que al diario “enemigo”.

7. Amenazando a los anunciantes: si sigues poniendo anuncios ahí, no te daré contratos oficiales.

8. Persiguiendo la línea editorial del medio a través de contranotas oficiales para desmentir, un día tras otro, las informaciones u opiniones emitidas.

9. Persiguiendo o persuadiendo a los periodistas. Pueden recibir visitas del fisco, o ser invitados a irse a otro medio, quizás oficial.

Quizás estemos dando demasiadas ideas a los gobiernos que pretenden deshacerse de medios modestos, pero es preferible que el público sepa qué pie calzan algunos estamentos políticos para que refuerce su apoyo a los medios críticos.

20 nov 2024

Una sentència per vantar-se’n

Josep-Maria Ureta
El diari digital 'El Confidencial' va publicar el dia 19 de novembre un text que començava així:

“La Audiencia Provincial de Madrid ha desestimado la demanda
Ignacio Cembrero, en una imatge d'arxiu.
por “acción de jactancia” presentada por el reino de Marruecos contra el periodista Ignacio Cembrero, que señaló a los servicios secretos marroquíes como los responsables del pirateo de numerosos teléfonos móviles, incluido el suyo, con el programa malicioso Pegasus, de fabricación israelí”.

Recordem breument que l’anomenat 'cas Pegasus' es refereix a un programa d’espionatge de telèfons creat pels serveis secrets d’Israel i que en principi es va vendre a alguns estats com un element innovador de vigilància i protecció contra persones i organitzacions desestabilitzadores de règims polítics. Hi havia indicis de la seva existència des del 2017, però no es va revelar la seva existència per Forbidden Stories fins el juliol de 2021.

En realitat els serveis secrets d’alguns països els varen fer servir amb objectius estrictament polítics. El cas més emblemàtic va ser l’espionatge als líders i organitzacions que varen protagonitzar el moviment independentista a Catalunya. També es va saber, el maig del 2022, quan la Advocacia de l'Estat ho va denunciar a l’Audiència Nacional, que fins i tot varen estar punxats els telèfons del president del Govern, Pedro Sánchez, i dos ministres, a més de tot un reguitzell d’alts càrrecs espanyols, francesos i d’altres països.

Després del rebombori corresponent i acusacions de tota mena, un cop es va enredar el cas fins on va convenir als controladors de l’'Estat profund', el tema es va esvair als jutjats espanyols “per falta de col·laboració de l’estat d’Israel”. I tal dia farà un any.

Precisem: la web Forbiden Stories “publicó el 18 de julio de 2021 los nombres de los titulares de cientos de móviles espiados por Marruecos con Pegasus, desde el presidente francès Emmanuel Macron, ministros, periodistas... y cuadros del Frente Polisario”.

Però en aquella llarga llista només hi havia tres números de telèfons espanyols. Després se’n varen anunciar més... que tanmateix no es varen difondre. Entre els tres números esmentats suara, hi havia el de l’Ignacio Cembrero. La sentència explica que Cembrero era un periodista especialitzat en la zona del Magreb des de fa dècades. I ell mateix va ser qui més i millor va explicar l’abast de l’asumpte Pegasus a Espanya. I cal recordar també que Cembrero ja ha tingut quatre accions jurídiques marroquines contra ell a Espanya des del 2014.

En la informació d''El Confidencial' s’explica també que “el tribunal ratifica una anterior sentencia de marzo de 2023, contra la que el reino de Marruecos interpuso un recurso. La Audiencia Provincial considera que ‘aquella sentencia está perfectamente motivada’ y así lo notificó el pasado lunes”.

És més, en el text esmentat es recorda que ja altres tribunals espanyols, inclòs el Suprem, han dit que “la vigencia de la acción de jactancia se encuentra en entredicho, está trasnochada”, i afegeix una consideració més pregona sobre les conseqüència que podria tenir: “La posibilidad actual de una condena al silencio del demandado [Ignacio Cembrero] como pretendía obtener el Reino de Marruecos”.

Un concepte antiquat


No digueu que no feia anys que no sentíeu la paraula “jactancia”, fora de textos literaris antics o obres de teatre lleugeretes. Però en dret és una “acció judicial en que una persona demanda a una altra que diu que té drets contra el demandant amb la finalitat que exerceixi aquests drets o guardi silenci perpetu”.

Traduït a termes periodístics ben entenedors: Marruecos es considerava amb el dret de manar a l’Ignacio Cembrero que callés. Doncs ja posats a sentir-se satisfets (jactados) val a dir que la sentència estableix que si algú pot sentir-se recompensat és en Cembrero. No ho farà per dues raons: els qui el coneixem, sabem de la seva actitud sempre sòbria i raonadora; i segona, ja son massa anys de patir les pressions del regne del Marroc com perquè ara es vanti de la resolució judicial.

Tanmateix, hi ha una lectura en clau interna espanyola que cal subratllar en aquest cas reiterat de la persecució del periodista per part del regne alauita: la indiferència espanyola, des del Gobierno de Sánchez i els anteriors. Hi ha com un consens vergonyós de que si s’ha de triar entre els drets d’un periodista i l’amistat (interessada sempre) amb el Marroc, cal sacrificar a l’informador per la via de la ignorància dels seu dret de protecció. Només els falta vantar-se ('jactarse') d’haver-ho fet.

Cal afegir, seguint el text d''El Confidencial', el següent: “El tribunal sostiene que invocar la acción de jactancia para defender el derecho al honor como ha pretendido el reino de Marruecos, es ‘practicamente imposible’. El mecanismo eficaz es la ley orgánica de derecho al honor, pero las autoridades marroquíes no pueden acogerse a ella: las entidades de naturaleza jurídico-pública como Marruecos no son titulares del derecho al honor”.

El gener del 2023, tal com recorda 'El Confidencial', el Parlament Europeu va aprovar per una amplia majoria una resolució instant a les autoritats del Marroc a deixar d’assetjar per via judicial a Cembrero. A Espanya no s’ha fet.

Nova directiva europea


I des del febrer passat existeix la directiva anomenada 'anti-Slapp' (Strategic Lawsuits against Public Participation (Demandes estratègiques contra la participació pública), és a dir, demandes manifestament infundades o procediments judicials abusius plantejats per grups de pressió (lobis).

Si no fos per la seva tendència a no ser gens presumit, a Espanya d’aquesta directiva s’hauria de dir “llei Cembrero”.

15 nov 2024

¿De verdad son independientes los diarios españoles?

Manuel López* 
A los estudiantes de periodismo se les suele recordar, el primer día de clases, que en España hay libertad de expresión e información. El buen profesor tiene la obligación de matizar. Es cierto que hay esas dos libertades, y las ejercemos… pero no deja de ser menos cierto que la profesión se encuentra con una serie de límites que pone en cuestión esas verdades.

Hablemos de la independencia de los diarios españoles.

Y lo hacemos porque en 'El País' del 6 de octubre, página 36 de la
El encuentro de ejecutivos de varios medios de comunicación españoles
en el Palau Macaya, el pasado 6 de octubre (Foto: Gianluca. Battista)
edición de Barcelona, se publica una noticia que dice: “Preservar la independencia de los medios ante la desinformación”. Se trata de una pieza informativa de tres columnas con gran fotografía en la que pueden verse a una serie de directores y editores de diversos medios españoles tratando el tema.

En el fondo de la fotografía se observa un cartel donde se puede leer
“El buen gobierno corporativo de los medios de información para proteger la independencia editorial”. Estamos ante toda una declaración de intenciones. Valiosa y atrevida.

La noticia habla de una reunión de directivos para quejarse de la desinformación. Está muy bien. Es cierto que las 'fake news' están a la orden del día. En internet, en sus diferentes canales, páginas y webs aparecen constantemente informaciones falsas, o mal intencionadas, o inventadas. Hay que combatir esa tendencia de esta década.

Pero antes de esto conviene reflexionar sobre la independencia, o no, de los diarios españoles. Es conveniente que nuestro tejado no sea de cristal.

Lo primero que hay que decir es que observamos que esa independencia no lo es tanto porque todos dependen de empresas mercantiles que lo que buscan es obtener un provecho económico. O eso, o quieren influir en la agenda pública por motivos inconfesados, o no, más bien evidentes: tumbar gobiernos, combatir contra la lucha para reducir la contaminación, modificar leyes progresistas,…

También se debe hablar de la importancia de las subvenciones
estatales y autonómicas para potenciar y/o silenciar determinados medios. La subvención puede ser directa, en forma de dinero, o tecnológica, ayudando a la reconversión de los medios. Las subvenciones deben ser ecuánimes y repartidas en función de diferentes baremos, pero no siempre suele ser así. Quien determina el reglamento de reparto de subvenciones puede orientar su línea en un sentido u otro.

Una diputación provincial puede dejar de suscribirse a determinado medio que ha publicado algo molesto para su presidente y desde ese momento deja de suscribirse al diario. Eso significa que las bibliotecas, los edificios institucionales (delegaciones, hospitales, escuelas, universidades…) dejen de recibir la suscripción que hasta entonces pagaba la diputación. Estamos hablando de varios centenares de ejemplares. En el caso de Catalunya o Madrid, quizás algunos millares. Se puede hablar de un ataque directo a las finanzas del medio.

Sigamos. No hay más que mirar algunas webs para descubrir que algunos medios tienen una gran participación por parte de fondos de inversión extranjeros. Uno de ellos es 'El País'. Esto no significa que ese diario se deba a los intereses foráneos, pero es cierto que la toma de decisiones por parte de la dirección nunca, o casi nunca, publicará información alguna contra esos socios del periódico.

No debemos estar en contra de las inversiones económicas en nuestros medios. Se trata de operaciones mercantiles normales en nuestra sociedad, siempre que no se persigan objetivos inconfesables.

Otra cuestión es la relación de los medios con los anunciantes, que significan una sustancial ayuda para acabar el año con beneficios, o con las cuentas en números rojos.

Hay un libro 'Biografía de El Corte Inglés', de Javier Cuartas (Libros Límite, Barcelona, 1992), con nada menos que 804 páginas, que apenas tuvo repercusión en los medios. Naturalmente, con ese título, no se decían cosas bonitas de la gran empresa. No tuvo una gran repercusión en los medios.

El Corte Inglés nos sirve de entrada para incidir en esa relación de medios con anunciantes.

Cuando sucedió el sangriento atentado de ETA contra el Hipercor de la avenida Meridiana, el 19 de junio de 1987, yo trabajaba en 'El Periódico'. Ese mismo día se presentó un representante de El Corte Inglés para pedir que en las noticias que íbamos a publicar no se relacionase Hipercor con El Corte Inglés.

En realidad, era una tontería, porque todo el mundo sabía de esa relación. Lo que consternó a la redacción fue el hecho de que alguien nos pidiera semejante acción.

En 'El Periódico' yo mismo publiqué un gran reportaje sobre Félix Estrada Saladrich. Se trataba de un empresario auténtico, de los que de la nada creó un gran emporio comercial vendiendo muebles. Lo hizo a través de un comercio llamado Muebles La Fábrica, todavía existente.

Lo que hice fue un reportaje sobre esa persona, ya alejada de la dirección comercial, que había elevado un gran negocio sobre apenas una pequeña tienda. Finalmente, se hundió, aunque está ya reflotado.

Pues bien, tras mi reportaje, desde la dirección de La Fábrica de aquellos momentos se interesaron cerca del jefe de publicidad para saber si seguiría hablando del tema de un empresario exitoso caído en desgracia.

Naturalmente la cosa no pasó de ahí. 'El Periódico' siguió disfrutando de su publicidad, pero el hecho no pasó desapercibido para la redacción.

Existe una casuística semejante en todos los medios de información. ¿Quién no ha tenido presiones de un anunciante?, ¿a quién no se le ha retirado alguna campaña?.

A mis estudiantes siempre les pregunto cuántas informaciones críticas contra Caixabank han leído últimamente: ninguna. O sobre El Corte Inglés, o sobre el Banco Santander, o el BBVA

No se trata de que impulsemos campañas de descrédito de las grandes corporaciones por el hecho de que sean grandes. De lo que se trata es que nuestros anunciantes sepan que, ante todo, los periodistas y los medios para los que trabajamos, nos debemos a la verdad, o al menos a la verdad a la que seamos capaces de acercarnos.

Las presiones de los anunciantes no son diarias. Faltaría más. En caso contrario, no podríamos hacer periódicos.

Pero, sin duda, hay una cierta autorepresión por parte de los periodistas ante determinados temas. Estando en 'El Periódico' pude observar, durante la preparación de los Juegos Olímpicos de 1992, que no se podía escribir nada contra Juan Antonio Samaranch. Se sabía que tenía comprados grandes extensiones de terreno tras el Tibidabo, en la comarca del Vallés Occidental, a la espera de poder generar polígonos industriales, que hoy son un hecho.

Tampoco se volvieron a publicar fotografías de cuando Samaranch era falangista. Y eso teniendo imágenes del personaje con el brazo levantando y cantando, supuestamente, el himno de esa formación.

Estamos hablando de los peligros que para la independencia representan las presiones económicas y/o políticas. Ante esos peligros, se está discutiendo, ahora, en España la transposición de decisiones europeas en materia de comunicación.

Por ejemplo, la obligación de los medios de informar, cada año, de la composición de su equipo directivo y de los accionistas.

Nada menos.

Con esa información, el lector puede saber qué está comprando, quien está detrás de las páginas que está leyendo.

Otra medida que se propone desde la Unión Europea (UE) es que la redacción tenga el derecho a discrepar de la política editorial del medio, a través de una respuesta escrita a publicar en las páginas centrales.

'El País' ya tiene ese derecho en sus normativas sobre relación con los periodistas. Pero apenas hay otros medios que hayan seguido ese camino.

Y aún hay más medidas para garantizar la independencia de los medios: que la redacción pueda tener un representante propio en los consejos de administración, como sí se hace en la gran industria alemana.

Queda mucho camino para que los directivos que asistan a próximos encuentros, como el que publicaba 'El País' el 6 de octubre, puedan abordar con plenitud la defensa de su independencia editorial.

La UE nos muestra el camino, y los sindicatos de periodistas están dispuestos a defender lo conseguido hasta ahora y ampliar sus derechos en defensa de la libertad de expresión y de información.

* Profesor honorario de la UAB y periodista

9 nov 2024

Per què aquest és el meu últim tuit

Andreu Farràs
L’elecció de Donald Trump com a president dels Estats Units per la majoria del poble nord-americà malgrat ser un colpista, autoritari, estafador, masclista, homòfob, violador, putero, xenòfob, negacionista, racista i classista irredent, ha fet acabar de decidir-me abandonar definitivament la plataforma X (abans Twitter).

Per què? Vet aquí algunes raons:

1. Perquè X és propietat d’Elon Musk, un dels homes més rics del món, que ha finançat molt bona part de la campanya de Trump, que es vanta de compartir les seves idees i objectius i que en acompanyar-lo a la Casa Blanca es convertirà en una de les persones més poderoses del planeta. Soc conscient que la meva aportació al boicot a X i contra Musk és centmilmilionessimal, és a dir, ridícula, com minúscula va ser la meva participació en el boicot al Mundial de fútbol de Qatar (no vaig veure cap partit) o l'assistència a un mitin o una manifestació al carrer a favor de qualsevol causa que he considerat justa; però em sembla que és el que he de fer per coherència i convido a totes les persones que rebutgen el trumpisme i el que representa a fer el mateix. Si tingués la més mínima possibilitat de comprar-me un exclusiu Tesla també el boicotejaria. De la mateixa manera que si fos astronauta em negaria a anar amb SpaceX.

2. Perquè al retallar dràsticament la plantilla de X (abans Twitter), Musk ha reduït els controls de continguts de la plataforma i l’ha convertit en un cau on han augmentat espectacularment els missatges d’odi, les mentides, les tergiversacions de la realitat i l’assetjament de nombroses personalitats i famosos d'arreu del món a través de campanyes tòxiques sovint orquestrades amb o sense bots.

3. Perquè no soc ni el primer i espero que no sigui l’últim en deixar aquesta arma de guerra desinformativa en mans d’un dels homes més influents del planeta que, amb l’excusa de donar llibertat a tothom, ha permès el retorn de Trump a X i l’ha convertit en una cada cop més fosca plataforma hegemonitzada per l’ultradreta internacional i governs despòtics com els de Putin i Netanyahu.

4. Perquè X és un mitjà de comunicació de nova generació que és usat per altres mitjans de comunicació considerats tradicionals –més rigorosos, honrats i ètics— per difondre les seves informacions i anàlisis. Jo feia servir X per això i per seguir a centenars d’amics, parents, companys, col·legues i experts en qüestions que m’interessen. A partir d’ara, seguiré aquests mitjans, amics, parents, companys, col·legues i savis de referència a través d’altres vies. Continuaré, de moment, a Facebook, Linkedin, Whatsapp i Telegram.

5. X (abans Twitter) m’ha servit des del 2011, quan hi vaig entrar, per retrobar-me amb altres persones conegudes a les que havia perdut la pista feia anys o persones desconegudes amb les quals no tenia altra forma de contactar, i també per compartir idees i exposar les meves opinions o repiular-ne d’altres que m’agradaven o interessaven. En alguns casos, per denunciar o protestar per determinats fets que passaven al meu voltant. I he d’admetre que, en algunes ocasions, ha servit força per arreglar el que amics i veïns consideràvem un disbarat. Tot això, a partir d’ara, provaré de seguir-ho fent a través d’altres mitjans.

6. Deixo X perquè tinc molts parents i amics –ni polítics ni periodistes ni, encara menys, influencers o assimilats— que viuen feliç i tranquil·lament sense tenir cap relació amb X, la qual cosa demostra que és perfectament prescindible.

Participar en X és pagar a Musk. Pagar a Musk és finançar Trump. Animeu-vos i deixeu X. Boicot a Musk! Boicot a Trump!

31 oct 2024

L’Ángel Sánchez i el periodisme de taula

Enric Sala
“¿Fas taula o carrer?” Aquesta era, fa unes quantes dècades, una pregunta habitual entre dos periodistes que feia temps que no es veien i s’havien perdut una mica la pista. Fer taula o fer carrer era el blanc o negre, el ying i el yang, del periodisme escrit, el dels diaris de paper, els mitjans que constituien el gruix del llocs de treball de l’ofici. Era --parlem de mitjans dels anys 70-- una època en que a les ràdios hi havia molt pocs programes informatius, només hi havia una televisió, TVE, i no existia ni ningú imaginava internet. La premsa escrita era, per tant, el lloc ‘natural’ per exercir la professió. I pels joves periodistes que accedien a les redaccions, la dicotomia era ¿taula o carrer? És a dir, dedicar-se a elaborar continguts des de la seu del diari (via contacte telefònic amb fonts pròpies, agències de premsa, corresponsals, arxius…) o bé sortir al carrer a buscar informació i cobrir esdeveniments.

Pot semblar una simplificació una mica exagerada, perquè hi havia i
Ángel Sánchez (dret), a la redacció d''El Periódico'.
hi ha registres del periodisme que combinen les dues facetes, però a grans trets la divisòria era aquesta. En qualsevol cas, en aquells anys finals del franquisme i de les beceroles de la democràcia, a la premsa barcelonina el periodisme de carrer tenia més ‘glamour’ que el de taula. Probablement, un dels motius va ser que el principal àmbit on els periodistes compromesos podien forçar les costures del franquisme i ser agosarats era la informació de barris de Barcelona, amb Josep Maria Huertas com a gran referent. I sense que ningú del gremi ho digués obertament, els periodistes de taula eren vistos sovint com de segona fila. Però la realitat és que en molts casos la seva tasca va ser tant o més important que la dels que gastaven la sola de les sabates fora de les redaccions.

Reivindicar el periodisme de taula –el del darrer quart del segle XX, però també el que es pugui fer a les redaccions avui-- em sembla necessari ara que ha mort l’amic i company Ángel Sánchez (Talavera de la Reina, 16 de juliol de 1946 / Barcelona, 23 d’octubre de 2024), perquè ell en va ser indiscutiblement el gran exponent, no només a 'El Periódico de Catalunya', sino a tota la premsa catalana. Al llarg de la seva fecunda trajectòria professional, molt poques vegades l’Ángel va fer informació de carrer, però això no li va impedir desenvolupar durant dècades des de la redacció el descomunal talent periodístic que tenia, que el va convertir en mestre i referència per molts de nosaltres. Dotat d’una gran capacitat analítica i d’avaluació de l’actualitat –sobre tot la política, que li va interessar tota la vida--, des de la taula de la redacció era capaç de controlar al detall la informació que arribava, processar-la convenientment i dirigir amb solvència i empatia els seus equips per redactar i posar en pàgina les notícies. Tot amb una sòlida aleació de rigor formal i atractiu visual, senya d’identitat fundacional d’'El Periódico'.

La tasca del periodista de taula era força anònima, ja que, per la mateixa característica de la feina, poques vegades hi havia la oportunitat de signar un text propi. I malgrat això, l’Ángel va ser sempre un exemple d’escrupulositat i exactitud, qualitats que va mantenir inalterables en les diverses tasques i responsabilitats que li va tocar assumir al llarg de més de 30 anys.

Aquesta cocció cuidada dels textos es troba a faltar força a la premsa d’avui, sigui impresa o digital. Tots sabem com n’és de complicat el periodisme en aquests temps, però no deixa de sorprendre la poca cura que hi ha en l’acabat que s’ofereix al lector, sobretot a les webs. Fa tot l’efecte que la carrera per ser els primers (o no ser els últims) en donar una notícia, sumada a la migradesa de mitjans, porta sovint a errors i a errades que s’haurien d’evitar per respecte al lector, que em sembla que ja torna a prioritzar la qualitat i la credibilitat de la informació per damunt del deler de la immediatesa.

Des de la comoditat del periodista jubilat, però també des de l’inquietud pel rumb d’aquest ofici apassionant, penso que la premsa escrita d’avui hauria de tener ben presents clàssics com l’Ángel Sánchez i l’escola que va representar. La renúncia a l’espectacularització exagerada de la informació, valorar més la documentació --on són, per cert, molts dels arxius en paper dels diaris?, estan tots digitalitzats?, s’utilitzen?-- i el rigor i la claredat expositiva em semblen indispensables per recuperar credibilitat a ulls dels lectors. Això sense entrar en qüestions més de fons com el finançament dels mitjans, els interessos polítics i comercials per controlar-los o el canvi radical de paradigma que han suposat les xarxes socials i la facilitat per difondre notícies falses.

A l'Ángel li vàrem donar el darrer adéu el 26 d’octubre, el mateix dia que es complien 46 anys de la publicació del primer número d’'El Periódico', del qual va ser fundador. Una coincidència que ens hauria de fer reflexionar sobre el passat i el futur del periodisme… i la importància de la feina ben feta des d’una taula de redacció, com ell ens va ensenyar.