Manuel López
El diario 'Haaretz', de Israel, está con problemas. No los problemas clásicos de un diario en papel (falta de ventas, ausencia de publicidad, etc.) sino porque el gobierno de su país lo considera un enemigo del Estado.
¿Veremos desaparecer 'Haaretz' en las próximas semanas? Es posible.
El Estado, cualquier Estado, tiene armas más que poderosas parahacer callar a cualquier medio de comunicación. Lo hemos visto en Latinoamérica un día sí y el otro también.
Las fórmulas para silenciar a un medio que hace oposición editorial a un periódico son diversas y pueden confluir en una misma operación de acoso y derribo.
Veámoslas.
1. Persiguiendo su línea editorial a través del gobierno de la nación. Eso se consigue cada vez que habla cualquier miembro del gabinete y señala al medio como enemigo. Al final, mucha gente lo llegará a creer.
2. Amedrantando a la propiedad del medio. Se la puede amenazar con una auditoría fiscal, por ejemplo.
3. Quitando las subvenciones al medio. Actualmente un periódico puede recibir subvenciones directas por su difusión, por su renovación tecnológica, o puede ver cómo el papel recibe un trato preferencial para su importación.
4. Invocando un boicot del pueblo. Se pueden movilizar partidos, organizaciones sociales, sindicales, colectivos de diferente composición y convencerles para que se movilicen contra el periódico.
5. Restringiendo o anulando las suscripciones de los estamentos oficiales al medio. Todos los días ministerios, agencias del gobierno, entidades relacionadas con el Estado, bibliotecas… reciben un ejemplar pagado por el gobierno. Pueden ser varias decenas de miles de ejemplares.
6. Auspiciando a la competencia: dándoles mayores subvenciones que al diario “enemigo”.
7. Amenazando a los anunciantes: si sigues poniendo anuncios ahí, no te daré contratos oficiales.
8. Persiguiendo la línea editorial del medio a través de contranotas oficiales para desmentir, un día tras otro, las informaciones u opiniones emitidas.
9. Persiguiendo o persuadiendo a los periodistas. Pueden recibir visitas del fisco, o ser invitados a irse a otro medio, quizás oficial.
Quizás estemos dando demasiadas ideas a los gobiernos que pretenden deshacerse de medios modestos, pero es preferible que el público sepa qué pie calzan algunos estamentos políticos para que refuerce su apoyo a los medios críticos.