El quadern dels periodistes apocalíptics, integrats, optimistes i/o solidaris

EL QUADERN DELS PERIODISTES APOCALÍPTICS, INTEGRATS, OPTIMISTES I/O SOLIDARIS

17 mar 2025

Las 22 mentiras de los medios sobre los inmigrantes

Andreu Farràs
El sociólogo neerlandés Hein de Haas, fundador y codirector del International Migration Institute de la Universidad de Oxford, ha publicado un libro, 'Los mitos de la inmigración' (Península), que políticos, activistas partidarios y contrarios de la migración y también periodistas deberían considerar de lectura obligatoria si desean conocer con honestidad y en profundidad uno de los fenómenos que más están condicionando la vida social, económica y política de la gran mayoría de los países del mundo.

El volumen, de casi 600 páginas, analiza y desmonta uno a uno 22
mantras que medios de comunicación, políticos y organizaciones internacionales especializadas han estado difundiendo a lo largo de las últimas décadas y que De Haas estima absolutamente contrarios a la realidad. El sensacionalismo de unos, los intereses partidistas de otros y la falta de rigor científico de los de más allá han polarizado y dividido a la opinión pública. Con estadísticas poco conocidas e interpretaciones sorprendentes, De Haas denuncia la falta de honestidad de muchos de estos actores y propone que se abra un debate sincero con datos fundamentados sobre la sociedad en la que aspiramos a vivir. De máximo interés para periodistas y comunicadores, resumimos los 22 falsos mitos (y titulares periodísticos) sobre la inmigración, siempre según los estudios del catedrático Hein de Haas.

La migración se encuentra en máximos históricos. Falso. La migración internacional se mantiene en cifras bajas y estables desde hace al menos dos décadas: el 3% de la población mundial. El eurocentrismo hace olvidar que Europa occidental ha pasado de ser la fuente principal de emigrantes (y colonos) a continente de destino. Por ejemplo, entre 1869 y 1940, unos 16,4 millones de italianos (el 50% de la población italiana en 1900) emigraron a la Europa septentrional y al continente americano.

Las fronteras se han descontrolado. Falso. La inmensa mayoría de la gente migra legalmente. A largo plazo, la migración ilegal no está aumentando, aunque la cobertura por los medios de comunicación de las llegadas y los naufragios de pateras pueda aparentar un incremento de la “invasión de simpapeles”. La mayor parte de la inmigración procede de la contratación activa de mano de obra.

El mundo se enfrenta a una crisis de refugiados. Falso. Las cifras de refugiados son relativamente bajas y no se han acelerado. La verdadera crisis de refugiados se registra en las regiones de origen. La mayoría de los migrantes permanecen en los países vecinos y los flujos fluctúan según las guerras. En contra de los que afirman políticos, expertos y medios de comunicación, no hay pruebas de un aumento de solicitudes de asilo “falsas”.

Nuestras sociedades son más diversas que nunca. Falso. Venimos de un pasado mucho más diverso de lo que creemos. Por ejemplo, el Estados Unidos del siglo XIX era tan étnicamente plural como ahora, si no más (nativos americanos, exesclavos afroamericanos, colonos alemanes, irlandeses, italianos, hispanos,…). De hecho, las culturas occidentales se han hecho menos diversas y más uniformes, a causa de la influencia del Estado, la educación, los medios de comunicación y, más recientemente, internet. Con todo, no es la diversidad la que amenaza la cohesión social ni la identidad nacional sino las ideologías que separan a los grupos por considerarlos diferentes.

El desarrollo en los países pobres reducirá la migración. Falso. Paradójicamente, la emigración aumenta a medida que los países se hacen más ricos. La migración es una parte intrínseca del desarrollo y este conduce a un aumento de las capacidades y aspiraciones. Cuanto mejor es la situación económica y la formación de las personas más probabilidades tienen de desplazarse a grandes distancias.

La emigración es una huida desesperada de la miseria. Falso. La migración es una inversión en un futuro mejor, es una decisión racional. Las remesas que los migrantes envían a sus países son buenas razones para abandonar sus países de origen. En 2020, estas remesas casi triplicaron los importes destinados a ayudas al desarrollo por los principales organismos internacionales.

No necesitamos trabajadores migrantes. Falso. La creciente demanda de mano de obra es el principal motor de la migración. Y, en contra de lo que aseguran políticos, medios de comunicación y “expertos”, sí se necesitan trabajadores poco cualificados.

Los inmigrantes roban trabajos y abaratan salarios. Falso. No roban empleos, cubren vacantes. La inmigración aumenta en épocas de fuerte crecimiento y bajo desempleo y disminuye cuando crece el paro. En todo caso, los impactos de la inmigración sobre el mercado laboral son insignificantes. Los trabajadores autóctonos no están preparados para asumir empleos de migrantes. Son los gobiernos y no los inmigrantes los culpables de una economía de bajos salarios, que perjudican a todos los trabajadores de baja cualificación.

La inmigración erosiona el Estado del bienestar. Falso. No hay pruebas de que los inmigrantes planteen un gasto significativo de las finanzas públicas ni que representen una amenaza para la viabilidad de los sistemas asistenciales ni que haya un “efecto imán” hacia los Estados con sistemas de bienestar social generosos. Los impactos fiscales cambian a medida que los migrantes se asientan, se integran y envejecen. En lo que respecta a la crisis de vivienda social, han sido las políticas de austeridad las que la han causado, no el aumento de inmigrantes.

La integración de los migrantes ha fracasado. Falso. A largo plazo, su integración es un éxito considerable, aunque subsisten discriminaciones en las contrataciones. La concesión de la ciudadanía es la mejor política de integración. De este modo, “ellos” se vuelven más como “nosotros” que “nosotros” como “ellos”.

La migración masiva ha generado una segregación masiva. Falso. Salvo algunas excepciones, el nivel de segregación en los países receptores no es alarmante. Las alusiones a la segregación racial en EEUU han tendido a ser sensacionalistas. En Europa, el traslado de familias de clase media a zonas residenciales periféricas combinado con la falta de financiación para vivienda social convirtieron algunas zonas en “vertederos sociales” donde solo querían vivir las poblaciones más pobres, tanto autóctonas como foráneas.

La inmigración dispara los índices de delincuencia. Falso. En general, la inmigración hace disminuir la criminalidad. Los barrios con altas concentraciones de inmigrantes presentan unos índices de criminalidad y de violencia inferiores que barrios comparables de no inmigrantes. La gente no suele migrar con el objetivo de delinquir, sino con el de trabajar, estudiar y/o reunirse con familiares. Y es gente mayoritariamente trabajadora, conservadora y partidaria de la vida en comunidad. Otra cosa es que el señalamiento por los medios de comunicación y los prejuicios causen una sobrerrepresentación de algunos grupos minoritarios y de origen extranjero.

La emigración conlleva una fuga de cerebros. Falso. La emigración cualificada no es masiva. No puede culparse a los emigrantes mejor preparados de los problemas que precisamente los condujeron a marcharse de sus países natales. La emigración, además, puede estimular el crecimiento de los países de origen porque los trabajadores cualificados reciben más formación en el extranjero.

La inmigración es beneficiosa para todos. Falso. La inmigración no resuelve las desigualdades globales. En realidad, beneficia sobre todo a los más ricos; hace aumentar más los ingresos más altos y menos los bajos. La llegada sostenida de inmigrantes poco cualificados libera un tiempo y una energía que los que obtienen ingresos más elevados pueden dedicar al trabajo y al ocio. El asentamiento de inmigrante cualificados junto a profesionales autóctonos acomodados en zonas urbanas gentrificadas puede hacer que los residentes de toda la vida se sientan cada vez menos en su casa.

Los inmigrantes son necesarios para resolver los problemas de unas sociedades envejecidas. Falso. La inmigración es demasiado escasa para resolver los efectos del envejecimiento masivo de los países receptores. Los inmigrantes también envejecen y también tienen menos hijos. No es cierto que los factores demográficos causen migración.

Las fronteras se están cerrando. Falso. La mayoría de las políticas de inmigración se han liberalizado. En las últimas décadas, los controles fronterizos se han endurecido al mismo tiempo que las barreras legales se han relajado, porque a los empresarios les interesa que las fronteras estén abiertas. ¿Por qué los gobiernos hacen la vista gorda ante las empresas que contratan a trabajadores sin papeles?

Los conservadores son más duros con la inmigración. Falso. No existe brecha izquierda-derecha sobre esta cuestión, que causa divisiones dentro de los partidos y los sindicatos de trabajadores. Los conservadores se debaten entre cierto temor a un exceso de cambio cultural y un impulso humanitario que suele ser de inspiración religiosa. Los sindicatos y la izquierda se debaten entre, por un lado, entender la contratación de trabajadores migrantes como la estrategia empresarial para importar mano de obra barata y dividir a la clase obrera entre autóctonos y extranjeros y, por otro lado, el ideal de la solidaridad de clase internacional y la defensa de los derechos de los migrantes.

La opinión pública se ha puesto en contra de la inmigración. Falso. La tendencia a largo plazo en muchos países ha sido hacia unas opiniones más a favor de la inmigración. Se ha comprobado que a largo plazo el contacto con los inmigrantes reduce la xenofobia. Aunque el racismo y los prejuicios siguen siendo problemas serios, estos disminuyen a medida que aumenta la inmigración.

El tráfico de personas es la causa de la inmigración ilegal. Falso. El tráfico es una reacción a los controles de fronteras no la causa de las entradas irregulares. No hay que confundir tráfico con trata de personas. El tráfico es la prestación de un servicio por el que los migrantes están dispuestos a pagar. Por lo general, tiene que ver más con familias que se ayudan unas a otras y con operadores locales que con mafias y organizaciones criminales. Los mayores peligros de los migrantes no son los traficantes sino los policías y soldados maltratadores y corruptos en las fronteras. Las políticas de lucha contra el tráfico de personas están condenadas al fracaso porque se encuentran entre las causas mismas del fenómeno que pretenden combatir.

La trata de personas es una forma de esclavitud moderna. Falso. No es lo mismo trata que esclavitud. La trata tiene que ver son la explotación de trabajadores vulnerables. Las estadísticas sobre la trata inflan el “peligro de los desconocidos”. De hecho, hay trabajadores catalogados erróneamente como víctimas de trata que se resisten a ser “rescatados” por las autoridades, pues el rescate conlleva la deportación y la consecuente pérdida de ingresos en el país de destino. La mayoría de las trabajadoras sexuales lo son por voluntad propia. Hinchar la cifras por oenegés y periodistas no resuelve los problemas sino que los agrava.

Las restricciones fronterizas reducen la inmigración. Falso. Al contrario, hacen crecer la inmigración. Es algo que se conoce como “colchón de agua”. Cuando apretamos por un lado, la presión hace que otras partes se eleven y quienes tienen pensado marchar de su país se obsesionen por el otro efecto, el de “ahora o nunca”.

El cambio climático conducirá a una migración masiva. Falso. El calentamiento global es real. Pero a lo largo de la historia la gente no solo no ha huido de lugares en los que existían los mayores riesgos medioambientales sino que se ha desplazado hasta ellos; por ejemplo, a valles de ríos y zonas costeras, porque también son las tierras más fértiles y prósperas. Además, la tierra se eleva a medida que suben los mares, por los procesos de sedimentación. Son los gobiernos y no el clima los que desplazan a la gente.

12 mar 2025

Vergonya nacional

Siscu Baiges
“Destapada la infidelitat que ha trencat el matrimoni de Ter Stegen i Daniela Jehle”. Així titulava un dels seus articles la secció En Blau, del digital 'El Nacional', el divendres 7 de març. El porter del Barça havia publicat un comunicat el dia abans en què explicava que ell i la seva dona s’havien separat. Va escriure: “Després d’una reflexió amb molta cura, Dani i jo hem decidit emprendre camins separats. Com us podeu imaginar, aquesta decisió no ha estat fàcil, però ambdós creiem que és el pas millor per nosaltres”. I acabava dient: “Durant aquest moment personal, us demanem amablement la vostra comprensió i respecte per la nostra privacitat, especialment la dels nostres fills. Gràcies”.

'El Nacional' no li va fer cas i va publicar l’article esmentat. S’hi
Captura del titular de la notícia sobre
Ter Stegen a 'El Nacional'.
 deia, amb la firma de Marc Villanueva, que Ter Stegen se n’havia anat a viure en un hotel i “ha deixat la mansió familiar a la dona infidel i als nens”. Més endavant afirmava que “Dani Ter Stegen s’hauria embolicat amb el seu entrenador personal i s’acabava explicant que ella era usuària d’un gimnàs, on “s’hauria vist atreta pels cossos musculosos, pell bruna i grans somriures d’aquests professionals de l’educació física”.

El mateix dia que 'El Nacional' publicava aquesta notícia, 'El Periódico' s’hi referia en un article de Lorena Vázquez a la secció Mamarazzis. Tenia la prevenció de parlar de “presumpta” infidelitat i explicava que una setmana abans Juliana Canet, al programa ‘Que no surti d’aquí’ de Catalunya Ràdio, havia afirmat que Dani Ter Stegen havia enganyat el seu marit en mantenir una relació amb el seu entrenador personal.

Dilluns, Ter Stegen va publicar un nou comunicat on es feia creus que un mitjà de comunicació públic difongués una informació falsa com aquesta: “Benvolguts tots. Estic commocionat i decebut per la mala gestió i la manca de Lideratge i Control a Catalunya Ràdio i Grup 3Cat --distribuint notícies falses i vulnerant els drets personals. Els periodistes Juliana Canet, Roger Carandell i Marta Montaner són uns mentiders que han distribuït notícies falses, ofenent públicament de manera molt greu la meva dona Daniela i la seva reputació. No hi ha hagut cap infidelitat de Daniela. Cap tercera persona implicada. Fets. Tal com s’ha comunicat, en Dani i jo hem decidit anar per camins diferents de comú acord i mantenim una comunicació de confiança. És completament inacceptable que els principals mitjans de comunicació governamentals estiguin difonent això, on Daniela sigui acusada falsament i sigui atacada personalment. El dany és irreparable. Gràcies”.

El Col·legi de Periodistes de Catalunya i el Consell de la Informació de Catalunya van emetre un comunicat recriminant les paraules de Juliana Canet i el paper jugat pel programa ‘Que no surti d’aquí’ en aquest escàndol.

És evident que Catalunya Ràdio ha sortit perjudicada per aquest cas.

Però la pregunta que cal plantejar és: els mitjans privats que divulguen informacions com aquesta poden rebre subvencions públiques?

Es dona la curiosa circumstància que sovint les subvencions van associades al número de visites que tenen les notícies dels mitjans i que les més visitades són les que diuen i difonen disbarats i mentides com la secció En Blau, d’'El Nacional'. El juliol, quan Salvador Illa encara no presidia la Generalitat, la Secretaria de Mitjans de Comunicació i Difusió va donar 300.000 euros a ElNacional.cat per un projecte d’intel·ligència artificial. La mateixa secretaria, ja en temps d’Illa, ha subvencionat amb 204.494 euros 'El Nacional'. Ha estat el mitjà més beneficiat en la convocatòria d’ajuts estructurals a mitjans digitals, per davant de RAC1. (135.270 euros), Vilaweb i Nació, (prop de 100.000), ElPeriodico.cat (82.218) o l’Ara (78.000). L'any 2023, 'El Nacional', que forma part del Grup Les Notícies de Catalunya que dirigeix José Antich, va rebre 1.137.153 euros d’ajuts del govern de la Generalitat.

El dia abans que 'El Nacional' publiqués la notícia de la “infidelitat” de la dona del porter del Barça, el secretari de Mitjans de Comunicació i Difusió, Carles Escolà, va comparèixer a la Comissió d’Afers Institucionals del Parlament i va dir que “El Govern treballarà perquè tots els suports que arribin als mitjans de comunicació catalans en forma de subvenció estructural o de projectes serveixin com a “mur de contenció” contra la desinformació, en la mateixa línia que ha marcat Europa amb l’aprovació del Reglament de Llibertat de Mitjans, una reglamentació que busca preservar els drets dels mitjans de comunicació a operar de manera lliure i independent, garantint així una societat més informada i democràtica”.

Fa massa anys que esperem aquest “mur de contenció” perquè surtin del periodisme català aquells mitjans que desacrediten la nostra professió.

8 mar 2025

Entre la vanitat i la desmemòria

Maria Favà
En l’entrevista que Saül Gordillo va fer dijous 6 de març a Josep Maria Figueres i que forma part d’una sèrie per celebrar el cinquantenari del diari 'Avui', hi ha afirmacions que no s'adiuen amb la realitat. No dubto que Figueres les hagi fet de bona fe però l’hemeroteca el desmenteix. Això és perquè la memòria juga males passades i cal contrastar amb els documents. Ja ho deia aquell gran periodista que va ser Ibáñez Escofet: “La memòria és un gran cementiri”.

Abans d’entrar a assenyalar els lapsus que al meu entendre conté 
Portada de l'Avui'
del 23 d'abril del 1986.
l’entrevista, constato que en l’entradeta hi ha una rectificació important. En començar a publicar aquestes entrevistes un altre desmemoriat afirmava que abans de la sortida del diari es van recollir diners de 100.000 comptepartícips. Ara la xifra s’ha rebaixat a 34.000 que és segurament més aproximada. Cal només que algú amb paciència compti les llistes de comptepartícips que va anar publicant el diari mateix durant els mesos de 1976.

Figueres diu que Dalí no té cap obra al Fons d’Art de l''Avui'. Doncs no és així. Una de les obres que va donar va ser portada de l’'Avui' el 23 d’abril de 1986, amb motiu del desè aniversari de la sortida del diari. És un quadre que representa l’entrada de Dant al Paradís i en sobreimpressió hi ha una cal·ligrafia del pintor que diu “Avui, deu anys, Dalí”. Dos anys després, el 23 d’abril de 1988 va donar un dibuix que també va anar a portada i que commemorava el Mil·lenari de Catalunya. El títol de portada era “L’últim Dalí per al primer Mil·lenari”. Un títol premonitori perquè Dalí va morir nous mesos després. Com van arribar a l’'Avui' aquestes dues obres ho sap molt bé el periodista Josep Playà Maset que és la persona que ho va gestionar i un bon especialista en el pintor empordanès. Dissabte passat Playà em deia que probablement les dues obres han desaparegut del Fons d’Art. No hi són ni al Museu d’Història de Catalunya ni a Vilabertran ni a Girona... Però no encetem ara el meló del Fons d’Art perquè prendríem mal.

Per formar el Fons d’Art, els promotors de l’'Avui' van comptar amb les gestions de Cirici Pellicer, Corredor Matheos, Francesc Vicens, Maria Lluïsa Borràs i junt amb 40 personalitats més de la cultura catalana van signar una carta pública demanant donacions als artistes plàstics i la resposta va ser espectacular perquè van respondre, en un primer moment, 416 i la xifra va anar augmentant al llarg dels anys. En l’edició de l’'Avui' del primer d’agost de 1976 es va publicar la relació de les 416 obres i la llista dels seus autors.

En l’entrevista Figueres s’atribueix el mèrit de la captació del Fons d'Art i no queda ningú que el pugui desmentir. Però costa de creure que un noi que aleshores només tenia 23 o 24 anys anés a captar artistes tan importants com Miró o tan pagats de si mateix com l’Antoni Tàpies. (Aquest era un malcarat de llibre. Ho vam patir el fotògraf Robert Ramos i jo quan el diari ens va enviar a entrevistar-lo i ens va engaltar uns quants mocs. Un per haver trepitjat una mica la gespa del seu jardí en fer maniobra amb el cotxe i l’altre perquè teníem, a parer seu, un director analfabet).  Sense ganes d’ofendre, però el que Figueres devia fer és anar a recollir les obres que les patums havien pactat. Va fer de camàlic que és una feina digníssima.

Figueres també afirma que l’'Avui' no volia tenir res a veure amb Josep Pla per la seva vinculació amb el franquisme i la monarquia. Doncs el mateix Figueres va signar una entrevista amb l’escriptor empordanès el 4 de juliol de 1976. És una peça que es titula “Josep Pla, entre l’Empordà i les women lib” i que està il·lustrada amb una caricatura del Manuel Puyal. És una de les onze peces que Figueres va signar el primer any de vida del diari. En l’entrevista del dimecres passat diu que ell feia una entrevista cada setmana.

Afirma que els intel·lectuals catalans es van fer seu el diari. Aquesta adhesió només va durar quatre dies. Ho va patir prou l’Agustí Pons que durant aquella època va coordinar les pàgines d’opinió. Els nostres lletraferits i altres patums van optar per portar sota el braç, i ben visible, el diari de Juan Luis Cebrián, que comptava amb Fraga Iribarne com accionista. Un diari que sempre va fer la guitza a l’'Avui' tot el que va poder.

Els redactors de la primera època, que sí que érem treballadors de Premsa Catalana en nòmina i seguretat social, ja estem tips que ens diguin que volíem fer 'Le Monde'. Pobrets. Ja ens hauria agradat, ja!

Afirma que s’han escrit “diverses històries” sobre el diari 'Avui'. Tampoc és veritat. Com a historiador de la premsa hauria de saber que només hi ha una història publicada sobre l’'Avui' que la vaig escriure jo i la va editar Meteora. És una història molt imperfecta perquè, entre altres mancances, li falta el capítol sobre les finances del diari. Tots els directors, els vius i els que ja són morts, em van insinuar mànegues que portaven diners però no vaig veure mai cap document probatori. I ho adverteixo en el pròleg a tall de justificació.

El meu mestre i amic Josep Maria Huertas sempre deia que quan una equivocació surt publicada, malament rai. Tots els que vinguin darrere copiaran l’error convençuts que va a missa.

5 mar 2025

¿Todo el poder para l@s periodist@s?

Manuel López
Hay alarma entre los empresarios del sistema de comunicación periodístico de España. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, está preparando una ley para asegurar la participación de los representantes de los trabajadores en los consejos de administración de las compañías.

Ni más, ni menos. ¡Sentar a trabajadores en los consejos de administración¡

Pero no nos alarmemos, hay precedentes internacionales y europeos.

Todo surge a raíz de los numerosos cambios en la propiedad que en los últimos tiempos está afectando a periódicos, televisiones y emisoras de radio. De los digitales no sabemos casi nada, porque su opacidad es absoluta.

En 'El País', por ejemplo, hay un constante trasiego de noticias
Joseph Oughourlian y Pedro Sánchez. (Archivo)
sobre quien acabará mandando en el consejo de administración. El actual presidente, Joseph Oughourlian, recibió numerosas críticas el año 2021 porque señaló, a su juicio, la mala gestión realizada por su antecesor, Juan Luís Cebrián. Este sigue teniendo un gran poder en el grupo Prisa y no es de extrañar que sus acólitos le defiendan en la redacción y en el consejo de administración.

Los cambios en las empresas generan numerosos problemas sociales, económicos y periodísticos. No es lo mismo que 'El País' sea un diario de centro-izquierda, como pretende Oughourlian, que uno de centro-derecha, como ha acusado éste a Juan Luís.

¿Y la redacción ha tenido algo que decir? Nada de nada.

La pretensión de la izquierdista Díaz intenta, ni más ni menos, que los trabajadores se sienten en el consejo de administración de las empresas, al menos en las grandes empresas.

¿Qué se conseguirá con esto? Se espera que las decisiones empresariales tengan en cuenta los intereses de los trabajadores, y que se tomen decisiones teniendo en cuenta a quienes elaboran el producto día a día. Además, los periodistas podrían vigilar la aplicación de métodos éticos en la toma de decisiones empresariales y seguir, día a día, ese proceso.

El mejor precedente para este tipo de gestión nos llega de Alemania. Acabada la segunda guerra mundial se vio claro que Hitler había tomado el poder y llevado su país a la guerra, y a la ruina, por y gracias a la aportación de los grandes empresarios alemanes. Se tomaban decisiones de un día para otro sin contar con nadie más que con algunas decenas de personas que tenían algún cargo en los consejos de administración.

La participación de los trabajadores alemanes en la toma de decisiones empresariales se denominó Ley de Cogestión, que regula la participación de los empleados en las decisiones de planificación, dirección y organización de las empresas. Los trabajadores están representados en los consejos de vigilancia por delegados de los trabajadores y asalariados, empleados de alta dirección y del sindicato.

Con este tipo de participación se asegura la paz social en el interior de las empresas y que la producción sea consecuencia de una buena política empresarial. Esto no significa que haya huelgas cuando los sindicatos lo consideren necesario para defender sus derechos.

Pero hay más. Este tipo de participación está defendido y explicitado por el Código internacional de ética periodística (Unesco).

Según las conclusiones del Fourth Consultative Meeting of International and Regional Organizations of Journalists en París el 20 November 1983, referente a la integridad profesional del periodista: “El papel social del periodista exige el que la profesión mantenga un alto nivel de integridad. Esto incluye el derecho del periodista a abstenerse de trabajar en contra de sus convicciones o de revelar sus fuentes de información, y también el derecho de participar en la toma de decisiones en los medios de comunicación en que esté empleado”.

Naturalmente, ese código ha sido obviado en todas las publicaciones. A lo máximo que se ha podido acceder es a los comités profesionales de empresa, que tienen la potestad, formalmente, de dar su opinión sobre las decisiones editoriales de su medio o de votar --sin poder decisorio-- en la selección de la dirección.

Otro debate, el registro


Los empresarios españoles, especialmente, están, además, preocupados porque el Gobierno de Pedro Sánchez está ultimando la aplicación del Reglamento Europeo sobre la Libertad de los Medios de Comunicación, que determina la obligatoriedad de crear un registro de transparencia de los medios que controlará la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Habrá multas sancionadoras no demasiado elevadas, pero sí pondrán en evidencia la auténtica situación de los medios.

Se intenta evitar la concentración de medios que puede llevar al monopolio del sector. Y se quiere que las decisiones editoriales se tomen libremente en los medios, y dentro de la línea editorial del medio para garantizar la divulgación de los conflictos de intereses que puedan existir.

Todo esto significa que la profesión de periodista podría alcanzar un nivel superior de calidad al participar en la toma de decisiones y que el Estado controlaría el funcionamiento ético de las empresas.

28 feb 2025

‘The Washington Post’, o la independència impossible en mans de Bezos

Josep Carles Rius
Durant el segle XX, una part de la premsa escrita va aconseguir un binomi virtuós. Va ser un magnífic negoci i, alhora, va prestar un servei públic a la comunitat. La premsa escrita va ser realment el quart poder i, majoritàriament, va jugar un paper decisiu en la construcció de les democràcies occidentals. La figura de l’editor podia encarnar aquesta dualitat, la suma d’una gran influència alhora de la vocació de participar en el bé comú. El 'cas Watergate', revelat per 'The Washington Post' i que va forçar la caiguda del president Richard Nixon, n’és el millor exemple.

Però el 2008 ho va canviar tot. La suma de crisis al voltant dels
Jeff Bezos, propietari de The Washington Post'.
diaris va resultar devastadora. Els editors van veure com s’enfonsava el món sobre el qual n’havien basat la rendibilitat. Molts van sucumbir a interessos aliens a la informació, i aquella crisi de credibilitat que venia de lluny es va accelerar de manera dramàtica. 'The Washington Post' va ser una de les víctimes més visibles del nou escenari a què s’enfrontava la premsa a tot el món. Marty Baron, director del diari entre el 2012 i el 2021, reconeixia en una entrevista, just després de deixar el càrrec, que el seu diari “no tenia el 2013 un model de negoci viable” i per això l’aposta de Jeff Bezos era vista com una salvació.

“¿L’inquieten els possibles motius pels quals l’home més ric del món podria voler un diari a la capital del poder polític?”, li pregunta el periodista. I Baron respon: “No. Mai vaig creure que pogués tenir cap sentit per a ell creure que podria fer servir el Post per exercir poder polític. No necessitava el Post per això. Liderava una enorme corporació i podia exercir el poder polític com sempre fan les corporacions, amb donacions i influències. Ell va dir que no tenia cap intenció de fer-ho i no he pogut observar, des del primer dia, el nostre periodisme, no suggereix històries, no suprimeix històries, no critica històries. Ens deixa fer la nostra feina!”.

Semblava que 'The Washington Post' recuperava el binomi virtuós dels editors del segle XX, però en el fons el que buscava Bezos era comptar amb la credibilitat d’un gran mitjà per blindar el seu immens poder. I amb la segona victòria de Trump, Bezos vol figurar, juntament amb Elon Musk, al cim de la simbiosi entre poder econòmic, tecnològic i polític. I l’esperit independent de la redacció de 'The Washington Post' deixava de ser un plus per esdevenir una càrrega.

Després de la primera victòria de Trump, 'The Washington Post' va situar sota la seva capçalera la frase: “La democràcia mor a la foscor”. Aquest cop tot ha estat diferent. Trump ja no és un accident de la història. Encarna una nova era i Jeff Bezos no ha dubtat. Va prohibir a ‘el seu’ diari posicionar-se a favor de la candidata demòcrata, Kamala Harris, i el 26 de febrer va interferir directament a la línia editorial en un missatge publicat a X: “Us escric per informar-vos d’un canvi que es produirà a les nostres pàgines d’opinió. Escriurem cada dia en suport i defensa de dos pilars: les llibertats personals i el lliure mercat. Per descomptat, també tractarem altres temes, però els punts de vista oposats a aquests pilars seran publicats per altres”.

El cap d’Opinió de 'The Washington Post', David Shipley, va presentar immediatament la dimissió. La democràcia, com deia la seva capçalera, s’endinsa en temps de foscor. “En una democràcia —defensava Martyn Baron a la seva entrevista—, hem de tenir un debat vigorós i vibrant, però necessitem operar des d’una sèrie comuna de fets. I avui dia ni tan sols podem posar-nos d’acord en el que va passar ahir. Un ha de preguntar-se com pot funcionar la democràcia en un ambient així. Com funciona la premsa quan una part substancial de la població creu en coses que son directament falses i en teories conspiratories disparatades? ”. I per què passa això? Martyn Baron apunta la resposta: "Una part de la ciutadania no accepta cap presentació dels fets que contradigui els seus sentiments".

Estat de xoc


Ara, a diferència de l’any 2016, la reacció és molt més feble. Aleshores es van registrar moviments que van contribuir a revalorar el paper d’intermediació del periodisme. En les setmanes que van seguir les eleccions, revistes (com 'The New Yorker', 'The Atlantic' i 'Vanity Fair'), diaris (com 'The New York Times', 'The Wall Street Journal', 'Los Angeles Times' i 'The Washington Post') i organitzacions sense ànim de lucre (com NPR i ProPublica) van experimentar grans augments en les taxes de subscripció o donacions. 'The Guardian' i 'Mother Jones' també es van beneficiar de la reacció dels ciutadans. En el mateix període, 'The Washington Post' va contractar més periodistes i va apostar per històries de recerca i més profundes. Aquest cop tot és molt diferent. S’imposa un sentiment de xoc. I la crisi de fons continua.

La tempesta perfecta que es va desfermar el 2008, la suma de crisi al voltant dels diaris, va resultar devastadora per els periodistes. Però també per els editors, que van veure com s’enfonsava el món sobre el qual havien basat la rendibilitat. Només el compromís ètic dels editors podia evitar el desastre, però molts editors van sucumbir a interessos aliens a la informació, i aquella crisi de credibilitat que venia de lluny es va accelerar de manera dramàtica.

Podem argumentar que el poder de debò és de qui maneja els mitjans: els governs, a través de les subvencions, i els altres poders econòmics, pels canals habituals del crèdit i la publicitat. La fragilitat els fa més vulnerables, però ara estem davant d’un pas més. Els casos de Bezos i The Washington Post, o d’Elon Musk i X, posen en evidència, a més, la fusió, ja sense màscares, de tots els poders. Aquest és el nucli de la nova era on entrem.

Les alternatives


L’impacte de les grans plataformes, la caiguda de la publicitat convencional, les limitacions que generen els murs de pagament o la presència de fons d’inversió entre els editors impulsen el debat sobre fins a quin punt el periodisme és viable com a negoci convencional. Guanya terreny la idea que el periodisme hauria de ser considerat com un bé públic, un servei que beneficia tots els ciutadans, ho puguin pagar, o no. És a dir, creixen les veus que defensen el periodisme sense ànim de lucre, per vocació, o per impossibilitat de sobreviure amb criteris de l’economia convencional basada en els beneficis econòmics.

El periodisme, igual que altres sectors d’interès públic, com la sanitat, l’educació, la cura de les persones…, s’enfronta a una nova era on la prioritat hauria d’estar més a l’interès social que a l’interès econòmic. Uns quants mitjans de comunicació poden fer compatibles els dos objectius, però cada cop resulta més difícil aconseguir-ho sense posar en risc la seva independència, com passa ara amb 'The Washington Post'. I sense independència no hi ha vigilància i crítica als poders, principal funció del periodisme.

Un univers mediàtic basat en què les democràcies deixin a les mans del mercat l’exercici del dret a la informació està en crisi. El model roman, encara que debilitat, però el seu futur és incert. Per això, és important cercar alternatives, no només a l’hora d’editar mitjans públics i privats, sinó també quan pensem en projectes decisius, com l’educació mediàtica o el combat contra les notícies falses, que són dos objectius entrellaçats.

Fórmules com a fundacions o cooperatives també ajuden a combatre un altre risc que ja experimenta la premsa nativa digital: la concentració de poder en molt poques mans, cosa que sovint reverteix en una pèrdua de la consciència de servei públic dels diaris. Els sistemes col·lectius permeten una governança en equilibri entre l’eficiència i la presa democràtica de decisions.

Els Estats Units, amb una llarga tradició de premsa escrita i molt arrelada a les seves comunitats, són un laboratori sobre com els diaris intenten sobreviure en un context cada cop més advers. El diari 'The New York Times' n’és una excepció. Les dimensions globals i els encerts estratègics permeten que una família (Sulzberger) mantingui el rumb del diari. Al contrari del que va passar amb 'The Washington Post'.

La conversió en entitats sense ànim de lucre ha salvat nombrosos diaris locals als Estats Units i Canadà. El cas més paradigmàtic és el de 'The Philadelphia Inquirer', institució del periodisme local nord-americà amb 190 anys d’història. El diari va afrontar dues subhastes per fallida i va veure passar set amos diferents en les dues primeres dècades del segle XXI. Fins que l’últim dels propietaris del diari, el magnat de la televisió per cable HF Gerry Lenfest, va decidir, el 2016, donar l’empresa a la Philadelphia Foundation, principal organització filantròpica de la ciutat.

La crisi oberta per Jeff Bezos a 'The Washington Post' marca l’inici d’una nova etapa. Per això és important recordar les paraules de qui en va ser el director: “El meu consell als periodistes és el mateix de sempre: fem la nostra feina. No veig que estiguem en guerra amb ningú, però tenim una missió, i una part d’aquesta missió és fer que la gent poderosa i les institucions rendeixin comptes. Això inclou, és clar, aquells a qui se’ls confia governar el país. Hem de cenyir-nos a aquesta missió, independentment de qui estigui al poder. Per això tenim una premsa lliure als Estats Units. Per això es va redactar la primera esmena. Es tracta de fer la nostra feina. Això és tot”. Per poder seguir fent “la nostra feina”, 'The Washington Post' va necessitar posar-se en mans del propietari d’Amazon, Jeff Bezos. I ara en pateix les conseqüències.

Article publicat originalment a Catalunya Plural

24 ene 2025

“Avanzamos” con alegría hacia el cretinismo global

Dardo Gómez
No recuerdo si se trataba de una humorada o de una parodia para reflejar la insolencia de la ignorancia, pero alguna vez me hablaron de alguien que se negaba a leer libros para preservarse en sus esencias y labrarse un pensamiento libre de influencias extrañas. No sé si habrá existido sujeto tan torpe que pudiera renunciar a la memoria de la humanidad y al conocimiento que podía heredar de millones de personas que, a lo largo de milenios, habían labrado el pensamiento de la humanidad.

En primera instancia esto puede causar risa, quizá acompañada de
Zuckerberg (Meta), Lauren Sánchez (pareja de Bezos),
Bezos (Amazon), Sundar Pichai (Google) y Musk (X),
durante la toma de posesión de Trump.
pena por el desgraciado; pero cuando una barbaridad como esta se instala en el discurso de parte de la ciudadanía y es proclamada por dirigentes notables de nuestra sociedad a mí me produce un temor tremendo.

Esto viene a cuenta de que el pope de Facebook ha anunciado que para “volver a las raíces” ha decidido prescindir de toda verificación profesional de la información en sus redes y confía en sus clientes la veracidad de los contenidos de sus redes. Es decir, que entiende que no hay por qué poner freno a la mentira.

Pueden llamarles 'fake news', noticias falsas, posverdad u otros sinónimos igualmente perversos, pero son simplemente mentira; término siempre emparentado al engaño, la estafa, la falsedad o la difamación en todos las culturas y que siempre ha significado una bajeza ética.

En estos momentos, la mentira diseñada y dirigida de forma artera hacia la sociedad persigue fines asociales, porque su intención final es que no sepamos distinguir entre lo correcto y lo que no lo es. Si estos propagandistas del engaño consiguieran incapacitarnos para diferenciar lo que es verdad de lo que es falso acabaríamos construyendo una sociedad de cretinos.

Repito que esto me produce un tremendo temor porque dos personajes nefastos y de tremendo poder han convertido a sus plataformas de comunicación en los mayores altavoces de destrucción del conocimiento humano y exaltación de la ignorancia. Me refiero, como es obvio, a los magnates de las redes sociales Mark Zuckerberg y Elon Musk, propietarios de armas de desinformación masiva. El primero como amo de Facebook, Instagram, WhatsApp, Messenger Live y Threads, más casi una veintena de productos y servicios, incluidos Facebook Messenger, Facebook Watch y Facebook Portal.

Mientras que Musk, ya autoproclamado líder de la ultraderecha internacional, es el dueño de X (antes Twitter), plataforma que en 2024 ha puesto al servicio de la candidatura de Donald Trump. Sugieren los expertos que el algoritmo de recomendaciones de la plataforma pudo haberse modificado de manera selectiva para favorecer la visibilidad de contenido republicano. Lo que entonces se planteó como una duda sobre la neutralidad de la plataforma se ha visto plenamente confirmado con el anuncio de que el dueño de X será miembro de la administración Trump en su regreso a la Casa Blanca. Este fenómeno resalta la problemática de la influencia que las redes sociales pueden ejercer en el discurso público y en la construcción de la opinión de los usuarios.

No se confundan, estos son los malos


Rubén Sánchez, portavoz de la oenegé Facua – Consumidores en Acción ha sido entrevistado en 'Publico.es' en razón de la publicación de su libro 'Bulos: manual de combate', en el que analiza su activismo contra las noticias falsas y la desinformación en plataformas como Facebook, Instagram y X; al tiempo que recuerda sus luchas judiciales contra políticos, empresarios y agitadores de extrema derecha.

A lo largo de la entrevista Rubén Sánchez deja perlas como las que copio a continuación y que muestran cuales son los riesgos del poder en mano de estos personajes:

“Lo que mueve a Elon Musk y Donald Trump es el dinero, más allá de su ideología racista, homófoba y machista. Y lo que pretenden es llevar al poder a líderes de extrema derecha a través de la desinformación, buscan una injerencia clara en la política europea. Esto es un problema y algunos dirigentes han empezado a denunciarlo, pero de forma tímida. Tenemos que ser más contundentes, intervenir el algoritmo y monitorizar el funcionamiento de las redes para evitar que favorezcan determinados tipos de mensajes”.

El portavoz de Facua también ha hablado de los peligros para la libertad y la democracia que representa el monopolio desregulado de las redes sociales.

“La injerencia extranjera y los propietarios de las grandes plataformas acaban condicionando la opinión pública y esto puede provocar cambios en los comportamientos electorales en cualquier país del mundo. Esto quiere decir que el resultado de las elecciones en España puede estar en manos de Elon Musk y Mark Zuckerberg, porque fomentan con sus algoritmos que la gente vea lo que ellos quieren mostrar: mentiras y falsedades, mensajes destinados a aupar una ideología concreta”.

Engañosa defensa de la libertad de expresión


Derechos como la “libertad de expresión” y el supremo de la libertad individual han sido prostituidos por los voceros oficiales de la derecha más conservadora e invasora de esos valores. Así es como Giorgia Meloni o Viktor Orbán, justifican la persecución de los migrantes por la defensa de las libertades de italianos y húngaros que estos lunáticos sienten amenazadas por las personas de otras culturas. El esperpento rioplatense de Javier Milei enardece a sus seguidores con el grito de “Viva la libertad, carajo” y la formación de descerebrados que lo aupó al poder se denomina La Libertad Avanza.

Tres supuestos libertarios que admiran a genocidas y que consideran arbitrarias todas las formas que los seres humanos nos dimos, a través de los siglos, para protegernos y proteger a nuestros semejantes. Sobre todo a los más débiles o a los que más necesitan, porque no existe la libertad sin solidaridad y no hay democracia si ésta no ofrece protección a la ciudadanía.

Este enero el magnate Mark Zuckerberg ha anunciado que sus plataformas no están dispuestas a incorporar las prácticas reguladoras, demandadas por los expertos mundiales y los Estados democráticos, que deben servir para poner freno a los bulos, la desinformación y los discursos de odio. Desde ya, Facebook, Instagram y Whatsapp, han suplantado sus sistemas de verificación de datos por un nuevo sistema tan laxo y poco fiable como el que ya ha adoptado la X de Musk.

Para Zuckerberg ya “es hora” de “volver a las raíces” y de plantar cara “a los Gobiernos (que) han presionado cada vez más para censurar contenido”. Y declamado: “Vamos a eliminar a los verificadores de datos y sustituirlos por un sistema de notas comunitarias, similar al de X comenzando en Estados Unidos”. Y explicó que, según su opinión, que como tras la victoria electoral de Trump en 2016, los medios tradicionales insistieron en que la desinformación era una amenaza para la democracia, en sus redes están intentando abordar estas preocupaciones de buena fe, pero los verificadores de datos han resultado ser demasiado sesgados en política y han destruido más confianza de la que han generado, especialmente en Estados Unidos. "En los próximos meses, implementaremos un sistema más integral de notas comunitarias".

Este miserable no sólo se nos mea encima sino que pretende engañarnos con el bulo de que es agua bendita... ¡Que alguien nos pille confesados!

16 ene 2025

Comunicat de dones periodistes en suport del César

El 10 de gener passat es va difondre la notícia d'una trobada de dones periodistes en què es denunciaven i analitzaven agressions sexuals i abusos de poder a l'àmbit professional.

En una piulada, es va qüestionar l'honorabilitat del nostre company César [López Rosell] en relació a un suposat comportament datat a mitjans dels anys 80 a la redacció d''El Periódico'.

Les signatàries d'aquest text, convençudes de la importància d'aclarir
L'anterior redacció d'El Periódico',
on va treballar molts anys César López Rosell.

qualsevol situació d'abús als mitjans, independentment del temps transcorregut, volem manifestar que mai vàrem veure cap conducta reprotxable per part del César, qui fou cap de moltes de nosaltres.

Durant la seva llarga trajectòria, es va distingir per la seva actitud educada, respectuosa i amable amb companyes i companys, sense comprometre mai la seva competència professional.

Considerem necessari pronunciar-nos en aquest moment, ja que s'acusa de comportament inadequat una persona que va morir fa sis anys i mig i, per tant, no es pot defensar.

Desitgem deixar constància de com era César al seu entorn laboral, tant amb nosaltres com amb la resta de companys: un professional íntegre. 

Les firmants: Cristina Savall, Imma Fernández, Sonia García, Carmen Umbón, Marta Cervera, Mireya Roca, Marta López, Pepa Roma, Rosa Mari Sanz, Carmen Suárez, Natàlia Farré, María Ángeles López, Rosa Massagué, Mireia Armengol, Carmen Jané, Cristina Camarero, Inés Álvarez, Inma Santos, Gemma Tramullas, Olga Puig, Blanca Espacio.